En la Unidad Académica de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UACQ-UAZ), un equipo interdisciplinario de investigadores trabaja en el estudio de propóleo, chirimoya (Annona cherimola Mill) y cebolleta (Hemiphylacus novogalicianus) como productos naturales, con el fin de detectar metabolitos secundarios con propiedades anticancerígenas, antidiabéticas y antimicrobianas, que puedan tener el potencial de ser empleados como nuevos fármacos.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, la doctora Gloria Patricia Hernández Delgadillo informó que el grupo de investigadores evalúa desde el área biológica —farmacológica y toxicológica— dichos productos naturales, con el objetivo de aportar información al Cuerpo Académico de Medicina y Epidemiología molecular CA-UAZ 207, de la Unidad Académica de Medicina Humana y Ciencias de la Salud (UAMHCS) de la UAZ, con quienes se mantienen en constante colaboración.
La doctora Virginia Flores Morales expuso que el equipo también estudia productos obtenidos mediante síntesis química, con estructuras variables, pero todas encaminadas a tres efectos farmacológicos que como grupo buscan atender: anticancerígenos, antidiabéticos y antimicrobianos.
Propiedades farmacológicas del propóleo
La doctora en farmacología Gloria Patricia Hernández precisó que el equipo de investigadores pretende caracterizar la composición química y biológica de propóleo de diversas zonas del estado de Zacatecas, para evaluar su posible potencial terapéutico en diferentes modelos biológicos, ya que las propiedades de cada propóleo varían según su lugar de origen.
Manifestó que en cada propóleo, antes de su comercialización, es primordial hacer un estudio para identificar sus propiedades, caso que no sucede en México, ya que no existe un control adecuado ante el mercadeo de este producto apícola.
“Desde la antigüedad, el propóleo ha sido utilizado en la medicina tradicional con una gran variedad de objetivos terapéuticos, y la comunidad usuaria que cuenta con este recurso asequible lo utiliza con fines que van desde lo antimicrobiano, antiviral, antidiabético, analgésico, prácticamente lo usan para todo. Sabemos que no es posible que un producto natural pueda resolver todo, ya que si tuviera todas estas propiedades terapéuticas no tendríamos tantas enfermedades”.
Declaró que la composición química del propóleo depende de la flora —zona fitogeográfica de donde es recolectado—. Es de su conocimiento que el proveniente de zonas tropicales o más húmedas ha sido más estudiado, dado que algunas de sus propiedades biológicas ya han sido identificadas; sin embargo, no todos los propóleos tienen todas las propiedades para las cuales tradicionalmente se ha creído que son útiles.
El equipo ha encontrado diferentes propiedades terapéuticas en muestras de propóleos provenientes de zonas áridas del estado de Zacatecas como Río Grande y Ojocaliente, así como zonas húmedas y templadas como los originados en el Cañón de Juchipila, Jalpa y la Sierra de Tlachichila.
“Somos un grupo pionero en estudiar la composición química y determinación de las posibles propiedades terapéuticas del propóleo en Zacatecas y hemos detectado propiedades interesantes como la acción gastroprotectora, es decir, que tiene un posible potencial antiulceroso. En México, existen otros grupos de investigación que han estudiado el propóleo proveniente de otras zonas y con otros objetivos, pero nosotros somos los primeros en Zacatecas”, refirió.
Potencial toxicológico de la chirimoya
Patricia Hernández, también licenciada en químico farmacéutico biólogo, determinó que algunos de los habitantes del sur del estado de Zacatecas le dan un uso errado a infusiones de hojas del árbol de chirimoya, ya que la consideran útil como antiepiléptico. El equipo de investigadores ha comprobado que para este caso ejerce un efecto contrario y consecuentemente nocivo, ya que es un producto neurotóxico.
“La información de que era utilizado con este fin llegó a nosotros de manera coloquial, lo que nos motivó ir a tomar muestras, preparar extractos, determinar la composición química y evaluarlo en modelo de convulsiones para comprobar estas supuestas propiedades. Al hacer la evaluación, encontramos en modelos animales que no tiene propiedades anticonvulsivantes, al contrario, resultó ser neurotóxico. Así este proyecto tomó un cambio en el objetivo, ya no buscamos propiedades terapéuticas, sino que ahora nos enfocamos en estudiar la toxicología de este árbol utilizado al sur del estado”.
