Lo que inició como un proyecto escolar de ciencias para solicitar becas de investigación a futuros estudios, resultó para tres estudiantes de preparatoria de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) la oportunidad de representar a su país en un certamen internacional. Aranza Meza Dorantes, Israel Hernández y Edmundo Balderas Castro crearon plástico biodegradable a partir de cáscara de plátano.
La idea del proyecto surge de ver el producto que consiguió una estudiante turca, Elif Bilgin, y que la llevó a ganar un premio internacional de ciencia juvenil. La meta para los jóvenes poblanos era superar aquel logro y el objetivo crear botellas de bioplástico que fueran degradables.
“Básicamente el proyecto consistió en el aprovechamiento del almidón contenido en las cáscaras de plátano, las cuales son consideradas residuos agrícolas, para utilizarlo como materia prima para la producción de bioplásticos”, explica Aranza Meza.
Por licuación se mezclan cáscara de plátano, fécula de maíz, vinagre y glicerina. El resultado se somete a calentamiento y se genera una especie de gel que se expande en una placa de tela o vidrio. El siguiente paso en el proceso de los estudiantes es dejarlo secar al aire libre por 24 horas para formar hojas de 50 por 50 centímetros que se degradan en un mes.
Cabe destacar que una bolsa plástica tarda alrededor de 100 años en degradarse y una botella puede llegar a tardar hasta mil años.
La misma Aranza Meza, quien ahora estudia biotecnología en el Tec de Monterrey campus Puebla, detalla que la placa que ellos generan tiene un costo aproximado de 17 pesos, pero para escalarlo industrialmente se tendría que investigar más de materiales, procesos, etcétera. “Trabajamos en la resistencia y la impermeabilidad del bioplástico porque nuestro objetivo era hacer unas botellas de plástico degradable, y el que logramos es flexible y degradable al agua”.
De Puebla a Londres
Una vez concluido el proyecto escolar, sus creadores lo inscribieron en el concurso Expociencias estatal del cual obtuvieron el primer lugar que los motivó a participar en el mismo certamen, pero a nivel nacional.
Por el puntaje en el concurso ganaron la oportunidad de ir al London International Youth Science Forum, en julio de 2016, para el cual mejoraron la fórmula y llevaron como muestras bolsa tipo ziploc y una libreta con pasta y engargolado hechos del bioplástico.
“La experiencia fue muy enriquecedora, pues asistimos a conferencias de muy alto nivel por parte de emprendedores y científicos de todo el mundo. Pudimos acudir a laboratorios de las universidades de Oxford y Cambridge, visitamos el Imperial Collage y la Universidad de Londres.
“Como parte del evento se llevó a cabo un bazar en el que se expusieron los proyectos de los participantes; la idea no era competir sino a compartir ideas científicas más que de negocios. Los jueces nos escogieron como uno de los diez más destacados y muchos se interesaron en el proyecto. Posterior a ese viaje me invitaron a participar como staff en los eventos siguientes”.
“Estamos dando utilidad a un residuo, a un producto de desecho para crear tapas de libretas, forro de libros o para las carpetas de los trabajos que presentamos. Pero queremos algún día hacer botellas”, concluye orgullosa Aranza Meza.
Fuente: Agencia ID.
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