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¿Cuánto oxígeno demanda un trabajador para ser productivo?

La capacidad pulmonar de trabajadores del sector industrial que desarrollan actividades cuyas demandas de oxígeno se incrementan de manera exponencial a medida que la jornada de trabajo avanza, fue monitoreada por investigadores del cuerpo académico de Optimización de Recursos de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), integrado por los doctores Claudia Camargo Wilson, Juan Andrés López Barreras y Jesús Everardo Olguín Tiznado.

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El monitoreo del consumo de oxígeno y gasto metabólico forma parte de un proyecto de investigación que tiene por finalidad la elaboración de un protocolo que permita a las empresas evaluar la demanda de oxígeno de sus empleados y hacer las adecuaciones en ritmos, estaciones y jornadas de trabajo, necesarias para contribuir con el rendimiento laboral.

En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, la doctora Claudia Camargo Wilson, investigadora de la Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño de la UABC, informó que los empleados evaluados trabajan en plantas industriales de los giros automotriz, aeroespacial y electrónico, asentadas en Baja California.

Indicó que para el estudio fueron seleccionados trabajadores cuyo gasto metabólico de energía en su jornada laboral es mayor, como consecuencia del desarrollo de actividades que implican la manipulación manual de carga, transporte de materiales y, en general, aquellas que exigen una secuencia de activación muscular muy intensa.

Apuntó que para el monitoreo pulmonar fue utilizado el analizador de gases metabólico VO2000 de MedGraphics, un equipo portátil que se colocó durante parte de la jornada de trabajo de aproximadamente 40 individuos que participaron en el estudio, herramienta con que se registraron a distancia y en tiempo real los datos por telemetría inalámbrica.

La investigadora subrayó que la finalidad del estudio es proponer los ajustes necesarios en el puesto de trabajo, medio ambiente y jornada laboral, con el afán de que el trabajador tenga un esfuerzo mínimo y la mayor productividad posible. Para ello se diseñó una serie de recomendaciones.

Simulación de áreas de trabajo

Previo al monitoreo en plantas industriales, los investigadores del cuerpo académico de Optimización de Recursos realizaron un periodo de pruebas en laboratorio con la participación de estudiantes.

El doctor Jesús Everardo Olguín Tiznado, investigador del cuerpo académico de Optimización de Recursos, explicó que en el Laboratorio de Antropometría, Ergonomía y Biomecánica de la UABC se hicieron adecuaciones para simular las áreas de trabajo que posteriormente serían monitoreadas.

Para ello, se utilizaron cabinas de ambiente controlado donde los estudiantes que participaron debieron simular una serie de actividades de manipulación manual de carga, transporte y ensamble de cierta cantidad de productos y lograr que las condiciones fueran lo más semejantes posibles a las estaciones de trabajo, para colocarles el analizador de gases y comenzar las mediciones.

Olguín Tiznado apuntó que el sistema utilizado con el analizador de gases tiene la capacidad de transmitir los datos remotamente desde una distancia máxima de 500 metros, con lo que pudieron hacer capturas en tiempo real y sin invadir el espacio de trabajo de los sujetos de estudio.

“Tenemos más de 38 mil datos registrados dado que la capacidad de transmisión y registro de datos es muy ágil, esos datos los evaluamos y vamos viendo el comportamiento del individuo en la semana, vamos viendo cómo ese individuo, a través de su jornada de trabajo, registra picos donde incrementa su capacidad pulmonar y su oxigenación es alta pero de repente hay una caída muy drástica”, refirió.

Factores externos

Uno de los primeros aspectos que los investigadores debieron tomar en cuenta como parte del estudio es que el rendimiento de los empleados monitoreados no depende exclusivamente de la estación y ritmos de trabajo, sino también de sus hábitos de salud.

Para cubrir esta importante variable, el cuerpo académico diseñó una encuesta de 10 preguntas que fue aplicada a cada individuo del estudio, previo a la colocación del analizador de gases, cuestionario con el que obtuvieron información en torno a los hábitos alimenticios y de actividad física de los sujetos.

El doctor Jesús Everardo Olguín Tiznado destacó que un común denominador fue que al inicio del día los empleados registraban una capacidad de oxigenación que se iba degradando en el transcurso de la jornada de trabajo.

“Normalmente en los lugares de trabajo estamos en un lugar cerrado, el cuerpo tratará de consumir más oxígeno si no hay condiciones para la circulación del aire y habrá problemas como monotonía en el trabajo, irritaciones, ciertos aspectos que van a mermar la productividad de ese trabajador”, resaltó.

Precisó que, a través del tiempo, es común que un trabajador inicie bien sus periodos laborales, después se estandaricen y finalmente caigan, lo que se conoce como una función de degradación.

“Nosotros estamos añadiendo factores para ver si ese comportamiento está relacionado con condiciones ambientales”, comentó.

Espacios y ritmos de trabajo

Dado que las empresas que participan en el proyecto de investigación han jugado un papel activo, los especialistas del cuerpo académico de Optimización de Recursos han reportado con constancia sus resultados para que hagan los ajustes que se requieran.

Esto va acompañado de recomendaciones que se pueden centrar en adecuaciones al entorno del área de trabajo pero también a los ritmos de labores, por ejemplo, la periodicidad en los descansos, la implementación de programas de acondicionamiento físico y nutrición, etcétera.

Olguín Tiznado mencionó que los resultados se entregan a las empresas mediante informes y presentaciones ejecutivas en las que se exponen los hallazgos en una escala por colorimetría: rojo para los empleados que se encuentran en estado crítico, amarillo como preventivo y verde para aquellos que presentaron la mejor condición.

Indicó que la mayor parte de las recomendaciones se enfocan en que los empleados tengan actividades físicas, pausas para la salud, espacios de recreo, áreas para hacer ejercicio y una serie de actividades que pueden desarrollar dentro de la misma empresa y que contribuirá con su productividad.

Hacia un protocolo

La información recabada con el estudio será utilizada por los investigadores de la UABC para el desarrollo de un protocolo, una metodología aplicable por las áreas de higiene y seguridad de los diferentes tipos de empresas para mejorar el rendimiento de sus trabajadores.

El doctor Jesús Everardo Olguín Tiznado precisó que en el protocolo que están diseñando, son los encargados de salud ocupacional quienes deberán poner atención en sus registros y evaluar a aquellos empleados que muestren indicios de afectaciones por una baja capacidad pulmonar.

Comunicó que la intención es que el mismo estudio realizado en Baja California se replique en los estados de Sonora, Chihuahua y Sinaloa, donde hay grupos de investigadores que siguen líneas de estudio similares y que podrían aportar con sus experiencias para la consolidación de un protocolo desde la región noroeste del país.

Fuente: CONACYT.

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