La popular “hierba del sapo” es una planta silvestre que se encuentra ampliamente distribuida en el país y es utilizada de manera tradicional por la población mexicana para tratar padecimientos de riñón, gastrointestinales, congestión de pecho, entre otras aplicaciones, tomándola en infusiones como “agua de uso”.
El doctor Francisco Alfredo Saavedra Molina, del Instituto de Investigaciones Químico Biológicas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), comprobó científicamente que la hierba Eryngium carlinae tiene efectos medicinales, entre ellos disminuir las consecuencias de la diabetes mellitus.
Para lograrlo, Saavedra Molina, junto a sus estudiantes de maestría y doctorado, realizó su colecta en el mes de octubre, cuando la planta está en floración e hicieron un análisis de sus compuestos químicos en hojas, tallos y flores.
Con el producto obtenido se realizó un macerado, es decir, los compuestos se mezclaron con distintos tipos de solventes, por ejemplo, en agua (como la infusión tradicional), en alcohol, acetona, cloroformo, hexano y en acetato de etilo.
Del macerado en alcohol y en hexanol se obtuvieron una mezcla de compuestos en la que están presentes terpenos y sesquiterpenos, los cuales son ampliamente conocidos por sus efectos antioxidantes.
El extracto con estos compuestos se aplicó en laboratorio durante 40 días a ratas a las que se les indujo diabetes, y se analizaron cuáles fueron los efectos de este tratamiento.
El doctor Saavedra Molina explicó que el exceso de glucosa en la sangre (hiperglucemia) provoca daño en órganos, como riñones o cerebro, que dependen de la insulina para que la glucosa ingrese a sus células; cuando éstas se llegan a saturar del azúcar se producen reacciones como el estrés oxidativo, que es ocasionado por los radicales libres, especies químicas muy reactivas que destruyen los compuestos orgánicos de la célula, como el DNA y los lípidos que forman parte de la membrana, lo que lleva a provocar desorganización celular del órgano o tejido y se inicia una reacción en cadena.
Al aplicar el macerado de la “hierba del sapo” en ratas se pudo comprobar que no tuvo efecto hiperglucemiante, es decir, no eleva la glucosa en sangre. También se hizo un análisis de su estrés oxidativo y se comprobó que el daño en sus órganos es menor.
Además, se comprobó que la hierba del sapo aumenta los niveles de los lípidos en las células, en particular, el colesterol de alta densidad o “bueno” y disminuyó el colesterol de baja densidad o “malo”, en tanto que disminuyeron los triglicéridos, la creatinina y el ácido úrico.
Con estos experimentos se avanza para la posible aplicación en un futuro de estos compuestos en el tratamiento de la diabetes mellitus en los seres humanos. Si bien “no vamos a curar la diabetes para reducir la hiperglucemia, mejoraremos la calidad de vida de los pacientes”, aseguró Saavedra Molina.
Este estudio, explicó el investigador, puede ser complementado con un análisis del sistema inmune de las ratas a las que se aplicó este tratamiento y conocer sus efectos en otros órganos y tejidos, como el hígado y el corazón.
Anteriormente, Saavedra Molina realizó experimentos en ratas a las que se indujo diabetes para analizar el deterioro de su organismo a causa de las reacciones químicas producidas por el estrés oxidativo y nitrosativo en el cerebro ocasionadas por la hiperglucemia.
Fuente: Agencia ID.
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