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Psicología ambiental, ¿percibes el cambio climático?

Con el propósito de conocer la percepción de los colimenses sobre el medio ambiente y el cambio climático, en la Universidad de Colima (Ucol) investigan las conductas protectoras para conservar la naturaleza.

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El doctor en fisiología egresado del Centro Universitario de Investigaciones Biomédicas (CUIB), Zian Julio Aguirre Taboada, realiza desde 2007 la investigación Percepción del ambiente y del riesgo en los habitantes del estado de Colima, centrada en el área de psicología ambiental.

“He buscado la relación de los procesos psicológicos como la atención, percepción, aprendizaje, memoria y emociones relacionados con las conductas protectoras del medio ambiente”, señaló en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.

El profesor investigador de la Facultad de Piscología dijo que como biólogo de formación y naturalista le preocupa no solamente lo que está pasando en el planeta sino en el estado, en donde se está degradando el medio ambiente por la deforestación y contaminación ambiental.

Indicó que desde hace varios años realiza una caracterización y diagnóstico de cómo perciben los colimenses su relación con el medio ambiente y con su entorno, así como las conductas de consumo porque son las que generan los residuos.

Es trascendente conocer a fondo el ambiente, el clima que está siendo modificado por las actividades humanas y cómo interactúa la gente con este, además de saber que existen factores de riesgo de origen natural y antropogénico, dijo en la entrevista.

Análisis de las emociones

“La investigación relaciona la percepción ambiental como un proceso psicológico básico”, puntualizó Aguirre Taboada, quien dio a conocer que actualmente analiza las emociones relacionadas con las conductas protectoras del ambiente por medio de electroencefalografía y electromiografía, que es el registro eléctrico de la respuesta muscular, para relacionar las expresiones faciales asociadas a las emociones de las personas que observan imágenes de ambientes deteriorados o conservados.

Con ello, en la última fase del trabajo entrevistará a un grupo de ambientalistas y no ambientalistas para realizar correlaciones intergrupales y comparaciones para desencadenar una respuesta emocional que permita concienciar sobre la crisis ambiental. “La intención es saber si por el lado emocional es más fácil convencer a las personas de que debemos cambiar de actitud hacia el medio ambiente, es decir, involucrar nuestros sentimientos con el entorno”, recalcó.

Entre los resultados, señaló que las personas perciben su ambiente como el entorno más próximo, la casa, pero no consideran como su entorno el área de trabajo o la ciudad en donde viven.

Una de sus hipótesis es que la educación ambiental como fue creada en 1970 ha fracasado en México debido a la actual crisis ambiental. “¿Por qué no tenemos conciencia de lo que estamos haciendo? Todo es un problema de educación y del diseño de los programas educativos. La educación ambiental debe formar parte del currículum y debe regresarnos a conocer cuáles son nuestros orígenes”, enfatizó.

En esta investigación ha trabajado con niños de 10 a 12 años, adolescentes de 12 a 15 años, que cursan la secundaria, y de 16 a 18 años, en nivel preparatoria, así como estudiantes del nivel medio superior y población en general.

Por medio de una serie de dibujos se percató que los niños tienen una percepción o conceptualización de la naturaleza que no corresponde a su entorno. Por ejemplo en Manzanillo, en donde realizó las pruebas en dos escuelas, una pública y una privada, los menores de edad en vez de dibujar palmeras, esbozaron árboles de manzana o prefirieron dibujar parques en vez del mar. “Los niños no conviven con la naturaleza, están en casa viendo televisión o con los videojuegos”, comentó.

Mientras que a los adolescentes de secundaria no les importa el medio ambiente, lo que se entiende por la etapa de desarrollo psicológico que atraviesan a esa edad en donde están buscando su identidad; en preparatoria son más conscientes del medio ambiente y en el caso de los universitarios, algunos están preocupados y otros no le dan importancia a este tema.

