El doctor Crescencio García Segundo, investigador del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (Ccadet) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en colaboración con el cirujano cardiovascular Raúl Serrano Loyola, del Hospital General de México, han integrado un grupo multidisciplinario de trabajo que busca detectar en etapa temprana el pie diabético a través de termografías.
El trabajo de los investigadores ha logrado capturar imágenes de 126 pacientes en los últimos 14 meses y aunque todavía no hay resultados definitivos que les permitan desarrollar técnicas para evitar la posible evolución de este padecimiento, los trabajos avanzan.
El objetivo es obtener patrones característicos que se asocien a condiciones de vasculopatía, neuropatía o trombosis, para que partiendo de esta información se configure una metodología asistida por computadora que aporte datos sobre qué tan avanzada está la patología y poder evitar la amputación de la extremidad.
La pérdida de extremidades por causa de la diabetes es un problema grave de salud en México debido a que va en aumento. Se calcula que 80 por ciento de las amputaciones mayores en miembros inferiores se realizan a pacientes diabéticos. Esto es originado porque los niveles de azúcar en la sangre son tan altos que con el tiempo dañan los nervios y vasos sanguíneos, lo que ocasiona que los pies no reciban suficiente sangre y oxígeno, pierdan sensibilidad y sean propensos a infecciones o heridas que deriven en gangrena.
Esta problemática de salud pública, entre muchas otras, y la aportación que hace la tecnología fueron los trabajos que se presentaron en la 2a Reunión de la Red Temática de Biofotónica, celebrada en San Andrés Cholula, Puebla, auspiciada por el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), a la que asistieron convocados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), unos 100 científicos de todo el país de diversas disciplinas, que tienen en común el uso de la luz en sus investigaciones orientadas a la medicina.
Como parte de su exposición, el doctor Serrano Loyola dijo que para poder validar su método, lo compararon con uno que ya está probado, como la radiografía simple y el ultrasonido. Insistió que el problema de los diabéticos involucra diversos estados como el físico, emocional, psicológico y hematológico, entre otros, lo que diversifica los resultados; sin embargo, con las imágenes termográficas sí han encontrado variaciones que dan los primeros resultados favorables para la investigación.
“Estos pacientes sufren de dos cosas principalmente: la angiopatía, ya sea de vasos pequeños, medianos o grandes, y la neuropatía diabética. Estos patrones han sido analizados en nuestras placas y hemos observado variaciones en los cambios de temperatura, que sí detecta la imagen termográfica. Tenemos aproximadamente 167 variables, tanto de laboratorio como por cada paciente, lo cual dará un análisis estadístico bastante complejo que aún no concluimos”.
La física da luz a la medicina
Por su parte, el doctor en física, Crescencio García dijo que parte de los trabajos que realizan consisten en tomar pruebas de imagen tanto en pacientes con extremidades afectadas como en personas sanas.
“Lo que nos encontramos es que en personas con diabetes, una de sus piernas no siente nada, mientras que la otra sí responde, estas variaciones sí son apreciadas por la termografía por la emisión de radiación registrada en el infrarrojo”.
El doctor Crescencio García explicó que existen cámaras que permiten registrar imágenes en el rango infrarrojo y que operan de manera semejante a una cámara fotográfica convencional. Cada uno de estos segmentos del espectro electromagnético requiere una tecnología especial, por lo que en el Laboratorio de Imagenología Biomédica, Física y Computacional del Ccadet utilizan para este proyecto una cámara que mide de ocho hasta 14 micras de longitud de onda (infrarrojo medio).
Multidisciplinarios con un solo lenguaje
Asimismo, el doctor Raúl Serrano Loyola declaró para la Agencia Informativa Conacyt que las reuniones de redes temáticas facilitan la vinculación entre diferentes disciplinas como la medicina y la física, dos áreas que a pesar de tener lenguajes y enfoques distintos, se logran complementar incluso con otras ciencias para desarrollar bases tecnológicas con aplicaciones directas en beneficio de la salud de los individuos.
“Ellos (físicos, matemáticos) siempre desarrollan cosas nuevas que a veces no saben en qué ocupar, y nosotros desde el área médica a veces estamos buscando apoyo, pero si no conocemos lo que se realiza, poco se puede hacer. Ahora trabajamos unas 25 personas de distintas disciplinas desde hace dos o tres años en conjunto con científicos de la UNAM y del Ccadet y esto nos ha permitido concretar proyectos en los que se ha vinculado el área tecnológica y médica”.
Finalmente, el doctor Serrano Loyola reconoció que al inicio les costó adaptarse en el trabajo, ya que tanto él como el doctor Crescencio García hablaban dos lenguajes diferentes, con dos formas de pensar distintas, eso originó algunos problemas de integración; sin embargo, después de estar en constante contacto trabajaron mejor y lograron hablar un mismo idioma.
Fuente: CONACYT.
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