México logró posicionarse en séptimo lugar entre cincuenta y dos naciones en la Olimpiada Europea Femenil de Matemáticas (EGMO, por sus siglas en inglés) celebrada el mes de abril en Florencia, Italia.
“Es el mejor lugar que México ha logrado en esta olimpiada en la cual ha participado cuatro veces. De América tuvimos el segundo lugar, solo el equipo de Estados Unidos le ganó a México. Se superó a todos los países de América Latina y varios de Europa”, comentó el doctor Rogelio Valdez Delgado, presidente de la Olimpiada Mexicana de Matemáticas (OMM).
Las competidoras, Nuria Sydykova Méndez y Ana Paula Jiménez Díaz, de la Ciudad de México; Violeta Alitzel Martínez Escamilla, de Morelos; y Marcela Cruz Larios, de Campeche, obtuvieron cada una medalla de plata.
Asimismo, Marcela Cruz Larios y Violeta Martínez Escamilla lograron resultados cercanos al mayor puntaje para obtener medalla de oro, indicó el presidente de la OMM.
Las concursantes fueron preseleccionadas de la OMM y capacitadas en entrenamientos rigurosos. Las cuatro han participado varios años y entrenado para diferentes olimpiadas internacionales.
Marcela Cruz Larios concursó tres años continuos en la EGMO y seis años en la OMM; mientras que Ana Paula Jiménez y Nuria Sydykova llevan dos años participando en la olimpiada internacional.
En la edición 2017 de la EGMO, Ana Paula Jiménez consiguió medalla de plata, el mismo año que Marcela Cruz Larios y Nuria Sydykova ganaron medalla de bronce.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, las jóvenes relataron parte de su experiencia en los entrenamientos y olimpiadas, así como sus andanzas en el universo de las matemáticas.
Los primeros pasos
Las cuatro jóvenes cultivaron su interés por las matemáticas en la niñez y fueron desarrollando su pasión en la Olimpiada Nacional de Matemáticas para Alumnos de Primaria y Secundaria (ONMAPS).
“Al principio, las matemáticas me gustaban pero eran una materia más en la escuela. Fue en primero de secundaria que mi escuela se inscribió a una olimpiada de la ONMAPS. En ese momento me di cuenta que era buena en las matemáticas y empecé a desarrollar esta pasión”, indicó Ana Paula Jiménez, ganadora en 2016 de la medalla de oro en la Olimpiada Rioplatense de Matemáticas (ORM).
Marcela Cruz Larios descubrió el amor por los números en preescolar, relató que siempre tuvo el apoyo de sus padres y su padre le enseñó a mirar las matemáticas desde diferentes perspectivas. Sin embargo, empezó a participar en olimpiadas en la secundaria, al ser invitada a talleres de matemáticas todos los lunes para competir en la OMM.
Entre las actividades extracurriculares, logró posicionarse como una de las mejores alumnas para representar al estado de Campeche en concursos estatales, donde llegó a competir con estudiantes de preparatoria.
Nuria Sydykova Méndez tenía once años cuando representó a su escuela en la ONMAPS. Durante la secundaria, en Guanajuato participó los dos años restantes en la misma olimpiada. Se mudó a la Ciudad de México para estudiar la preparatoria y logró posicionarse con medalla de bronce como una de las mejores nueve en la OMM, y fue preseleccionada por primera vez para la EGMO en 2017. Un año después, con diecisiete años, logró ser preseleccionada para representar al país nuevamente.
Antes de la olimpiada
Durante diez días, las mejores ocho preseleccionadas tuvieron entrenamientos de nueve horas diarias. Los entrenamientos son a principios de diciembre, finales de enero y la primera semana de marzo, explicó el doctor Rogelio Valdez Delgado.
“En cada entrenamiento se aplican tres exámenes selectivos y cada examen consta de tres problemas. Entonces van filtrando y ven quiénes pasarán a cada competencia, incluso hay quienes están en más de una competencia al mismo tiempo”, indicó Nuria Sydykova.
