Alumnos universitarios del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), campus Cuernavaca, participaron en la competencia de submarinos Marine Advanced Technology Education (MATE ROV), llevada a cabo en Long Beach City College en California, Estados Unidos, en donde se destacaron como el único equipo latinoamericano y con participación en la categoría más avanzada donde obtuvieron grandes resultados.
La iniciativa surgió a través de una invitación a sumarse a la participación en competencias internacionales, siendo la tercera ocasión en esta competencia. En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el ingeniero David García Suárez, asesor académico de los jóvenes y profesor de esta universidad, platicó el proceso y resultados positivos obtenidos.
Potencial juvenil
Para concursar en esta competencia, el registro de equipo se realiza como si se tratara de una empresa que desarrolla tecnología marina. En este caso, los estudiantes nombraron desde hace tres años su empresa como TecXotic. Para ello han trabajado año con año en diseñar y mejorar su submarino, un vehículo remotamente operado para cada competencia.
Este equipo de 15 participantes está conformado por alumnos de ingeniería en mecatrónica, desarrollo sustentable, industrial y tecnologías computacionales. Además recibió apoyo de alumnas de mercadotecnia de la universidad que colaboraron con el desarrollo de marketing del proyecto, un aspecto que se evalúa durante la competencia.
En 2017, el robot de TecXotic fue llamado Balam y fue el único equipo latinoamericano participante en la competencia MATE ROV entre 600 equipos, pues había competidores de todo el mundo como Hong Kong, Rusia, Noruega, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Canadá, entre muchos otros países.
Esta importante competencia anual se lleva a cabo en tres etapas durante tres días. En el primero se realizan inspecciones de seguridad, dimensiones, peso, cuestiones de sistemas eléctricos, “debe pasar una rigurosa revisión por los jueces para poder meterlo al agua, dado los voltajes y corrientes que se manejan”, agregó el ingeniero.
Durante el segundo y tercer día se realizan las pruebas de la competencia que constan de cuatro tareas que se deben realizar en quince minutos. Dentro de estas comprenden actividades como el mantenimiento de un show de luz en pirotecnia y agua, detección de contaminantes en la bahía, identificación de contenedores que cayeron al agua después de un naufragio para su rescate y el apoyo en la construcción del hyperloop, un modelo de transporte dentro de las ciudades con vehículos magnéticos de alta velocidad en donde los submarinos serán indispensables, pues trayectos de la vía hyperloop se construirán en zonas acuáticas. El objetivo es hacer el mayor número de puntos y actividades en los quince minutos con solo dos oportunidades de error.
Dentro del evento, además de premiar al equipo ganador, se premia a concursantes individuales por su liderazgo, distinción que le fue otorgada a Miguel Alejandro Figueroa Mendoza, notable líder de este joven equipo quien explicó que durante esta competencia y en la práctica obtuvo mucho conocimiento sobre liderazgo. “Por ejemplo, cómo mejorar mi actitud para que nos entendamos y trabajemos en armonía, distribuir el trabajo para hacerlo en la manera más eficiente y sobre todo cómo sobreponerse ante los obstáculos que se presentan cuando las cosas no salen como esperábamos”, explicó.
Robótica submarina
Para este grupo, la calidad y trabajo en equipo es la clave pues durante dos semestres anteriores al concurso reclutaron alumnos que tuvieran la iniciativa de superarse y realizar actividades diferentes, a tener participación y experiencia internacional. “Es algo que atrae a los alumnos. Lo primero que hacemos es hablar con ellos y motivarlos para saber en que área quieren estar. Nuestro proyecto se divide en tres áreas principales: mecánica, electrónica y programación”, contó el líder juvenil.
Cada área tiene sublíderes que se encargan de que el proyecto salga adelante. “Se trata de construir un submarino desde cero y elegir el diseño, manufactura, materiales, electrónica, programación, herramientas, cosas que no son fáciles. Son muchos aspectos que se deben trabajar durante un año, por eso somos un grupo de 15 personas”, agregó.
Respecto a los aspectos técnicos implementados por los universitarios, estos estuvieron basados en las necesidades del proyecto que requerían recoger objetos, girar válvulas de agua e instalar cámaras. “Diseñamos una garra, una herramienta de rotación para la válvula y la instalación de las cámaras, así como el diseño general del robot. Los primeros desafíos fueron la elección de los materiales para la garra y motores que se usarían. Antes de viajar, el equipo practicó y mejoró sus sistemas, especialmente el de comunicaciones”, comentó el líder de diseño y manufactura.
Dentro de los materiales elegidos se usó acrílico, aluminio y motorreductores para ensamblar las piezas. Lo más destacable del equipo fue el uso de tecnología de impresión 3D para obtener piezas parte del robot. “Todo esto lo hicimos primero en una lluvia de ideas con todo el equipo para saber qué iba a tener y cómo haríamos las herramientas. Luego hicimos el diseño en CAD para dibujar las rutas y tamaños, así como hacer cambios”, explicaron.
Un elemento destacable y herramienta importante del diseño fue la garra que funciona con un tornillo personalizado por los jóvenes y con un paso más grande al convencional que gira a través de un motor y genera que se mueva hacia delante y atrás otra placa de aluminio que permite abra y cierre la garra.
La estructura del robot submarino se mantuvo estable bajo el agua, pues se obtuvo una densidad cercana a la de este líquido. “Inclusive el robot no se hundía casi nada ni flotaba. El diseño estuvo adecuado para las misiones, así como las herramientas que maquinamos y diseñamos”, agregó.
Visión futura
“Esperamos el próximo año implementar un cambio de la estructura, pues pretendemos hacer la mayoría de esta en tecnología 3D pues les da la exactitud, resistencia y bajo peso para que haga que el robot se convierta en una pieza más profesional”, compartió Miguel.
También buscan agregar un sistema de control al robot, “al mismo tiempo que avanzamos en la escuela, aprendemos más cosas que podemos aplicar al submarino. Hacer un sistema de estabilidad que automáticamente se quede en una posición dentro de la alberca con indicaciones, es el objetivo para este año”.
Estos estudiantes buscan además lograr obtener mayor apoyo económico que permita a todos sus miembros asistir a la competencia para ver los frutos del trabajo de un año.
“Este tipo de competencias motiva la vida académica y profesional de los participantes, les abre perspectivas y una nueva forma de hacer y ver más allá de las fronteras de la universidad y el país. El hecho de estar en una competencia con tantos equipos con un ambiente tipo olimpiadas es una experiencia bastante rica que marca a los alumnos”, concluyó su tutor David García Suárez.
Fuente: CONACYT.
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