La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no es ajena al campo espacial; su historia en el estudio del cosmos tiene aproximadamente siete décadas, en las cuales destacaron estudios de la radiación cósmica llevados a cabo por el doctor Manuel Sandoval Vallarta y Alfredo Baños en la década de los años 40, y la puesta en órbita de dos satélites propios, el UNAMSAT-1 y UNAMSAT-B, en la década de los 90, por mencionar algunos.
Siguiendo con la trayectoria de la máxima casa de estudios en el área espacial, se creó el Programa Espacial Universitario (PEU), el cual funge como una entidad encargada de coordinar capacidades y esfuerzos de la UNAM para el desarrollo de tecnología espacial y la formación multidisciplinaria de profesionales de las ciencias y humanidades en el área espacial, con el fin de fomentar la creación de proyectos y la realización de estudios que impulsen el crecimiento de la ciencia, la tecnología y la industria espacial en México, así como de la difusión del conocimiento espacial.
Este proyecto está dirigido por José Francisco Valdés Galicia, doctor en astrofísica y física del espacio que se desempeña como investigador titular C en el Instituto de Geofísica de la UNAM. El PEU está pensado como un proyecto que contribuya a la investigación básica, desarrollo tecnológico e innovación del sector espacial, así como la formación de personal académico.
Según el doctor Valdés, con este programa será posible identificar y explotar los nichos de oportunidad que todavía puede aprovechar México en el espacio, pese a los 60 años que tiene de existencia la era espacial. Entre estos nichos se encuentran el diseño y construcción de plataformas satelitales, la medicina espacial, la educación a distancia, el desarrollo de instrumentación y sensores para aplicaciones espaciales, entre otros.
«Es necesario que dentro de las carreras que se imparten en la universidad se establezcan opciones que traten el tema espacial desde el lado de la ciencia, desde el lado de la tecnología y desde el lado de las ciencias sociales (…) Generar una conciencia de que el espacio es importante y podemos aprovecharlo para nuestro beneficio como seres humanos”, expresó en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
Cabe destacar que antes de que existiera el PEU, la UNAM ya contaba con un programa similar, la Red Universitaria del Espacio (RUE), creada en el año 2010 por acuerdo del entonces rector de la universidad, el doctor José Ramón Narro Robles. Su principal objetivo fue impulsar el desarrollo de ciencia y tecnología espaciales en beneficio de México, como la vigilancia para prevenir desastres naturales, la explotación de recursos, cambio climático, teleeducación, telemedicina, entre otros.
La RUE tuvo como logros relevantes cursos impartidos por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) y de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), la elaboración del primer catálogo de proyectos espaciales liderados por miembros de la comunidad universitaria, así como la firma de convenios con la Agencia Espacial Mexicana (AEM) para la realización de cursos y seminarios de tema espacial.
El doctor José Francisco Valdés Galicia, nivel III en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), menciona que hasta hace 10 años la industria espacial se concentraba principalmente en Querétaro y Baja California, pero entre 2010 y 2014 esta industria tuvo un crecimiento de 15 por ciento, contrastando con el de la economía, que creció en apenas entre dos y tres por ciento, además de expandirse hasta lograr estar presente en 26 estados de México.
“Es una industria que necesita capacitación, ya que es una industria de alta tecnología y de altas ganancias, por lo que no hay otro lugar al cual acudir además de la UNAM o el Instituto Politécnico Nacional (IPN), en donde está la gente que conoce de estas cosas”, comentó el investigador.
Actualmente se tiene en desarrollo la primera constelación de microsatélites con tecnología mexicana, el proyecto Quetzal, el cual tiene por objetivo la medición de contaminantes atmosféricos, además de probar nuevos sistemas de comunicación.
Otras de las aplicaciones en que se puede ocupar la tecnología espacial es el monitoreo de la Tierra para la prevención y atención ante desastres por fenómenos naturales (sismos, huracanes, erupciones volcánicas, deforestación, etcétera), así como el monitoreo de epidemias que ponen en riesgo la salud de los mexicanos, como es el caso del mal de Chagas y del mosquito portador del virus de Zika.
Fuente: CONACYT.
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