Lo declaró la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través del Informe mundial sobre el envejecimiento y la salud publicado en 2015: por primera vez en la historia, una gran proporción de la población puede aspirar a vivir hasta los 60 años o más; mientras que para 2050 habrá más personas octogenarias.
El acelerado incremento del envejecimiento a nivel mundial es un fenómeno considerado por los especialistas como “el mayor y más fuerte cambio demográfico de las últimas décadas”. Estimaciones de la Secretaría de Salud (SSA) indican que dentro de 15 años uno de cada cuatro mexicanos tendrá 60 años o más, situación que obliga a tomar acciones e impulsar la cultura del envejecimiento saludable.
El término del envejecimiento saludable consiste en fomentar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez. Marcela Agudelo Botero, doctora en ciencias médicas e investigadora del Instituto Nacional de Geriatría (Inger), indica que el concepto, el cual ha evolucionado a través de los años, no se limita a los aspectos relacionados con la salud y las condiciones físicas y mentales de la población, sino que involucra las oportunidades que este grupo poblacional tiene para su desenvolvimiento.
En México, el Inger realiza estudios sobre el envejecimiento poblacional y el desarrollo de elementos que conjunten las capacidades de profesionales para contribuir a la resolución de la problemática de salud que presentan las personas adultas mayores. En 2010, formó la Red Temática sobre el Envejecimiento, Salud y Desarrollo Social, conformada por alrededor de 160 investigadores miembros, y cuyos grupos de trabajo han contribuido a la generación de información que dé sustento a la apertura de nuevas vías de investigación alrededor de la gerociencia, un nuevo concepto que pretende comprender la relación entre los procesos biológicos y la enfermedad durante el envejecimiento.
De acuerdo con Luis Miguel Gutiérrez Robledo, doctor en ciencias médicas y director del Inger, uno de los objetivos de estas iniciativas es cerrar la brecha que hay entre la esperanza de vida actual, que es de 75 años para los mexicanos, y la esperanza de vida en salud, que es de 13 años.
Como parte de estas actividades, recientemente el Inger publicó el documento Hechos y desafíos para un envejecimiento saludable en México, información que evalúa el estado de las personas adultas mayores y pone en relieve los desafíos a los que se enfrenta el país para un envejecimiento saludable.
Envejecimiento: un reto para México
Luis Miguel Gutiérrez Robledo, quien también es miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), admite que el reto más importante para el sistema de salud en México es reconocer el envejecimiento como tal: un reto.
Aunque en el ámbito de la salud se habla cada vez más del tema, Gutiérrez Robledo reconoce que no se han realizado acciones concretas en respuesta al fenómeno del envejecimiento. A pesar de que en México se creó la especialidad de geriatría en 1995, en la actualidad hay menos de 200 espacios de consulta especializada en todo el país, aun cuando hay 600 especialistas.
“Necesitaríamos 10 veces más para cubrir las necesidades, pero es un número muy razonable con respecto al resto de América Latina. Nos toca desde el instituto crear un espacio de formación para promotores de salud, profesionales de atención primaria de personas mayores; estamos generando un programa de formación en cuidados paliativos y así poco a poco ampliamos nuestra oferta académica”, indica el médico internista y geriatra.
Líneas de acción para un envejecimiento saludable
El Instituto Nacional de Geriatría, basado en el Informe mundial sobre el envejecimiento y la salud de la OMS, ha propuesto cinco estrategias para propiciar el envejecimiento saludable en México. La primera de ellas tiene que ver con los cambios demográficos que han ocurrido para que el contingente de adultos mayores represente aproximadamente 10 por ciento de la población.
La doctora Marcela Agudelo Botero explica que las siguientes líneas estratégicas están enfocadas en “conocer la carga de la enfermedad y el impacto que tiene en los años de esperanza de vida, así como la carga económica y social que representa para los países desarrollados. El tercer punto tiene que ver con el impacto de la mortalidad y discapacidad”.
En este sentido, Marcela Agudelo Botero, candidata a investigadora del SNI, expresa que la población adulta mayor, al igual que otros grupos poblacionales, tiene una importante carga de padecimientos crónicos degenerativos en los que coexisten aquellos que son altamente prevenibles o evitables.
Las principales causas de mortalidad para 2014 en la población de 60 años o más fue la diabetes mellitus, seguida por las enfermedades sistémicas. Sin embargo, afirma, los padecimientos crónicos en esta población representan alrededor de 65 por ciento. “Esto nos habla de una importante concentración de ciertas patologías que son claramente identificables en el perfil”.
