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Desarrollan en Durango sistema biométrico forestal

Un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de El Salto (ITES) —que pertenece al Tecnológico Nacional de México (Tecnm)— en Durango, desarrolló un sistema biométrico forestal que, mediante el uso de un catálogo de ecuaciones, calcula los valores de árboles o masas forestales completas para determinar su volumen y productos maderables.

Este sistema incluye expresiones matemáticas para calcular el volumen de las ramas, del tronco y del árbol completo, explicó el doctor Benedicto Vargas Larreta, profesor investigador del Instituto Tecnológico de El Salto y responsable de la investigación.

En este proyecto también participaron la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Universidad de Guadalajara, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Universidad Juárez del Estado de Durango, Universidad de la Sierra Juárez, Universidad Autónoma Chapingo, Colegio de Postgraduados y El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur).

Los modelos de crecimiento en el sector forestal son herramientas que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), a través del Fondo Sectorial para la Investigación, el Desarrollo y la Innovación Tecnológica Forestal junto con la Comisión Nacional Forestal (Conafor), ha promovido, esto en el detalle de las demandas específicas de cada convocatoria.

En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Benedicto Vargas Larreta explicó en qué consiste y cuáles son las ventajas de este tipo de sistemas que logran recabar una estimación mucho más completa de los elementos de una masa forestal.

Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Qué es un sistema biométrico forestal?

Benedicto Vargas Larreta (BVL): Es un catálogo de ecuaciones mediante las cuales se puede estimar el valor de distintas variables dasométricas a nivel de árbol individual o a nivel rodal, por ejemplo el volumen del fuste, de las ramas o el volumen total, el índice de sitio, el incremento medio, entre otras.

Incluye expresiones matemáticas para determinar qué tipo de productos se pueden obtener de un árbol o de un bosque. Por ejemplo, normalmente existe un límite en el volumen autorizado para el aprovechamiento en los predios bajo manejo forestal, es decir, se fija el volumen máximo para su extracción, por lo que los responsables de la elaboración del plan de manejo deben especificar el tipo de productos que se va a obtener de dicho volumen.

Un sistema biométrico sirve para calcular eso, porque se puede estimar con mucha precisión qué porcentaje del volumen autorizado va a ser destinado a productos primarios, secundarios, celulósicos y cuánto será desperdicio. Por esto, los sistemas biométricos pueden ser una herramienta muy valiosa para los productores, ya que pueden proyectar sus insumos e inversiones con mayor precisión.

En otras palabras, permiten al técnico forestal y a los productores conocer cuánto volumen tienen en sus predios, cuál es la posibilidad de cosecha por unidad de manejo y a nivel predial, cuál es el ciclo de corta óptimo y, además, permiten prescribir tratamientos silvícolas.

AIC: ¿Cuál fue el proceso de investigación necesario para concebir este sistema?

BVL: El proyecto se desarrolló en atención a una demanda específica del Fondo Sectorial para la Investigación, el Desarrollo y la Innovación Tecnológica Forestal y para elaborar la propuesta se conformó el consorcio de instituciones mencionado anteriormente. Una vez establecido el grupo de trabajo de más de 42 investigadores, se realizaron muestreos en once estados de la república: diez en bosques templados y uno en bosque tropical.

Los estados con bosque templado en que se realizó el proyecto (incluyendo Durango) aportan aproximadamente 90 por ciento de la producción forestal maderable del país, estamos hablando de los bosques más importantes de México desde el punto de vista forestal, por lo que el sistema biométrico es el estudio de este tipo más grande e importante que se haya realizado jamás en el sector forestal del país.

En cada uno de los estados se delimitaron regiones de estudio y esas zonas corresponden a las Unidades de Manejo Forestal Regional (Umafor) que utiliza la Conafor para dar seguimiento al manejo forestal de los bosques del país. En cada una de las zonas se definieron las especies a muestrear y las características que deberían tener los árboles muestra.

AIC: ¿Cómo se miden los árboles?

