En México, parte de la población aún emplea de manera tradicional diversas plantas medicinales para atender los síntomas de algunas enfermedades; sin embargo, la investigación científica sobre el tema no siempre tiene el reconocimiento y el valor por parte del Estado, según manifiestan las conclusiones que obtuvo Susana Carolina Guzmán Rosas en su tesis doctoral, ganadora del Premio Arturo Rosenblueth 2015 en Ciencias Sociales y Humanidades.
“A pesar de que a nivel internacional se cuenta con un marco normativo que reconoce y promueve a las plantas medicinales como un recurso médico, emanado del conocimiento tradicional indígena, e insta a los gobiernos a brindar apoyos a la investigación científica para aprovechar sus potencialidades y enfrentar algunos problemas sanitarios, el país ha seguido su propio camino”, explicó Guzmán Rosas egresada del Cinvestav.
El resultado de esa posición es que el capital científico del país con un trabajo de investigación sobre el tema es minúsculo. “Se trata de un grupo de 50 científicos que se esfuerzan por mantener redes de colaboración y realizar trabajos sólidos, pero que carecen de reconocimiento y valor como línea prioritaria de desarrollo por parte del Estado mexicano.
“Esta falta de reconocimiento y valorización de los estudios en plantas medicinales han provocado que su desarrollo científico y tecnológico no alcance los indicadores significativos para una línea de investigación, generando escases de patentes nacionales vigentes sobre el tema”, señaló Susana Carolina Guzmán, que hizo una estancia posdoctoral en el Centro de Población y Desarrollo de la Universidad París Descartes, Francia.
El poco valor y reconocimiento al estudio científico de las plantas medicinales se observa con el decremento presupuestal, del 78.2%, que se registró durante el periodo de 2002 a 2012, para los proyectos de investigación en la materia, mismos que apenas alcanzan un total de 44 financiados en dicho lapso de tiempo.
Pero no ha sido siempre así, la historia nacional muestra que en diferentes momentos, el tema de las plantas medicinales de uso tradicional ha sido considerado un objeto de estudio valioso en distintos ámbitos y escenarios, en el entendido de que ello contribuiría significativamente al bienestar público y al crecimiento nacional.
El desarrollo científico y tecnológico en plantas medicinales de uso tradicional indígena permite aprovechar los recursos bioculturales de un país para atender sus problemas sanitarios y para impulsar un modelo de desarrollo social, político, económico y científico apoyado en la diversidad cultural que genera bienestar y autonomía, sostuvo Guzmán Rosas.
El trabajo doctoral realizado en el programa de Desarrollo Científico y Tecnológico para la Sociedad del Cinvestav, analiza la relación entre el conocimiento derivado de la tradición indígena sobre plantas medicinales y la construcción de saberes en la ciencia mexicana, pensada ésta como una problemática cuyo entendimiento convoca la intersección de distintos ángulos y disciplinas a fin de lograr un enfoque transdisciplinario.
La investigación diseñó y ejecutó seis estudios a efecto de generar datos que hasta entonces aparecían como imprecisos o inexistentes: análisis histórico sobre la institucionalización científica de dichos conocimientos; análisis de las políticas públicas que el Estado mexicano ha realizado en lo que va del siglo; y diagnóstico sobre la situación en salud de la población indígena mexicana.
Además, realizó un estudio de caso sobre el uso de tratamientos tradicionales y plantas medicinales en el contexto de un hospital de cobertura indígena; un análisis sobre los niveles de inclusión en la formación médica mexicana en el tema de plantas medicinales; y un análisis sobre el desarrollo científico y tecnológico actual sobre plantas medicinales en México.
La tesis comprueba que el escaso desarrollo científico y tecnológico de las plantas medicinales es un reflejo de la exclusión de éste en distintas esferas, particularmente de los actores indígenas y sus saberes tradicionales, pero llevado al terreno de la investigación científica.
También muestra que los sectores indígenas mexicanos registran condiciones de salud desfavorables respecto al resto de la población y la cobertura sanitaria actual que se les brinda ocurre sin los principios internacionales de interculturalidad, ello como resultado de la exclusión del tema dentro de la formación médica mexicana, pese al reconocimiento in situ de su pertinencia.
Fuente: CONACYT.
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