El calentamiento global, provocado por el aumento de gases de efecto invernadero en la atmósfera y sus consecuencias en el cambio climático, es considerado por especialistas como uno de los mayores desafíos actuales del ser humano.
¿Qué hacer para detener el impacto del cambio climático?, ¿es posible frenar o mitigar el calentamiento en la atmósfera? Antonio Fernando Sarmiento Galán, investigador del Instituto de Matemáticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lo cree posible.
¿Cómo? La tarea puede leerse ilógica, pero es de lo más sencillo, dice el doctor en matemáticas aplicadas que en los últimos 10 años se ha enfocado en el estudio del cambio climático, tarea que le ha llevado a analizar y comprender los informes emitidos por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), conformado en 1988 con la finalidad de realizar una serie de análisis científicos sobre las causas y repercusiones del calentamiento global.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el investigador comparte su preocupación por los efectos del cambio climático y las estrategias que considera deben aplicarse para dejar de afectar al planeta. Por otro lado, destaca cómo fue que se interesó por el estudio de este tema.
Antonio Sarmiento Galán nació y vivió en San Luis Potosí, lugar propicio para la recolección de la tuna Cardona, uno de los principales productos agrícolas criados en suelo potosino. Durante su niñez y adolescencia creció con las herramientas necesarias para su desarrollo personal y profesional, pues aún se cocinaban las tecnologías que en su momento fueron consideradas revolucionarias.
Fue testigo de diversas transformaciones tecnológicas como el desarrollo de la televisión, por ejemplo, este y otros acontecimientos generaron en Antonio Sarmiento duda, cuestionamientos y curiosidad por saber la funcionalidad de los aparatos tecnológicos: así se forjaban los principales indicios del futuro investigador.
“Cuando era niño crecí sin la televisión, ya en mi adolescencia llegó la televisión en blanco y negro: estas cosas eran un atractivo enorme para mí, quería descubrir cómo funcionaban. Me encaminé por la curiosidad”, recuerda.
De la matemática al cambio climático
Antonio Sarmiento Galán se graduó de la licenciatura en física y matemáticas por la Facultad de Ciencias de la UNAM. Obtuvo su doctorado en matemáticas aplicadas por el Queen Mary College de la Universidad de Londres.
Antes de convertirse en investigador del Instituto de Matemáticas, el doctor Sarmiento Galán formó parte del Instituto de Astronomía de la UNAM, donde sus principales trabajos de investigación estuvieron enfocados en la astrofísica y la gravitación, ahí colaboró con el destacado astrónomo Manuel Peimbert Sierra.
A finales de 1995, se integró al cuerpo de investigadores del Instituto de Matemáticas, pero en 2007, tras darse a conocer el cuarto informe del IPCC, decidió estudiar el tema del cambio climático.
“El cuarto informe me pareció tan drástico que me llevó a olvidarme de lo demás y dedicarme exclusivamente a intentar ver de qué manera se podría, cuando menos, difundir la información acerca del problema y plantear soluciones para atacarlo a través de una solución facilísima, pues es causado por un consumismo salvaje que destruye todo a nuestro alrededor”, expresa.
Efecto invernadero, vital para la vida en la Tierra, pero…
El doctor Sarmiento Galán explica que el efecto invernadero es un fenómeno natural que se produce cuando ciertos gases de la atmósfera (como el vapor de agua, dióxido de carbono, metano) retienen parte del calor que reciben los seres vivos del sol y cuyo sobrante irradia la Tierra, permitiendo así la vida en el planeta.
“El efecto invernadero es benigno, de no tenerlo el planeta se encontraría por debajo de los cero grados, alrededor de -13 grados Celsius en promedio a lo largo de todo el año. Esta temperatura no permite el agua en estado líquido. De no ser por el efecto invernadero, que permite una temperatura de hasta 18 grados Celsius en promedio a lo largo de todo el año, no tendríamos la posibilidad de esta maravillosa vida que disfrutamos tanto”, explica.