“La mayoría de la gente no se percibe en riesgo y no distingue el ambiente más allá de lo que es su casa”, reiteró Aguirre Taboada, quien se manifestó para que la población tenga un cambio de actitud en lo que se refiere a la basura y el desperdicio de agua, así como en el consumo de productos que no se reciclan.

Lo que el clima se llevó

El cambio climático es una variación de la temperatura promedio global del planeta, señaló la doctora en ciencias sociales, Rosalba Thomas Muñoz, del Centro Universitario de Gestión Ambiental (CUGA) de la Ucol, quien realiza una investigación sobre la percepción de los colimenses respecto al cambio climático y los riesgos asociados a esta problemática ambiental como parte del Programa Estatal de Acciones ante el Cambio Climático de Colima (PEACC).

“Este programa tiene como finalidad brindar un diagnóstico a los tomadores de decisiones del gobierno del estado y municipios sobre diversos temas como calidad del agua, cambio de uso de suelo, biodiversidad y gestión de recursos hídricos, entre otros tópicos”, expresó.

En el PEACC en Colima se agregó una sección nueva, que no es un requisito para este programa, que es el escenario social, es decir, además de ofrecer un diagnóstico para generar políticas públicas de adaptación y mitigación, incluir la opinión de la gente.

“En esta investigación justificamos la necesidad de una estrategia de comunicación del cambio climático, por lo que hicimos un estudio en todo el estado sobre qué opina la gente en relación al cambio climático y qué percepción tienen de este problema ambiental”, señaló la especialista en temas ambientales, específicamente en educación y comunicación ambiental.

Ella reconoció que es difícil que la gente relacione el concepto del cambio climático, que es complejo, con las actividades de su vida cotidiana, por ello entrevistaron a personas de sectores productivos como pescadores, agricultores, comerciantes y prestadores de servicios para conocer qué acciones llevan a cabo en relación con el cambio climático.

“Si les preguntas qué es cambio climático y qué consecuencias hay no van a saber, pero si les preguntas en su vida cotidiana cómo han sentido ese cambio en el clima sí saben, por eso es importante que ellos conozcan que esta situación tiene que ver con las decisiones que se están tomando a nivel internacional, nacional, estatal y local”, resaltó la investigadora.

Dijo que entre los entrevistados algunas personas todavía relacionan el temporal de lluvias con una fuerza divina. De ahí el nombre de la investigación Si Dios quiere, una percepción del cambio climático en Colima.

“Si todavía no estamos relacionando que nuestras acciones están provocando cambios en la temperatura global, entonces menos vamos a poder hacer algo al respecto”, afirmó Thomas Muñoz, quien resaltó que preocupa la aceleración del cambio en la temperatura global.

En el 2014, por medio de una investigación cualitativa, se realizaron 15 entrevistas a personas de diversos sectores productivos de los diez municipios del estado para analizar los impactos del cambio climático reconocidos por la población a partir de su conocimiento previo, sus prácticas cotidianas y sus barreras psicosociales. Con ello se propone una línea base de política pública que identifica tipos y niveles de riesgos ante el cambio climático y sus consecuencias socioculturales.

Los hallazgos tienen que ver con destacar la importancia de diferenciar sectores productivos para diseñar una estrategia de comunicación de cambio climático, sostuvo Rosalba Thomas Muñoz.

Como parte de esta investigación para el PEACC, en el CUGA se realizó el documental Lo que el clima se llevó, en el que se retoma la opinión de los colimenses sobre el cambio climático, siendo un producto audiovisual didáctico que presenta los resultados no solo a la sociedad afectada sino también al gobierno.

La investigadora puntualizó que la educación ambiental es una herramienta que permite a las personas conocer su mundo y que tener un buen ejercicio de comunicación, en lo que se refiere al cambio climático o temas ambientales, ayuda a tomar mejores decisiones para cuidar el planeta.

Thomas Muñoz invitó a la gente a que tenga más apertura para tener contacto con su entorno, ya que todas las decisiones que se toman diariamente impactan en el medio ambiente.

Fuente: CONACYT.

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