En marzo de este año realizaron el último examen para seleccionar a las cuatro jóvenes que representarían al país en la EGMO. Además, la primera semana de abril tuvieron un entrenamiento en la Ciudad de México antes de viajar a Florencia.
“Ya tenían bastante entrenamiento. Las cuatro niñas no son nuevas, llevan varios años entrenándose con nosotros; de hecho, tres de ellas fueron el año pasado, Marcela y las dos niñas de la Ciudad de México. Pero Violeta había estado participando dos años antes”, comentó el presidente de la OMM.
Las áreas de matemáticas que deben dominar son cuatro: temas de teoría de números, geometría, álgebra y combinatoria, señalaron las jóvenes.
“Las matemáticas son creatividad, contrario a lo que mucha gente cree que solo son números”, añadió Marcela Cruz.
Futuro en las matemáticas
Entre las diligencias y presiones para ser mejores, las jóvenes se encuentran calmadas y entusiasmadas ante el futuro. Las cuatro concuerdan en la influencia de sus padres y cómo las motivan todos los días.
“A mi mamá le gustan mucho las matemáticas, entonces con frecuencia me decía que lo bello de las matemáticas era que no te tenías que memorizar nada sino que todo era intuición. Esa frase se me quedó muy grabada”, relató Ana Paula Jiménez, quien lleva dos años participando en la EGMO.
A pesar de su facilidad por los números, para Nuria Sydykova fue complicado equilibrar los entrenamientos de cuatro horas los martes, jueves y sábados en el Instituto de Matemáticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con sus labores escolares en el Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos núm. 9 Juan de Dios Bátiz Paredes. Su madre siempre la motivaba para no dejar de asistir a los talleres y la apoyaba en ejercicios que se le complicaran.
“Tienes que estar entrenando constantemente para tener un buen nivel y de repente se te acumulan todas las tareas y los trabajos de la escuela, entonces es un caos”, explicó Ana Paula Jiménez.
Marcela Cruz recordó que la primera vez que viajó a la olimpiada no podía dormir por la preocupación y el estrés de saber si sería seleccionada.
“¿Voy a pasar, no voy a pasar?, ¿me fue bien?, ¿cómo lo hizo ella? Fue bastante estrés el de ese año porque hubo incertidumbre por si iba a pasar y al final sí quedé. El año siguiente regresé con más confianza. Justo ir a una EGMO te da confianza para ir a las demás, si ya fui a una, puedo ir a otra”.
Marcela Cruz se mudó a la Ciudad de México y planea ingresar a la licenciatura de matemáticas en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Después de tres años participando en la EGMO, se siente satisfecha con su resultado en la olimpiada. Los entrenamientos son un sacrificio digno de realizar, señaló.
“Yo voy a entrar a la universidad y respecto a las olimpiadas a nivel preuniversitario se acabaron para mí, bueno, al menos mi participación, pero también hay olimpiadas universitarias, entones me interesa concursar en ellas y creo que también podría ser entrenadora en las olimpiadas preuniversitarias”.
Por su parte, Nuria Sydykova y Ana Paula Jiménez terminarán sus estudios de preparatoria y planean participar otra vez en la OMM para volver a ser preseleccionadas para la próxima EGMO que se llevará a cabo en Ucrania y lograr obtener una medalla de oro.
Las jóvenes aún no deciden la licenciatura que desean estudiar; sin embargo, están seguras que será del área de físico matemáticas. También desean motivar a otras jóvenes en las olimpiadas para ampliar la participación de las mujeres en las ciencias exactas.
“En las áreas de ciencias la participación de las mujeres es bastante escasa, si la comparas con la cantidad de hombres que trabajan en estos campos. Entonces es importante motivar y hacer que las mujeres se sientan interesadas y participen. Yo creo que hay muchas mujeres con ganas, es necesario impulsarlas para que lleguen a involucrarse en las áreas de ciencia y tecnología”, concluyó Marcela Cruz Larios.
Fuente: CONACYT.
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