Internet es un medio al que prácticamente cualquier persona puede subir información y ello supone uno de los principales retos en la red, pues mucha de ella es falsa o está llena de imprecisiones. “El problema se agudiza cuando encontramos sitios que ofrecen información contradictoria”, explicó la doctora Emilia Ferreiro, investigadora emérita del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
La doctora, también investigadora emérita nacional, dijo en entrevista que en ese contexto asesoró la tesis doctoral de Marina Kriscautzky Laxague, quien se dio a la tarea de identificar y describir el proceso que los niños de primaria realizan al interactuar con la información en la red para determinar si lo que encuentran es confiable o no.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Marina Kriscautzky, coordinadora de Tecnologías para la Educación en la Dirección General de Cómputo y Tecnologías de Información y Comunicación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que durante su proyecto plantearon a chicos de 4o a 6o grado de primaria información contradictoria encontrada en Internet sobre el proceso de momificación en el antiguo Egipto.
“Es un tema antiguo, pero que atrae mucho a niños y jóvenes, por eso lo elegimos. La contradicción se refería a un detalle específico en el proceso de momificación; les pedimos a los niños investigar en Internet si se extraen todos los órganos, incluido el corazón o si se les deja el corazón a los cadáveres que serían momificados”.
Durante la intervención con los alumnos de sexto año de primaria, las investigadoras explicaron que encontraron que los niños aplican algunos criterios que les permiten descartar datos que no son confiables; no obstante, el principal criterio que consideran es la cantidad de fuentes que retoman un dato, es decir, entre más aparezca la información, dan por hecho que es confiable, “aunque necesariamente no es así”.
A partir de estos hallazgos decidieron replicar las entrevistas con niños de cuarto año de primaria y encontraron que también es posible abordar con ellos el tema de la confiabilidad de la información, aunque los criterios que aplican para descartar la que no es confiable son aún menos fuertes que los aplicados por los niños de sexto año de primaria. “El objetivo fue identificar cómo piensan este problema y cómo pueden proponerse estrategias para resolverlo”.
“Sobre esa inquietud propusimos a parejas de niños que buscaran información en una situación real de búsqueda en Internet y nos dijeran cuándo daban por terminada la búsqueda porque el resultado les parecía confiable. El interés educativo de los resultados consiste en mostrar que, desde los nueve a 10 años, los niños son sensibles a esta dimensión de la confiabilidad de la información y lo resuelven de distintas maneras”.
Criterios infantiles
De acuerdo con el estudio, el criterio al que más recurren los niños es la “confiabilidad por voto democrático”, es decir, el ya mencionado donde la mayoría gana y les resulta confiable aquella información que se replica en muchos sitios. “En este punto los niños consideraron que si la información aparece en al menos tres sitios web distintos, se torna confiable y lo interesante es que se trata de un criterio cuantitativo que nada tiene que ver con la calidad de la información”.
Un aspecto que llamó la atención de las investigadoras cuando los niños aplican este criterio es cómo hacen para encontrar coincidencias. “Los pequeños hacen uso de su memoria de corto plazo mientras realizan una segunda o tercera búsqueda para retener lo primero que leyeron, lo cual implica un proceso cognitivo complejo y eso es muy interesante”.
Un segundo criterio de confiabilidad que aplican los niños es la búsqueda de imágenes que aporten información que coincida con lo que han leído durante la búsqueda. “Este es un segundo elemento que involucra también un proceso complejo en el razonamiento de los infantes porque se obligan a interpretar y comparar la información que están leyendo —y reteniendo en la memoria de corto plazo— con la contenida en las imágenes”.
Otro elemento que apareció durante las entrevistas, al cual recurren los niños como una forma de verificar que la información que encontraron es confiable, es la búsqueda de videos relacionados con el tema. “Los niños consideran que si lo vieron en video es real y en algunos casos intentan compararlo con la incidencia de apariciones de la información en diversas páginas, pero en la mayoría de los casos si lo vieron en video, lo dan por sentado”.
De acuerdo con las investigadoras, aun cuando no fue el criterio de mayor incidencia, sí les resultó de los más importantes que los niños se esforzaran en analizar la información a partir de una plausibilidad explicativa. “En algunos casos, los niños no se quedaron en la etapa de contabilizar cuántas veces aparece la misma información, sino que trataron de interpretar lo que leían con base en sus conocimientos previos”.
Un criterio más, que apareció únicamente entre los niños de sexto año de primaria, fue hacer uso solo de aquella información contenida en sitios que no pueden ser editados por cualquier persona. “Ellos citaron el ejemplo de Yahoo Respuestas, donde cualquiera puede contestar, mientras que si se trata de un sitio de Internet que no puede ser editado por cualquiera, la información puede considerarse confiable”.
Al referir por qué es relevante conocer cómo enfrentan este tema los niños, las investigadoras explicaron que si bien es cierto que evaluar la confiabilidad de la información siempre ha sido un reto, antes del auge de las nuevas tecnologías de la información esa era una tarea que realizaban otras personas, sin embargo, ahora esa responsabilidad está en sus manos.
“Hoy en día, aunque queramos mantener esa dinámica dentro de las escuelas, los niños tienen acceso a todo tipo de información en Internet y en consecuencia es importante saber qué tantas herramientas tienen para evaluar la información que están encontrando”.
A decir de las investigadoras, esta es una de las habilidades que evalúa la prueba PISA y en la que México obtiene resultados negativos de manera constante. Ante ello, el trabajo asesorado por la doctora Emilia Ferreiro, del Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav del IPN, propone profundizar en la construcción del pensamiento de los niños al interactuar con Internet.
Fuente: CONACYT.
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