Seguramente alguna vez has jugado billar, esa actividad que consiste en provocar el movimiento de una bola con otra. Ahora bien, imagina que bajo ese principio intentes mover nanopartículas. Un grupo de investigación internacional —en el que participan científicos mexicanos— trabaja en inducir el movimiento de nanopartículas metálicas a través de electrones rápidos.
El doctor Alejandro Reyes Coronado, profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), participa en este grupo de trabajo que estudia la forma en que se puede manipular a voluntad las nanopartículas a través de haces de electrones.
En el marco de la XXIII Semana Nacional de Ciencia y Tecnología, realizada en el Zócalo de la Ciudad de México, el investigador adscrito al Departamento de Física impartió la charla Jugando al nanobillar: moviendo nanopartículas con electrones a estudiantes de primaria y secundaria para presentar de viva voz los descubrimientos que han realizado y que son un precedente para el desarrollo de nuevas tecnologías.
Explicó que en colaboración con colegas de la máxima casa de estudios del país, desarrollan los fundamentos teóricos sobre el movimiento que incide el paso de los electrones casi a la velocidad de la luz; en tanto que colegas de otros países se encargan de la parte experimental.
“Estamos iluminando nanopartículas con electrones, los aceleramos en un máquina, son electrones que van muy rápido, casi a la velocidad de la luz, que es de 300 mil kilómetros por segundo, y generan campos eléctricos y magnéticos que pueden interactuar con las nanopartículas”, detalló.
En la plática, refirió que los electrones —al tener carga negativa— generan un campo eléctrico y magnético; las nanopartículas también están compuestas de átomos con electrones, neutrones y protones. Al viajar, el electrón genera ese campo que interactúa con los electrones de las nanopartículas y les transfiere “momentos”, es decir, la fuerza para moverlos.
“Por ejemplo, tengo un electrón que viaja a cierta velocidad, y si pasa lejos de la nanopartícula, presenta una fuerza de atracción, pero si pasa cerca de ella, hay una fuerza de repulsión; es así como con los electrones puedo mover las nanopartículas a voluntad”, añadió.
Conocimiento de punta
El investigador nacional nivel I destacó que este descubrimiento es conocimiento de punta y ya lo están publicando ante la comunidad científica en revistas especializadas, para que a la postre sirvan como referencia para el desarrollo de nuevas tecnologías.
“La ciencia primero investiga, genera conocimiento y después llegan los ingenieros y ven qué les sirve para producir desarrollos tecnológicos. Sin embargo, lo que nosotros como físicos teóricos hacemos tarda entre 20 y 30 años en llegar al mercado, si es que llega”, aclaró.
El físico, que realizó estancias posdoctorales en el Donostia International Physics Center, en España, y en la Foundation for Research and Technology-Hellas, en Grecia, aseveró que colaboraciones científicas, como en la que participa, demuestran que en México se hace ciencia de alto nivel.
En ese sentido, instó a las nuevas generaciones a tomar las carreras científicas como su opción profesional, debido a que son interesantes y permiten contribuir a los desarrollos a favor de la sociedad.
Fuente: CONACYT.
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