Bajo la premisa de quien domine la luz dominará el mundo tecnológico, la Comisión Internacional de Óptica y ProMéxico impulsan la construcción de un clúster de fotónica en Querétaro a través de la Iniciativa Mexicana de Fotónica (IMF).
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el multipremiado científico mexicano Víctor Dolores Calzadilla, oficial de Enlace de la IMF, dio más detalles de este proyecto que se espera empiece su construcción en un par de años.
Este clúster mexicano estará abierto a cualquier institución o empresa con interés en desarrollar tecnologías de la luz y será complementario a los de la industria automotriz, aeroespacial y de biotecnología que ya se encuentran establecidos en la entidad.
“Este se concentrará en el desarrollo de fuentes de luz led (diodo emisor de luz), fibras ópticas, celdas solares y sensores basados en circuitos fotónicos”.
Se prevé que el clúster podría potenciar inicialmente las industrias automotriz y aeroespacial, mediante el desarrollo de sensores. Más tarde, seguramente las aplicaciones se expandirán a comunicaciones, energía, medicina, industria alimentaria e internet de las cosas.
Servicios del clúster
El miembro de la Red Global de Mexicanos en el Exterior, del capítulo Países Bajos, explicó que el clúster de fotónica ofrecerá varios servicios o productos a la industria como: laboratorios de uso compartido, tanto para empresas consolidadas como para pequeñas y medianas empresas que no cuenten con infraestructura propia.
Asimismo rentará espacios a la industria como oficinas, naves logísticas, e incluso líneas de producción. También harán transferencia de tecnología y gestión de propiedad intelectual.
“Se hará la identificación de desarrollos científicos con alto potencial en una etapa temprana. El clúster lograría una relación estrecha entre sus miembros (sus necesidades) y los avances en institutos y universidades en el país”.
Cinco mil millones de dólares, el costo del clúster
De acuerdo con estimaciones hechas por el comité organizador del clúster, este proyecto tendría un costo de alrededor de cinco mil millones de dólares, lo cual contempla su planeación, construcción y total equipamiento de la infraestructura de investigación aplicada y transferencia de tecnología, así como el amplio desarrollo urbano requerido.
“El complejo incluiría al Instituto Nacional de Manufactura Fotónica, fablabs especializados, una zona industrial, centros educativos, vivienda, instalaciones deportivas, hospitalarias, culturales, etcétera. Es, sin duda, un proyecto muy ambicioso”.
Para darle dinamismo e independencia al proyecto, los esfuerzos se concentran en atraer financiamiento de asociaciones privadas, y debido al impacto social del clúster en la creación de empleos, educación y aumento de la competitividad en la región, califica como un proyecto de infraestructura humanitaria, subrayó Víctor Dolores Calzadilla.
“Esto permitirá atraer inversión a fondo perdido de organizaciones no gubernamentales (ONG). Tal esquema de financiamiento se usa alrededor del mundo (incluso en países desarrollados) para construir centros educativos, deportivos, de convenciones, etcétera. El proyecto ya ha sido validado por una ONG para recibir financiamiento. Lo que sigue es presentar el proyecto a empresas interesadas en establecerse en el clúster para que otorguen cartas de interés que permitan obtener los fondos. Las empresas patrocinadoras obtendrían ciertos beneficios”.
Fotónica, el impulsor en México en los próximos años
“La fotónica será en el siglo XXI lo que la electrónica fue en el siglo XX. La tecnología fotónica ya tiene un papel importante en las principales regiones productivas del mundo, incluso en Europa se le llama KET, por las siglas en inglés de key enabling technology”.
Esto significa que la fotónica —disciplina que estudia la generación, manipulación y detección de las partículas de luz— es una tecnología transversal y representa un pilar fundamental para la innovación en diversos sectores industriales.
