Ante los altos índices de sobrepeso y obesidad en la población mexicana, documentados por organismos nacionales e internacionales, un grupo de investigadores de diferentes instituciones conformó la Red Nacional para el Tratamiento y Prevención de la Obesidad (Redtpo), cuyos objetivos principales son generar conocimiento científico, tecnológico e innovador y desarrollar e implementar estrategias efectivas de prevención y tratamiento de la obesidad a través de grupos de investigación multidisciplinarios.
La investigadora del Programa de Nutrición de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) y coordinadora de Investigación Clínica de la Redtpo, Olga Patricia García Obregón, informó que esta red se consolidó hace un año con la finalidad de generar estrategias para la prevención y el tratamiento de la obesidad en muchos contextos, desde el farmacéutico, social y el estudio de los alimentos.
“Esta red lo que pretende, básicamente, es unir estas líneas de investigación que tengan que ver con el tratamiento y la prevención del sobrepeso y obesidad, no nada más con estudios clínicos sino también investigación social, para identificar cuáles son los factores culturales que están impidiendo el cambio de conducta para que podamos erradicarlos. Somos la primera red contra el tratamiento y prevención de la obesidad avalada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) a nivel nacional”, aseguró.
García Obregón señaló que el problema del sobrepeso y la obesidad en México solo se ha abordado desde un punto de vista clínico, enfocado en señalar factores como la mala alimentación y la vida sedentaria como detonantes fundamentales para padecimientos como la hipertensión o diabetes, dejando a un lado, dijo, otro tipo de factores sociales y culturales que influyen de manera importante en este fenómeno.
“Tenemos una investigadora que está haciendo su doctorado que se enfoca en identificar qué está sucediendo desde el punto de vista social y la percepción cultural, que son muy importantes para generar estrategias de prevención que tomen en cuenta estos factores. Es un tema que desde el punto de vista científico resulta sumamente complejo porque hay muchas causas y factores que ocasionan obesidad”, agregó.
Niños con enfermedades de adultos
La coordinadora de Investigación Clínica de la Redtpo destacó que se trabaja con equipos multidisciplinarios con especialidades en nutrición, psicología y análisis de datos, con los que se diseñan estrategias específicas enfocadas en la prevención de estos padecimientos.
“Cuando se habla de obesidad lo típico es señalar la falta de ejercicio o la dieta, pero nosotros estamos encontrando que la microbiota intestinal puede aumentar el riesgo de obesidad, los plásticos de donde bebemos el agua, los genes e incluso condiciones prenatales. Tenemos un proyecto en el que queremos analizar que un bebé, desde que está en el útero, está predispuesto a ciertas enfermedades de tipo no transmisibles debido a factores como el embarazo, su dieta, entre otros”, señaló.
Olga Patricia García Obregón aseguró que en la actualidad ya es posible observar niños entre seis y 10 años con problemas de hipertensión, triglicéridos elevados, sobrepeso u obesidad, porcentajes de grasa muy altos, en los que ya están consideradas las zonas rurales.
“El ambiente no es el mismo que hace 20 años y los alimentos no se procesan igual, la parte cultural afecta; el contexto ambiental ha cambiado mucho, en la zonas rurales se ha modificado su estilo de vida, su percepción sobre los alimentos, cómo se percibe incluso la gente, todos esos cambios han generado problemas y tenemos que atacarlos desde una perspectiva integral, no se puede hacer desde un punto de vista”, advirtió.
En ese sentido, una de las líneas de investigación que desarrolla la Redtpo va enfocada en el aumento de los índices de obesidad en zonas rurales, que hasta unos años eran más afectadas por otro fenómeno que era la desnutrición.
“En este estudio hemos identificado que el aumento de sobrepeso y obesidad se está dando mucho más rápido en zonas rurales que en urbanas. Son muchos factores los que están involucrados, como son los sociales, culturales y del medio ambiente; uno de ellos, que es importante, es la disponibilidad de alimentos sanos que van de la mano con la situación económica. Para ellos es más barato comer alimentos que no son saludables”, informó.
De las líneas de investigación derivadas de estos estudios, de acuerdo con García Obregón, se generó un proyecto donde se analiza si las deficiencias de vitaminas en niños con obesidad de comunidades rurales puede derivar en padecimientos como la resistencia a la insulina, que es un paso previo a la diabetes, así como la inflamación de bajo grado, otro proceso metabólico que aumenta el riesgo de ciertas enfermedades crónico degenerativas.
Imagen corporal y actividad física
La investigadora de la Redtpo, María del Carmen Caamaño Pérez, subrayó que al momento de analizar el fenómeno de la obesidad en las comunidades rurales se ha detectado que la orientación que se le da está enfocada exclusivamente en recomendaciones para la mejora de la dieta, lo que no ha tenido éxito en la población.
“Nosotros observamos que las mamás se llegaban a asustar cuando los niños bajaban de peso, y los sacaban de nuestro estudio por la presión de los familiares e incluso de las maestras, que les hacían ver que los niños se demacraban cuando en realidad solo estaban bajando su peso corporal”, recordó.
Esto, según Caamaño Pérez, llevó a generar otras líneas de investigación en las que se asocia el sobrepeso y obesidad en estas poblaciones con la influencia social a través de estudios cualitativos para analizar la perspectiva de las madres de familia en estas comunidades respecto a la alimentación, imagen corporal y la actividad física.
“Encontramos cuestiones sobre la influencia muy interesantes, por ejemplo, que la obesidad es vista casi como una norma social en la que es mal visto si alguien baja de peso. En el caso de las mujeres, por ejemplo, las casadas deben verse de mayor peso que las solteras; si una mujer casada decide bajar de peso, genera la imagen de que quiere verse como cuando soltera o que está enferma”, señaló.
La investigadora de la Redtpo destacó que otro factor importante son las creencias en lo que se refiere a la valoración que se hace de los alimentos, en aspectos como la cantidad y saciedad, pero no la calidad, influenciado por el medio ambiente de estrategias mercadológicas enfocadas exclusivamente en la satisfacción de necesidades, disfrutar los alimentos y la convivencia familiar, más allá de los aspectos de salud.
“Todo esto aunado a que la imagen corporal no es vista como un inconveniente, lo que genera que la gente no quiera modificar sus hábitos y comportamientos. Llevamos dos publicaciones donde se identifica que no hay muchos motivos para bajar de peso, cuál es la imagen corporal que ellos visualizan, tanto de los adultos como de los niños, y por qué, además de cuestiones de la alimentación. Nos hemos dado cuenta que asociar enfermedades con la alimentación no ayuda mucho porque las personas no se preocupan por el futuro, lo que quieren es el ahora”, finalizó.
Fuente: CONACYT.
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