La doctora Virginia Flores Morales añadió que aunque el consumo de la chirimoya, así como de la guanábana (Annona muricata) —frutos de la misma familia—, no es nocivo, los compuestos (acetogeninas) con una actividad citotóxica más marcada se concentran en la semilla.
“Las acetogeninas son estructuras utilizadas a favor de la parte farmacológica, que han dado buenos resultados en terapias anticancerígenas. En las hojas encontramos efectos más nocivos, que no son seguros y representan verdaderas amenazas ante el consumo humano no estudiado y desmedido. De ahí radica la importancia de este estudio”.
Cebolleta, planta tóxica para el ganado vacuno
La doctora Patricia Hernández indicó que la cebolleta es una planta tóxica para el ganado vacuno, ya que en menos de una hora después de haber sido consumida —por una vaca, toro o buey—, el animal muere. Esta especie es endémica de la zona colindante Zacatecas–Aguascalientes y solamente existe en México.
“La pérdida importante de ganado ante el consumo accidental de cebolleta es la razón que nos llevó a estudiar esta especie para caracterizar su composición química, ya que representa un problema económico importante en este sector productivo. Sabemos que los ganaderos locales deben de cuidar que sus animales no consuman esa planta, sabemos que específicamente ingieren la parte aérea”.
La doctora Virginia Flores indicó que la cebolleta es una especie descrita taxonómicamente desde 1991 por el doctor Luis Gerardo Hernández Sandoval, de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), con quien trabajan en colaboración para fortalecer este proyecto, con el fin de evaluar, caracterizar y catalogar la parte química taxonómica de la planta.
Este grupo de investigación es el primero en hacer una publicación científica de esta planta desde el punto de vista químico. Los resultados fueron publicados en la revista Investigación y Ciencia en su edición No. 22, bajo el título de “Análisis fitoquímico preliminar del extracto hexánico de hojas de Hemiphylacus novogalicianus, una especie endémica de México”.
El actual objetivo del equipo de investigadores es definir los posibles mecanismos de acción causantes del efecto toxicológico de la cebolleta en los animales, para identificar las estructuras químicas —moléculas— responsables y, posteriormente, crear un antídoto para contrarrestar dicho efecto en el ganado.
“A partir de este estudio se generan dos vertientes: la primera es identificar las moléculas responsables de la toxicología en estos animales, y la segunda, buscar la posibilidad de ofrecer a este sector productivo una alternativa química para contrarrestar la pérdida importante que tienen ellos. Este es un trabajo que requiere de muchos años de investigación, por lo que ojalá alcancemos a cubrir esta segunda vertiente durante nuestro tiempo laboral”.
La doctora Patricia Hernández comentó que este mismo proyecto le ha permitido al equipo de trabajo plantearse otros intereses, como utilizar el agente citotóxico de la cebolleta para combatir otras condiciones como el desarrollo de cáncer, microbios u hongos en el organismo humano.
“En ese mismo sentido, nosotros consideramos que una vez que elucidemos las moléculas tóxicas, estaremos en posibilidad de evaluarlas con otros objetivos citotóxicos, pero ahora con un fin terapéutico. Este proyecto es muy amplio y diverso, se requiere una gran inversión de todo tipo para poder armar el rompecabezas que queremos estudiar para tener alternativas y antídotos”, explicó.
Virginia Flores recalcó que la cebolleta también tiene un potencial ecológico importante, ya que a pesar de que algunos ganaderos la han querido eliminar por medio de incendios o arrancarla de raíz, la planta se ha mantenido viva, por lo que especialistas consideran cumple una función biológica importante y actualmente ya ha sido resguardada.
“Necesitamos también defender la cebolleta y no solamente etiquetarla como ‘la mala’, ya que sabemos que tiene un potencial importante y debe ser estudiada desde muchas áreas, entre ellas, saber su genética, aspecto que también pretendemos abordar”, concluyó.
Fuente: CONACYT.
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