BVL: La metodología empleada consistió básicamente en un muestreo totalmente dirigido, con la finalidad de garantizar una muestra representativa de todas las condiciones de crecimiento en los estados, así como de todas las categorías de diámetro y altura de las especies consideradas. Una vez identificados los árboles muestra, estos eran derribados y se quitaban todas las ramas; posteriormente, el tronco del árbol era seccionado, considerando en todos los casos obtener tres secciones de la parte baja del árbol (dos de 30 centímetros y una más cuyo extremo superior coincidía con el punto de 1.3 metros sobre el suelo). Las siguientes secciones fueron de longitudes variables, cuidando siempre que fueran medidas comerciales. Para medir las ramas se siguió el mismo procedimiento.

Con la información obtenida se calcularon los volúmenes del fuste, ramas y de los árboles completos para posteriormente generar las ecuaciones respectivas. En total se desarrollaron más de seis mil 400 ecuaciones para 97 especies de bosques templados y tropicales, con las cuales se pueden calcular los volúmenes de masas forestales completas.

AIC: ¿Cuáles son los antecedentes de este tipo de investigaciones?

BVL: En 2011, se realizó un estudio similar en Durango, con apoyo de la Conafor a través del Programa de Fomento a la Organización Social, Planeación y Desarrollo Regional Forestal (Profos). En este proyecto se desarrollaron ecuaciones para todo el estado, incluyendo algunas especies del semidesierto.

Gracias a este estudio las autoridades se percataron de lo útil que puede llegar a ser este tipo de herramientas para estimar el valor de los recursos forestales.

Los beneficios de actualizar los datos forestales son muchos, ya que, en la mayoría de los estados forestales del país, los inventarios y los cálculos del volumen que se autorizaban en cada uno de los predios bajo manejo forestal estaban siendo obtenidos con ecuaciones que tienen más de 40 años.

Además no existía evidencia científica, ni práctica, de quien había desarrollado esas ecuaciones y para cuáles especies eran válidas. De tal manera que se habían desarrollado ecuaciones sin saber de dónde venían y sobre todo sin tener la certeza de si funcionaban de forma precisa o no.

Un problema recurrente era que ecuaciones para especies de Durango, por ejemplo, se utilizaban para mediciones en otros estados, lo que era totalmente inviable porque son condiciones muy diferentes.

AIC: ¿Cuál es el potencial de los sistemas biométricos forestales?

BVL: Hay un potencial enorme porque este primer sistema biométrico incluye las especies más importantes de los estados contenidos en la Estrategia Nacional de Manejo Forestal Sustentable para el Incremento de la Producción y Productividad de la Conafor.

Este solo es el primer paso porque en cada estado y en cada bosque quedaron especies sin ser incluidas en la investigación. De tal forma que hay oportunidad de mejorar los sistemas biométricos de manera periódica al incluir la totalidad de especies forestales.

Del mismo modo, hay un área de oportunidad en las especies de zonas áridas y semiáridas del país, como el maguey, el orégano, el sotol, la damiana, entre muchas más, para las cuales no existen sistemas biométricos que permitan cuantificar sus volúmenes, además de que es necesario desarrollar al mismo tiempo manuales de mejores prácticas de manejo para las especies de estas zonas del país.

Este tipo de investigaciones es básico para asegurar un buen manejo de los recursos forestales del país; sin embargo, es absolutamente necesario que se lleve a cabo el proceso de transferencia de tecnología para que los resultados de estas importantes colaboraciones lleguen a los dueños de los bosques y a los responsables del manejo de esos recursos.

Esto es importante porque en caso contrario, estos trabajos solo quedarían en artículos científicos, en tesis u otro tipo de publicación, es decir, hay que hacer llegar estas investigaciones a las personas que realmente las puedan aprovechar.

No solo los productores o la industria se pueden beneficiar de los resultados de estas investigaciones, también los académicos, autoridades del sector forestal y ambiental, consultores e investigadores, para quienes este proyecto puede ser guía para nuevas propuestas de investigación de gran alcance.

Fuente: CONACYT.

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