La antropología médica es considerada como una subdisciplina de la antropología social que se centra de manera específica en estudiar los fenómenos y procesos sociomédicos, es decir, los procesos de salud, enfermedad y atención desde una visión social.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, las especialistas en antropología médica Paola María Sesia, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), unidad Pacífico Sur, y Lina Rosa Berrío, catedrática Conacyt adscrita al CIESAS, unidad Pacífico Sur, hablaron sobre el quehacer de la antropología médica.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿De qué se ocupa la antropología médica?
Paola María Sesia (PMS): A grandes rasgos, se ocupa de todo lo que tiene que ver con las concepciones, visiones, representaciones sociales y valores alrededor de la salud, la enfermedad y la búsqueda de atención para resolver esos problemas. Además, se ocupa de los saberes y las prácticas que se desarrollan alrededor de la salud y los padecimientos, para poder restablecer la salud cuando esta se pierde.
También existe la antropología médica crítica, que es aquella a la que interesa ubicar experiencias de salud, del enfermar, del sufrir y del buscar curación como fenómenos que están contextualizados dentro de estructuras y procesos más grandes que tienden a ser desiguales. Los distintos grupos sociales y los diferentes individuos no atraviesan esos procesos de maneras parecidas, evidentemente la clase social, pertenecer a un pueblo indígena, vivir racismo por el color de la piel, o ser mujer o ser hombre, son categorías de vida que te hacen vivir esas experiencias de manera distinta.
AIC: ¿Cómo influyen estas categorías en el acceso a la salud?
PMS: La experiencia de enfermar y tener acceso a distintos tipos de tratamiento médico pasa necesariamente a través de la identidad de la persona. Esa identidad tiene que ver con accesos diferenciales, si la persona es de bajos recursos económicos, de una clase social baja, que vive en condiciones de marginación o que puede sufrir discriminación o exclusión, tiene un acceso disminuido a una atención médica de calidad o a una amplia gama de opciones, sobre todo cuando estas están sujetas a la lógica del mercado.
En antropología médica estudiamos la violencia estructural, que tiene que ver con la desigualdad social, la cual se construye de una manera muy determinante en las sociedades y hace que ciertas personas padezcan más que otras, teniendo menos acceso a servicios de salud de calidad, o que los saberes tradicionales se consideren de menos prestigio en comparación con los saberes de la medicina biomédica.
AIC: ¿Bajo qué metodología se da la relación entre los fenómenos biológicos y los culturales?
PMS: Lo que hacemos para poder estudiar lo biológico y lo cultural desde la perspectiva de la antropología médica es recurrir a herramientas típicas de la antropología. Usamos muchísimo el trabajo etnográfico, lo que quiere decir que es un trabajo en el que se entrevista a la gente, ya sea a sujetos que son objeto de tu estudio, que pueden ser tanto personas de pie, como a los médicos y personal de un sistema institucional de salud o a curadores tradicionales, por ejemplo. Hacemos muchas entrevistas y mucha observación en campo para realizar la descripción y el análisis del contexto y poder entender mejor estas cosas.
También, varios usamos otras metodologías que pueden haber derivado de la epidemiología, como la epidemiología sociocultural, que estudia no solo los padecimientos reconocidos por la medicina biomédica, sino todos aquellos que se reconocen por parte de la población. También se pueden hacer cuestiones más cuantitativas, como encuestas a nivel poblacional, para tener más información que se pueda generalizar más allá de lo que se puede hacer con estudios más pequeños, que es a lo que los métodos cualitativos tienden a enfocarse más.
AIC: ¿Para la investigación se recurre a otras disciplinas como la psicología?
PMS: Las ciencias sociales comparten temas de estudio y al mismo tiempo tiene cada una su propia especificidad disciplinaria. Lo que se refiere a la psicología, desde la perspectiva de la antropología lo vemos como la construcción de la subjetividad, porque en la antropología estudiamos al individuo e incluimos no nada más el cuerpo o la mente, sino que incluimos los sentimientos, las percepciones, los sentidos.
No recurrimos necesariamente a la psicología como disciplina aparte, ya que seguramente entre disciplinas compartimos enfoques teóricos. De la psicología, la antropología usa mucho un enfoque que no tiene que ver necesariamente con el individuo, sino con las colectividades, al que llamamos enfoque de las representaciones sociales.
Lina Rosa Berrío (LRB): En la antropología médica crítica reconocemos los diferentes niveles o ámbitos que están involucrados en la salud. Hay una diferencia sustancial con las miradas más biomédicas o exclusivas de ver al individuo y al cuerpo, de pensar cómo eso está en relación con otros elementos que también determinan la manera en cómo se vive, cómo se cuida, cómo se previene y cómo se mantiene la salud. Todas esas dimensiones no están necesariamente relacionadas con la enfermedad exclusivamente, pues todos los grupos culturales construyen una serie de estrategias para mantener la salud, prevenir la enfermedad y, una vez que aparece, para atenderla.
AIC: ¿Qué es la dimensión colectiva de las enfermedades?
LRB: Desde la salud colectiva se habla de determinantes sociales de la salud, lo que nos lleva a reconocer temas como acceso a la educación, a la vivienda, servicios, etcétera. No es lo mismo para una persona tener resueltas varias condiciones materiales, tener espacios de recreación o agua potable, que no tenerlos. También en la antropología médica crítica aparece esta dimensión colectiva, la cual considera no solamente las personas sino los grupos sociales, cómo vivimos la salud y el padecer, cómo lo construimos, lo nombramos y cómo lo significamos. Por ejemplo, padecimientos como el “empacho” o el “susto”, que son culturalmente construidos y corresponden a la manera como en ciertos contextos de México y América Latina se piensa colectivamente la salud y cómo esta es afectada por ciertos eventos de la vida.
Además, existen otros temas que no necesariamente son padecimientos sino procesos de la vida, como el envejecimiento, la reproducción, la crianza, entre muchos otros. Estudiamos cómo se viven estas etapas de la vida en diferentes grupos sociales y las implicaciones sociales. Cuando hablamos de proceso salud-enfermedad-atención nunca lo pensamos de manera individual, pues implica necesariamente la participación de otras personas, la familia, las redes sociales, los grupos, los terapeutas, entre otros.
AIC: ¿Para qué puede ser utilizada esta investigación?
LRB: La antropología médica puede servir para comprender de una manera más profunda los procesos relacionados con la salud y decidir qué tipo de políticas públicas y sanitarias se deben construir para dar respuesta a la dimensión colectiva de la salud y la enfermedad.
PMS: Algunos antropólogos médicos tratamos de llegar a un diálogo con el sector salud en los distintos estados donde operamos para que la información que se genere pueda manejarse de una manera útil para los tomadores de decisiones. En vez de mandar un libro o un artículo de 50 o 60 páginas, se pueden hacer folletos, resúmenes ejecutivos en un formato que sea más amigable y que esa información les pueda ser útil en la planeación e implementación de programas de salud.
Pensamos que lo que nosotros podamos decir y aportar en cuanto a poder ver cómo la población enferma, se cura y enfrenta ciertas temáticas de vulnerabilidad, incluyendo el acceso a servicios de salud o cuestiones que tienen que ver con discriminación y la exclusión de servicios, sea de utilidad para aquellos que trabajan las políticas públicas en salud y la tomen en cuenta para mejorar lo que están haciendo.
Fuente: CONACYT.
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