El problema empieza cuando los niveles de gases de efecto invernadero aumentan y se acumulan en la atmósfera como resultado de las actividades antropogénicas, que frenan la pérdida de radiación infrarroja hacia el espacio.
“Hemos exacerbado de una manera descontrolada el efecto invernadero en la atmósfera al cambiarle la opacidad que tenía originalmente, y que solo detenía parte de la radiación infrarroja que emite la Tierra. Anteriormente, parte de esta radiación se escapaba al espacio sin mayor problema, pero con la quema de combustibles fósiles hemos aumentado la concentración de los gases que exacerban el efecto invernadero y esto ha llevado a que la radiación infrarroja se quede atrapada y, por consecuencia, se calienta la Tierra”, expresa.
De acuerdo con el investigador, es necesario realizar esfuerzos para mitigar el impacto del cambio climático, el principal de ellos es sustituir la quema de combustibles fósiles por el uso de energías renovables.
“La solución para mitigar los impactos del cambio climático es terriblemente obvia: tenemos que dejar de emitir gases de efecto invernadero y para ello debemos abandonar la quema de combustibles fósiles. Es falso que esto cambiaría el nivel de vida al que estamos acostumbrados, porque no se pierden trabajos, solo debemos cambiar drásticamente nuestros patrones de consumo: se consume una gran cantidad de porquerías innecesarias. Por ejemplo, los celulares se cambian cada año, anteriormente sin ellos vivíamos mucho más contentos, con más tiempo para realizar una cantidad enorme de pasatiempos”, precisa.
Sarmiento Galán destaca las afectaciones en el tema de salud como un motor principal para frenar la quema de combustibles fósiles y migrar a fuentes de energía renovables. “Más de 11 millones de personas mueren prematuramente cada año en el planeta por la contaminación de las partículas finas suspendidas en el aire, y que tienen un diámetro dinámico menor o igual a las 2.5 micras. Son tan pequeñas que cuando respiramos entran directamente al torrente sanguíneo a través de las paredes de los pulmones, causando varios problemas importantes de salud”, explica.
El Movimiento POP
Para el doctor miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), la divulgación es una tarea implícita en su quehacer científico, labor que ha adoptado en los últimos años a través del Movimiento Protege Nuestro Planeta (POP, por sus siglas en inglés).
El Movimiento POP es una iniciativa creada por el doctor Rajendra K. Pachauri, director del IPCC durante 13 años, con el fin de compartir información y conocimiento a jóvenes sobre soluciones sostenibles para mitigar el cambio climático. “La idea es diseminar de una manera accesible toda esta información para que la gente la conozca y cuando estén conscientes de lo fácil que es evitar dañar este planeta, entonces lo practiquen. Este movimiento se ha llevado a escuelas y principales universidades”.
Respecto a su actividad como divulgador, el doctor Sarmiento Galán refiere: “Cuando uno descubre cosas maravillosas sobre cómo funcionan las cosas, se siente una angustia al saber que uno está consciente de ciertas cosas y los demás no, pero cuando estas cosas implican problemas de ética, se debe externar no solo a amigos y conocidos”.
El doctor Antonio Sarmiento Galán expresa su entusiasmo por la ciencia y la tecnología, pero destaca que detrás de cada descubrimiento debe existir la responsabilidad social con el planeta.
“A veces cuestiono el abuso de la tecnología siempre con la idea de intentar ver la parte ética, por ejemplo, ¿qué vamos a hacer con la enorme cantidad de celulares, baterías, plásticos, que todos los días van a parar a los tiraderos?, o con los satélites que han sido muy importantes para el desarrollo de mucho conocimiento en la Tierra, pero que nadie se ha preocupado de bajar: los primeros satélites tienen material radioactivo muy peligroso. Cuando se hace ciencia, muchas veces no se consideran los problemas que se pueden llegar a causar y no hay responsabilidad alguna detrás de muchos descubrimientos. Ese tipo de cosas son las que a mí me preocupan”, concluye.
Fuente: CONACYT.
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