En el marco regulatorio de la Ley de Ciencia y Tecnología de 2015 se estableció en el artículo 51 el apoyo a la creación de empresas de base tecnológica. De la mano con este estatuto, el Centro de Ingeniería y Desarrollo Industrial (Cidesi) ha enfocado su objetivo institucional en la creación de empresas de base tecnológica, apoyándolas en el incremento de su competitividad.
Este centro de investigación Conacyt estuvo presente en la Semana Nacional del Emprendedor. Fueron sus representantes Edson Ríos Martínez y Enith F. Fuentes Martínez, de la sede de Querétaro, quienes expusieron el quehacer del organismo en la creación de empresas con base tecnológica que tengan un modelo de negocio con corte tecnológico.
Edson Ríos explicó que su meta es “poder apoyar a los emprendedores y asesorarlos”. Entre sus usuarios se encuentran investigadores, empresas y estudiantes. Estos últimos son “el pilar y la base, ya que ellos vienen con el empuje del emprendimiento y se quiere crear una masa crítica en ellos para desarrollar avances tecnológicos”, recalcó Enith Fuentes.
La masa crítica se forma con asesorías, talleres de mentoría empresarial, que permiten un acercamiento con los emprendedores, empresarios e incubadoras de empresas.
La oficina es la responsable de organizar todas las actividades que ayudan a orientar a la comunidad académica con encuentros entre investigadores y estudiantes, para lograr fortalecer la idea y conocimiento de la apropiación del conocimiento. Entre las preguntas que se logran resolver están ¿cómo se protege una patente?, ¿cuál es el proceso para obtenerla?, ¿cómo registrar un software?, y todo lo que implica la propiedad industrial y la propiedad intelectual.
¿Cómo evalúan los proyectos?
Los pasos que sigue la oficina para evaluar un proyecto es través del diagnóstico de la idea, es decir, cómo saber que una idea tiene potencial. Esto se logra a través de un estudio de búsqueda de patentes, búsqueda de competidores y tecnologías sustitutas.
La oficina se apoya de un instrumento de predivulgación, “eso ayuda a delimitar un área de oportunidad tecnológica, y aporta la información que determina el reto tecnológico y si la idea puede tener un potencial de apropiación de conocimiento que genere un potencial de patente, un modelo de utilidad o un registro de software”.
El proceso inicial para saber si una idea tiene potencial y puede licenciarse es conociendo el estado de arte, que involucra investigar los productos similares que existen en el mercado y las áreas de oportunidad que se pueden encontrar. Esta información ayuda a fortalecer el modelo de negocios.
“El plan de negocios determinará cuánto costará producir y cómo se generará un valor económico. El nivel de maduración de la idea indicará qué tal está para lanzarse al mercado”.
La oficina se encarga de identificar los problemas después del reto tecnológico y visualiza el modelo de negocio, junto con sus dimensiones. Lo que implica “diagnosticar las ideas y consultoría en voz de expertos para, a través de ellos, dirigir los proyectos para que tengan una base tecnológica pero sin descuidar la parte del potencial comercial”, afirmó Enith Fuentes.
Y explicó que un proyecto de desarrollo tecnológico tiene un componente de apropiación muy grande si se sabe dirigir. “Se debe constituir en varias etapas, la primera consiste en pensar en la viabilidad, cómo se llevará a cabo la manufactura y cómo se va vender (…) Lo que se esté generando debe tener un impacto industrial o comercial. Además se debe tomar en cuenta la cuestión de propiedad intelectual”.
En la oficina se considera que los principales problemas en un plan de negocio son:
1. Propiedad intelectual, licenciamiento, estudios de mercado y otros estudios especializados para generar una patente.
Conacyt define el TLR como los niveles de maduración tecnológica, parte del desarrollo conceptual de la tecnología, se deben plantear las preguntas referentes a la estrategia de mercado y valorar a los principales competidores. La oficina de Cidesi ayuda a definir una estrategia de desarrollo tecnológico, a través de un estudio de vigilancia tecnológica ayuda a detectar las aplicaciones de desarrollo tecnológico.
2. La segunda etapa es investigación y desarrollo; lo que comúnmente se hace es publicar afters de un reto tecnológico que se está resolviendo, antes de hacer la publicación se debió hacer el registro y solicitud la patente.
“La oficina ayuda en la redacción de una patente, a partir del apoyo en pruebas experimentales que representen un estudio previo que permita conocer las normas que aplican en el desarrollo tecnológico y el contexto exterior. Un ejemplo concreto es en el caso de la industria farmacéutica donde se requieren certificaciones para poder vender un medicamento”.
Además, la oficina está creando un ecosistema de emprendimiento para que puedan existir empresas de base tecnológica. Se necesita un marco regulatorio para la base tecnológica, asesoramiento de gestión de propiedad intelectual y sobre emprendimiento. “El asesoramiento legal enmarca problemas de cómo se hace un contrato, un acta constitutiva y bajo qué figura quedará registrada. Es importante tener en cuenta que la asesoría legal se lleva a cabo después de haber obtenido la patente”.
La oficina también ayuda a buscar fuentes de financiamiento de capital semilla y a la vinculación con empresas, socios y aliados estratégicos.
El proceso de consultoría de mercado se hace identificando el mercado potencial, esto ayuda a plantear el modelo de negocio para saber cuánto se requiere de inversión.
Los mecanismos de inversión que la oficina está explorando son los públicos que maneja Conacyt, la Secretaría de Economía, fondos de capital privado, empresas de inversión y modelos de negocio innovadores.
Nuevas oportunidades
Edson Ríos explicó que la oficina lleva tres años de ser formal y está vinculada con el Fondo Sectorial de Innovación de la Secretaría de Economía-Conacyt (Finnova).
Los clientes externos que tienen son principalmente empresas del ramo automotriz. “Ya que tienen fuerte presencia en el sector y se apoyan en temas de propiedad intelectual y de inteligencia tecnológica”.
La maestra Fuentes expuso que la oficina está apostando por “la inversión de riesgo”, gracias a la cultura de gestión de propiedad intelectual.
“Cidesi es de los centros que más generan desarrollos tecnológicos vinculados con empresas. Quieren agregar más valor a las capacidades tecnológicas que ya se crearon. Se están instaurando los mecanismos necesarios que se requieran, buscando un fondo de capital privado, identificando que en este rubro no hay proyectos de desarrollo tecnológico”.
Y dijo que esto dará inicio a una etapa donde los aceleradores de negocio colaborarán para apoyar proyectos que se encuentren en la etapa conceptual, apoyando en la constitución de la empresa. De igual forma, podrán acercarse empresas que ya están en la etapa de maduración.
En apoyo del emprendimiento, la oficina ofreció a los asistentes un estudio de estado de arte para las personas que tuvieran un proyecto de desarrollo tecnológico, para la búsqueda de patente y la redacción de la patente. Para los que no tenían un proyecto tan avanzado, los apoyaban con un estudio de los proyectos que quisieran desarrollar.
Fuente: CONACYT.
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