Una imagen vale más que mil palabras, y lo mismo se aplica con los sonidos. Para explotar las cualidades de los sonidos y silencios desde el Centro Universitario de la Ciénega (CUCiénega) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), se busca instruir a los alumnos y abrir espacios para experimentar con la creación de piezas radiofónicas poco convencionales y explotadas: los documentales sonoros.
José Andrés Almada Rivera, docente de la licenciatura en periodismo del CUCiénega, localizado en Ocotlán, explica que el documental sonoro es una producción radiofónica que combina elementos periodísticos para reflejar una problemática o contexto, y al mismo tiempo cuenta con elementos sonoros que se añaden para mejorar la narrativa auditiva.
“La esencia está así: contar una historia con muchísimos elementos radiofónicos, como entrevistas, música, voces, silencios. Todo esto sirve en el documental sonoro para dar al radioescucha un contexto”, señala Andrés Almada.
El docente menciona que desde las aulas se impulsa a los alumnos para que sus textos periodísticos se conviertan en historias con detalles para radioescuchas, por lo que se trabaja en fomentar que se añadan elementos estéticos sonoros a las producciones y, de esta manera, se enriquezca la experiencia para los oyentes.
“A mis alumnos siempre les digo que registren audio en todo momento. ¿Cómo podemos retratar algo que no vemos? A través de los sonidos; e incluso nos podemos dar cuenta si una persona es seria o no, solo con los silencios, el sonido de su entorno o con la voz”.
Una oportunidad para contar con sonidos
Aunque se trabaja en impulsar una tendencia para la creación de los documentales sonoros, Andrés Almada advierte que debido a lo complejo del género, este no se adapta a los lineamientos de las radiodifusoras tradicionales, lo que representa un obstáculo para la difusión de este tipo de piezas radiofónicas.
Ante esta problemática, Andrés Almada, en conjunto con la maestra Candice Carrazco Castañeda, ideó crear una plataforma para difundir este tipo de producciones radiofónicas, y desde las aulas buscó la oportunidad de direccionar los esfuerzos de sus alumnos para la creación de piezas radiofónicas experimentales.
Para resolver la necesidad de un espacio de difusión surgió LabRadio CUCiénega, donde se divulgan las producciones radiofónicas y escritas que elaboran los estudiantes del plantel. Andrés Almada detalla que entre las publicaciones se encuentran producciones de todo tipo, no solo documentales sonoros, también radiocuentos y sátiras dirigidas a los comerciales.
Además de fomentar la competitividad entre los alumnos, Andrés Almada cree que es importante incentivar a que experimenten con los sonidos y los registros sonoros que realizan para presentar trabajos periodísticos de mejor calidad, todo bajo una visión llena de creatividad para dar una nueva perspectiva de la labor realizada.
Escuchar, recrear, imaginar
La inquietud por experimentar con los documentales sonoros no se limitó a quedarse en los salones del CUCiénega, sino que trascendió fronteras. Candice Carrazco y Andrés Almada llevaron el proyecto más allá y trabajaron en el fortalecimiento de relaciones con otras instituciones para colaborar en la creación de piezas radiofónicas de este tipo.
Fue así como los docentes participaron en la primera edición del Foro de Documental Sonoro en Español (Sonodoc), en Bogotá, Colombia, en 2015, donde se crearon alianzas con otras universidades, radiodifusoras e instituciones que buscaban detonar la producción de documentales sonoros.
Un año después, en 2016, el CUCiénega fue sede de la segunda edición de Sonodoc, por lo que Ocotlán se convirtió en tierra fértil para la elaboración de documentales sonoros. El festival de creatividad sonora trajo consigo a la ciudad una serie de expertos en producción de arte sonoro y audio.
El resultado de los conocimientos que recibieron los alumnos del CUCiénega en ese año se vio reflejado con una distinción el año pasado en la más reciente edición de Sonodoc, celebrada en Chile. Diana Jiménez Ponce, estudiante de la licenciatura en periodismo, obtuvo una distinción honorífica por un documental sonoro elaborado bajo la dirección de Candice Carrazco, recuerda Andrés Almada.
El documental sonoro El otro legado de Da Vinci abordaba la rutina de una escuela de música para niños, niñas y jóvenes del municipio de Tonalá, y cómo la disciplina de la enseñanza contribuía al desarrollo social que presentaban las personas de la zona.
“Es increíble cómo sin narrador y solo con las voces de los entrevistados y el ambiente de la escuela de música, se realizó un trabajo de tanta calidad que fue reconocido internacionalmente”.
Andrés Almada menciona que en 2014 otro grupo de alumnos del CUCiénega fue reconocido con una mención honorífica en la X Bienal Internacional de Radio, en ese entonces se premió un trabajo sonoro que trataba sobre el contexto en torno a las víctimas del transporte público de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Fuente: CONACYT.
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