La construcción y programación de robots —pequeños y medianos— con capacidad de jugar futbol soccer, para un estudiante puede representar mucho más que un pasatiempo: es la antesala para el desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Raúl Rojas González, profesor de inteligencia artificial de la Universidad Libre de Berlín, explicó que RoboCup es una competencia internacional en la que robots participan en un torneo de futbol pero, a su vez, representa un laboratorio para el desarrollo de tecnología y componentes para robots.
“El objetivo no es realmente que jueguen futbol sino que después de que los estudiantes aprenden a programar estos robots, puedan ir a la industria y puedan desarrollar robots para aplicaciones más realistas”, apuntó.
Raúl Rojas, quien junto con un equipo de estudiantes se ha posicionado en dos ocasiones como campeón mundial de RoboCup, subrayó que lo que hace en la Universidad Libre de Berlín es complementar las clases con proyectos asociados.
“No había una clase para construir robots futbolistas sino un proyecto en un laboratorio de robótica, entonces los estudiantes iban a sus clases, aprendían a programar computadoras, a programar cámaras de video y como oferta adicional podían ir al laboratorio y programar estos robots; es lo que se llama enseñar con proyectos y yo creo que es una forma muy efectiva, una forma en la que los estudiantes aprenden más que si solamente toman sus cursos”, resaltó.
Calcular y predecir
El trabajo desarrollado por Raúl Rojas y sus estudiantes en el periodo de 1999 a 2006 para competir en RoboCup fue expuesto durante su conferencia Robots que juegan futbol, como cierre del evento La Noche de las Ciencias, celebrado el pasado 1 de abril en Ensenada.
A lo largo de su exposición, detalló que el funcionamiento de los robots es complejo y en primer lugar es necesario calibrar su percepción de los colores, una habilidad que en los humanos ocurre en automático pero que en los robots es necesario programarla.
“Una cosa muy importante es que todo esto requiere de programación, de realmente calcular el movimiento de los robots y una de las cosas que hacemos es tener todos los comandos, las posiciones, la historia del movimiento del robot, esa historia se mete en un predictor que nos ayuda a calcular la posición futura del robot”, especificó.
El científico precisó que cuando un robot avanza a alta velocidad es necesario enviar los comandos de aceleración tomando en cuenta su posición futura, puesto que el comando puede llegar una décima de segundo más tarde del momento en el que la computadora lo envió.
“Todo eso requiere de un cálculo matemático de la posición, de la trayectoria, de las aceleraciones que hay que enseñarle al robot, es una cuestión relativamente complicada pero si se hace de manera correcta, entonces se puede controlar el robot de manera muy precisa”, comentó durante la conferencia.
Simulación y reflejos
Combinando su exposición con la proyección de videos en los que se aprecia el funcionamiento de los robots que juegan futbol, Raúl Rojas puntualizó que previo a la programación del robot se desarrolla una etapa de simulación en computadora, en la que se observan estrategias de lo que será el desempeño del robot una vez que esté en la cancha.
“En el simulador, los estudiantes pueden ver lo que va a ocurrir en un juego y si estamos satisfechos con lo que el simulador está mostrando, entonces lo podemos implementar en la práctica”, indicó.
Posteriormente, los robots se programan con reflejos, a lo que se le llama comportamiento reactivo, es decir, que el robot actuará de manera inmediata en circunstancias determinadas.
“Si el robot no está cerca de la pelota, hay otro reflejo que se activa, no es el de disparar la pelota sino el de acercarse, entonces trata de ponerse atrás y al llegar a la pelota se activa el reflejo de disparar. Lo importante es tener reflejos muy sencillos y combinarlos de la manera más adecuada”, enfatizó Raúl Rojas.
El desarrollo de robots realizado por el doctor Raúl Rojas y sus alumnos culminó en 2006, año en el que comenzó a trabajar en la creación de vehículos autónomos, por lo que considera que RoboCup fue el incentivo para obtener el aprendizaje suficiente para desarrollar robots más sofisticados.
Fuente: CONACYT.
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