“El gran fracaso del Titanic contribuyó más al diseño de trasatlánticos que lo que habría hecho su éxito” es una cita del ensayo El éxito a través del fracaso. La paradoja del diseño de Henry Petroski, editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE) y que forma parte de la colección La Ciencia para Todos.
El repertorio corresponde a una iniciativa de Alejandra Jáidar y Felipe Garrido; abarca más de 64 títulos que promueven la cultura científica desde diferentes perspectivas. Los ensayistas nacionales e internacionales cuyos trabajos forman parte de esta colección crean, por medio de su literatura, un puente entre ciencia y sociedad.
La colección La Ciencia para Todos celebró 30 años de su publicación junto con el quinto Simposio de Ingeniería, organizado por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). Durante una semana se llevaron a cabo actividades en tres sedes de la universidad: plantel San Lorenzo Tezonco, plantel Cuautepec y plantel Casa Libertad, con el fin de dar a conocer los principales títulos de la colección. Además de las conferencias de Fondo de Cultura Económica, el evento estuvo conformado por talleres, conferencias académicas y presentaciones de proyectos estudiantiles.
Presentar obras de la colección fue una iniciativa para dar a conocer entre la comunidad estudiantil nuevas miradas de la ciencia. Se contó con la presencia de algunos de los autores. Entre los invitados estuvo Susana Biro, autora de Para calcular el universo. Las computadoras en la astronomía (2004). La doctora explicó cómo las computadoras son empleadas en el trabajo astronómico, a través del control de los telescopios y en la elaboración de modelos matemáticos que representan a los objetos celestes y sus movimientos.
Miguel Meléndez Lira presentó en el plantel Cuautepec Fenómenos de contacto y sus aplicaciones en celdas solares (2010), colaboración que hizo con Yuri Gurevich. Meléndez compartió los fundamentos físicos del funcionamiento de los dispositivos electrónicos y su contribución a la formación de recursos humanos dedicados al desarrollo de dispositivos fotovoltaicos, electrónicos y optoelectrónicos.
Otro tema de interés para la comunidad de ingenieros fue el de Los superconductores (2012) de Luis Fernando Magaña, conferencia que cerró el evento en el plantel Casa Libertad, expuesta por el mismo autor. La combinación de conceptos introductorios al tema, su descubrimiento, aplicaciones y una visión futurista del uso de la superconductividad en la tecnología, recalcaron la necesidad de incursionar en el campo de la superconductividad, desde investigarla hasta desarrollar tecnología en la que se aplique.
Los organizadores del simposio también fueron partícipes de las conferencias, siendo ponentes de algunas de sus obras favoritas. El doctor Adolfo H. Escalona Buendía recalcó la importancia de un evento de este tipo en la universidad ya que “representa la oportunidad de traer a gente de otras instituciones, universidades estatales, empresas, etcétera. Personas con las que no convive la comunidad de la universidad, y esto permite ofrecer a los estudiantes diferentes alternativas y perspectivas”.
“La paradoja del diseño” en conferencia
El doctor Escalona, organizador del simposio, presentó en plantel Casa Libertad el ensayo de Henry Petroski, rememorando fracasos y desastres de la industria, y cómo estos fracasos representaron la oportunidad de mejorar normas de seguridad y diseños que fueron tendencia en su momento. El ejemplo del Titanic simbolizó uno de los más importantes en materia de ingeniería y normatividad, al igual que los puentes colgantes que fueron auge en Estados Unidos después de la construcción en 1937 del Golden Gate, situado en la península de San Francisco, California. En 1940, el derrumbe del puente colgante de Tacoma, diseñado de la misma forma, es un claro ejemplo de que “seguir los modelos del éxito (…) con gran frecuencia lleva al fracaso”.
El ponente mencionó otros ejemplos que no se encuentran en el libro, como el del Ford Edsel, marca de automóviles de Ford Motor Company en el periodo de 1958-1960, considerado como uno de los mayores fracasos de la industria automotriz de toda la historia. Algunos errores técnicos y de diseño bastaron para que la empresa tuviera pérdidas por aproximadamente 250 millones de USD.
La empresa recobró las ganancias con el diseño del Mustang, introducido al mercado en 1964 y superando las expectativas de vender más de 100 mil unidades. Solo el primer día en el mercado lograron 22 mil pedidos, y en su primer año, las ventas alcanzaron la asombrosa cifra de 417 mil automóviles. En México, se convirtió en el coche deportivo de moda. Escalona recalcó que en la industria “es importante probar los nuevos sistemas que al momento de utilizarse pueden revelar algún comportamiento no previo por el diseñador ni por ninguna simulación en computadora”.
Todo lo anterior fue aunado a una exposición completa de lo que representa la obra, además de plantear el objetivo de Petroski, quien recalca en su ensayo que “las cosas y las ideas nuevas provienen de nuestra insatisfacción con lo existente y de querer algo que cumpla con nuestras aspiraciones (…) La frustración y la decepción con el uso de una herramienta o el funcionamiento de un sistema plantean un reto: mejorarlo”.
Los ejemplos expuestos en el ensayo y por el doctor Escalona son una herramienta para estudiantes de ingeniería que los puede motivar a inventar nuevos productos en la industria.
Fuente: CONACYT.
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