Otro de los puntos estratégicos tiene que ver con crear entornos amigables con las personas mayores; eliminar los prejuicios y estereotipos negativos acerca de este grupo poblacional.
En este punto, la investigadora del Inger explicó que en México hay un carga de la percepción muy negativa de los adultos mayores, principalmente porque son considerados poco útiles para la sociedad. Este tipo de estereotipos negativos daña su bienestar físico y emocional. “A partir de que llegan a un umbral de edad —en este caso para México es de 60 años—, incluso los adultos mayores se sienten viejos mucho antes de llegar a la sexta década de la vida”, dice.
Para la especialista en estudios de población por El Colegio de México (Colmex), posiblemente una de las formas de cambiar estos estereotipos es pensar la vida como un curso continuo sin limitaciones por condiciones, características y edad y no como un periodo de vida. “Las segmentaciones son límites que la sociedad ha fijado para determinadas cosas, y que de alguna manera se han malinterpretado; cuando una persona ha cumplido 60 años asumimos que ya no puede hacer sus actividades cotidianas y, por tanto, necesita de cuidados. De alguna manera pasa a tratárseles como niños y creamos una carga social innecesaria”, explica la especialista Marcela Agudelo.
En este sentido, señaló que en México 70 por ciento de las personas de 60 años o más son totalmente autónomas, es decir, continúan con sus actividades de manera normal e independiente, mientras que el otro 30 por ciento de la población llega en condiciones desfavorables de salud.
“La edad no importa, importa la capacidad intrínseca y cómo esta se expresa como capacidad funcional, dependiendo de las características del entorno que puede ser adverso o favorable. Hemos modificado el entorno a nuestro favor y ganado mucho en capacidad intrínseca y por eso nuestra esperanza de vida se ha duplicado”, detalla la especialista.
Otra de las propuestas del Inger para el envejecimiento saludable es el desarrollo de un sistema nacional de cuidados, y es que la falta de un sistema de cuidados de largo plazo relega esta responsabilidad a los hogares. De acuerdo con la especialista Marcela Agudelo, 80 por ciento de las cuidadoras son mujeres, esto implica que tiene que dejar de trabajar. “Un 17 por ciento del PIB es destinado a cuidado, es decir el gasto no remunerado. Esto es equiparable con el gasto de hospitalización de esta población”, agrega.
Factores que condicionan el envejecimiento
El envejecimiento es un fenómeno complejo que conduce a la diversidad, que tiene que ver con determinantes genéticos, ambientales, económicos y sociales.
“En general, se admite que el peso relativo de los determinantes económicos y sociales es de 70 por ciento. El 25 por ciento tiene un determinismo genético y hoy hay un consenso respecto a que el fenómeno no es un fenómeno biológico programado, no es que estemos programados para envejecer, sucede como resultado de una serie de condiciones que se van suscitando a través del tiempo, que se manifiestan como estocásticos técnicamente aleatorios, que afectan el proceso de cada quien de una manera distinta”, comenta.
Sin embargo, afirma que esto tiene sus excepciones pues se han percatado que los supercentenarios tienen una proporción mayor de determinismo genético y una mayor probabilidad de alcanzar los 105 o 110 años que el resto de la población. Para quien tiene un familiar de más de 105 años, tiene 30 por ciento de probabilidades de llegar a esa edad. Pero para quien tiene un familiar de 90 años, sus posibilidades de alcanzar la misma edad es de tres por ciento.
Una mirada al tema del envejecimiento
Con respecto al reporte presentado por el Inger, la doctora Marcela Agudelo explica que se trata de una oportunidad para poder visibilizar el tema del envejecimiento en México.
“Lo que sigue es profundizar de manera muy concreta las cinco estrategias antes mencionadas y seguir generando evidencias desde la perspectiva de curso de vida, y predecir cómo se conjugan los aspectos sociales, económicos y culturales en el envejecimiento. No hay una manera de envejecer, la forma en la que cada uno llega a esa etapa de la vida dependerá de muchos factores. Es un poco entender cuáles son los elementos que facilitan un envejecimiento saludable”, comenta.
Actualmente, el grupo de investigación del Instituto Nacional de Geriatría, en colaboración con el Instituto Nacional de Salud Pública, trabaja en la estimación de la carga de la enfermedad y la discapacidad de las personas mayores de cada entidad federativa.
Fuente: CONACYT.
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