“Desde la invención del láser, pasando por el desarrollo de iluminación led ultraeficiente, celdas solares, pantallas, fibras ópticas, aplicaciones médicas y muchas otras; el Internet mismo no sería posible sin componentes fotónicos. Por ello, dominar la fotónica en sus diversas ramas representa la capacidad de innovar en tecnologías de alto impacto”.
Si bien México no tiene una larga historia en el estudio de la óptica comparado con otros países, el trabajo que ha realizado es destacado, y con la construcción de este clúster podría ganarse un lugar importante en esta área que promete ser más relevante que la electrónica.
Actualmente México cuenta con importantes centros dedicados a la investigación en óptica y optoelectrónica (INAOE, CIO, CICESE, etcétera), que realizan principalmente actividades de ciencia básica.
A pesar de que el nivel de la investigación y el desarrollo en estas áreas es de alta calidad, la industria en óptica y fotónica en México es prácticamente inexistente, comentó Dolores Calzadilla.
“No se ha logrado establecer un ambiente de innovación que resulte en la creación de empresas o en la atracción de industria extranjera interesada en explotar las capacidades nacionales en este campo”.
Las razones son diversas, las más relevantes son la limitada inversión pública en la creación de pymes de base tecnológica y la falta de condiciones atractivas para que empresas transnacionales de alta tecnología se establezcan en territorio nacional.
“Presenciamos la etapa expansiva de la revolución fotónica. México aún está a tiempo de unirse, pero se deben tomar acciones pronto; las revoluciones no esperan”.
México, a la vanguardia en fotónica
Según datos de la International Society for Optical Engineering, existen 45 clústeres de fotónica en el mundo, de los cuales la mayoría se encuentra en Estados Unidos, Europa y Asia, mientras que Latinoamérica aún no cuenta con uno de este tipo, por lo que el Clúster Mexicano de Fotónica (CMF) será el primero.
Existen algunos puntos distintivos del clúster mexicano respecto a los que se encuentran en otros países, los cuales se ubican principalmente en el capital humano y en el entorno.
En primera instancia, el capital humano y su ubicación. México genera anualmente alrededor de 220 mil graduados de carreras STEM (abreviación en inglés de science, technology, engineering y mathematics), y cuenta además con numerosos tratados de libre comercio, por lo que se ha convertido en un centro de manufactura y logística muy importante en el mundo, subrayó Dolores Calzadilla.
“Además, el clúster se asentará alrededor de un Instituto Nacional de Manufactura Fotónica. Las empresas establecidas podrán colaborar con el instituto para el desarrollo de tecnología en sus fablabs, en un esquema de innovación abierta”.
Hay que recordar que un fablab es un laboratorio equipado de uso compartido, donde diversas partes pueden desarrollar tecnología sin necesidad de invertir grandes sumas de capital en laboratorios propios.
Impulso a la manufactura avanzada
Debido a los cambios tecnológicos y económicos que se registran a nivel mundial, México debe lograr pronto la transición de una manufactura barata a una avanzada de alto valor agregado.
Lo cual no surge de manera espontánea, se requiere de un ecosistema de innovación capaz de producir recursos humanos especializados y tecnología propia para lograr competitividad a nivel mundial.
De tal manera que “la presencia de un ecosistema de innovación en fotónica permitirá a México posicionarse como líder en Latinoamérica en este ámbito, abriendo un polo de inversión. Asimismo, permitirá que jóvenes ávidos de estudiar y prepararse en tecnologías emergentes encuentren más oportunidades profesionales en México”.
Lo anterior permitirá que el país logre un desarrollo sostenible en ciertos nichos tecnológicos y que genere propiedad intelectual que pueda ser explotada en la escena internacional.
Se creará un nuevo mercado interno. Se espera que diversas empresas de talla mundial se establezcan, generando oportunidades laborales para jóvenes técnicos, ingenieros e investigadores, puntualizó Víctor Dolores Calzadilla, oficial de Enlace de la Iniciativa Mexicana de Fotónica.
Fuente: CONACYT.
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