Un equipo de especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha elaborado el primer biofungicida desarrollado en el país. El producto fue sometido a diversas pruebas y las realizadas ante la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) demostraron que la proporción de la cosecha de mango con calidad de exportación puede alcanzar hasta un 80 por ciento, mientras que con los agroquímicos va del 25 al 30 por ciento.
En México, el mango es uno de los cultivos que ha tenido una exportación limitada porque es sensible a la antracnosis, enfermedad producida por el hongo Colletotrichum gloeosporioides, causante de la formación de manchas negras en la superficie del fruto.
Lo anterior trae consigo pérdidas económicas y deterioro de las relaciones comerciales que pueden, incluso, perderse por mala imagen ante los clientes internacionales.
“El proyecto permitió la constitución de la empresa Agro & Biotecnia en el 2008 y culminó con la puesta en el mercado del biofungicida Fungifree AB® en noviembre de 2012”, refiere el doctor Leobardo Serrano Carreón, investigador del Instituto de Biotecnología (IBt), Campus Morelos, quien forma parte del equipo científico junto con el doctor Enrique Galindo Fentanes, en el que participaron expertos del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, unidad Culiacán (CIAD).
De acuerdo con Serrano Carreón, al momento de su lanzamiento, Fungifree AB® contaba sólo con registro para su uso en el control de la antracnosis del mango; sin embargo, se ha ampliado a dos enfermedades más y a 23 cultivos.
La firma es una empresa con base cien por ciento tecnológica y en el 2011 se iniciaron negociaciones con FMC Agroquímica de México S. de R.L. de C.V., empresa líder en el mercadeo de productos agroquímicos en México y en Latinoamérica, con la cual se firmó un contrato para la comercialización y distribución exclusiva del biofungicida.
En el año 2013 se otorgaron los registros para el control de enfermedades fúngicas en cultivos de aguacate, papayo, lima, toronjo, limonero, naranjo, mandarino, fresa, zarzamora, arándano, frambuesa, berenjena, chile, chile bell, jitomate, tomate de cáscara, calabaza, calabacita, chayote, melón, pepino y sandía.
El éxito y la aceptación del biofungicida se deben a que no daña el medio ambiente ni la salud humana gracias a que su principio activo es una bacteria antagonista de hongos que enferman los cultivos.
“El microorganismo es una cepa bacteriana muy singular que pertenece al génerobacillus, la cual tiene la capacidad de producir diferentes factores de antagonismo, como lipopéptidos que atacan las paredes celulares del hongo; coloniza la superficie de frutos sin causarles daño, impidiendo que el patógeno se establezca; y estimula el sistema inmune de la planta”, explica el doctor Serrano Carreón.
Las experiencias no exitosas al tratar de transferir la tecnología llevaron a los investigadores junto con Carlos Roberto Gutiérrez, a la constitución de Agro & Biotecnia, que fue incubada en el Centro Morelense de Innovación y Transferencia de Tecnología.
Fuente: Agencia ID.
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