Descubrir un tratamiento para el cáncer, diabetes o crear una de las antenas más pequeñas y potentes para telecomunicaciones, así como diseñar productos innovadores llevan a un país a incrementar su Producto Interno Bruto (PIB), incluso convertirlo en una gran potencia.
Para llegar a un producto final se requiere de muchos años y no sería posible sin contar con antecedente, por ello los investigadores deben consultar información científica en diferentes instituciones, universidades o revistas especializadas. Si partimos de este concepto, este tipo de información debería ser pública para posibilitar que más innovaciones se desarrollen.
Sin embargo, el 90 por ciento de lo papers o artículos científicos no son de acceso libre y para tenerlos hay que pagar por lo menos 35 dólares por cada uno, es decir, 700 pesos, (considerando el tipo de cambio del dólar a 20 pesos). Parece poco, pero si analizamos que en algunas investigaciones se requieren más de 500 artículos, estaríamos hablando de costos elevados que incrementan el valor del proyecto.
El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) señala que en 2015 contaba con 22 mil 292 mexicanos miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), los cuales utilizan como fuente primaria artículos científicos, la mayoría europeos o estadounidenses.
Por ejemplo, Jack Andraka, el joven de 19 años que desarrolló una prueba de detección temprana de cáncer de páncreas, ovarios y pulmón de bajo costo, requirió consultar durante su investigación cerca de 500 papers, la mayoría artículos libres y en línea, pero de no haber sido así hubiera tenido que pagar 17 mil 500 dólares, lo que equivale a 350 mil pesos mexicanos.
Universidades vs papers
Las universidades pagan membresías a revistas científicas a fin de que sus investigadores tengan acceso gratis a la información y para ello es necesario conectarse a los sitios desde una red universitaria o ingresar con el número de matrícula o clave.
El doctor Héctor Benítez Pérez, director del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM, dice que esta información está libre tanto para los alumnos y académicos dentro de los campus universitarios. Sí se solicita, se puede acceder de manera remota.
En 2012, la Universidad de Harvard envió un comunicado a los estudiantes donde mencionaba que no podía seguir pagando los artículos científicos debido al costo elevado de suscripciones a revistas que imponían las editoriales, que pueden ser de 40 mil dólares por año, unos 800 mil pesos, tan sólo a una revista.
La suscripción anual a la revista científica Nature cuesta 209 euros (4 mil 389 pesos). Sí se deseas ver un sólo artículo cuesta 4.41 euros, pero si el investigador quiere comprar una visualización y poder copiar tiene un precio de 8.84 euros (185.64 pesos), el comprarlo tiene un costo de 30 euros (630 pesos).
Se necesita un acceso libre a la información
Cada vez más científicos buscan que sus publicaciones sean de acceso libre a fin de que todo el mundo pueda consultarlo. Además, mientras más consultas y citas tiene, más valor consigue la investigación, pero si se solicita que la revista publique el artículo con open Access el investigador debe pagar por ello.
El doctor Héctor Benítez menciona que en la UNAM, “como política del Instituto buscamos no involucrarnos en el pago de Open Access; ahora bien, si un académico desea hacerlo lo puede llevar a cabo a través de proyectos”. Pero en su experiencia, el costo más alto que se ha visto que se pague es de cinco mil dólares, es decir, cien mil pesos.
La maestra en ciencias adscrita al departamento de genética y biología molecular del Cinvestav, Rubicelí Medina Agilar, dice que como investigadora es difícil costear un artículo de acceso abierto. “El presupuesto que se tiene se va directo a la investigación, equipo técnico, material de laboratorio y muestras biológicas.
Una solución
En 2011, Alexandra Elbakyan una joven rusa, que en ese entonces tenía 23 años, creó el sitio web Sci-Hub, que cuenta con más de 47 millones de artículos académicos libres.
El sitio permite a cualquier usuario adquirir papes sin necesidad de pagar por ellos o contar con una clave universitaria de acceso. Cuando alguien hace una consulta Sci-Hub trata de entrar en el portal de la universidad, con ‘claves cedidas’ y toma el artículo, después hace una copia en su servidor para no tener que recurrir otra vez al portal y las contraseñas son ‘donadas’ por simpatizantes.
Se calcula que la página puede estar causando pérdidas a editoriales como Elsevier, Springer o Wiley de hasta 150 mil dólares por artículo, en pesos mexicanos serían tres millones. En octubre de 2015 una demanda encabezada por Elsevier logro que el sitio cerrara, pero sólo unos meses después volvió a abrir con un dominio diferente.
Se requieren políticas públicas que regulen las editoriales y establezcan precios considerables a fin de que más científicos e investigadores tengan acceso a la información.
Fuente: Agencia ID.
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