Desde hace dos años, el investigador de la Universidad Politécnica de Pachuca (UPP), Julio César Ramos Fernández, ha diseñado un robot tractor autónomo, del cual desarrolló los mecanismos de volante, frenos, cambios de velocidades y reversa, así como el sistema de carburación.
Perteneciente al nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), explicó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt los detalles de este proyecto en el que colaboraron estudiantes de ingeniería, maestría y doctorado con el apoyo del laboratorio nacional del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) ubicado en la UPP.
El académico refirió que adquirieron un tractor de la marca John Deere para césped, que tuvo un valor aproximado de 50 mil pesos, el cual compraron con las becas de cuatro alumnos de la maestría en mecatrónica de la institución y modificaron con la ayuda de la inteligencia artificial.
Aunque este proyecto, dijo, ya existe en Japón para atender al sector agrícola, en México todavía no hay una tecnología generada por los investigadores mexicanos, por lo que aseguró que con este proyecto contribuirá a la difusión del conocimiento relacionado con la ingeniería de vehículos autónomos.
Consideró como necesario contar con este tipo de vehículos para agilizar y facilitar los procesos agronómicos en el país y con ello erradicar la dependencia de adquirir equipos con tecnología extranjera que, además, requieren de mayor inversión económica.
Para este proyecto, los científicos recurrieron a la mecánica, diseño mecánico, electrónica, modelado y programación, los cuales les permitieron conocer el funcionamiento del tractor y convertirlo en un vehículo autónomo que trabaja con un control adaptado para drones que opera el motor hasta una distancia de mil metros a la redonda.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo surgió la idea de este proyecto?
Julio César Ramos Fernández (JCRF): Queremos formar profesionistas que comiencen a desarrollar tecnología y trabajo científico al interior del país y no tener la dependencia de comprar equipos con la limitante de que no hay técnicos que sepan configurarlos o repararlos.
AIC: ¿Qué tan difícil fue la labor de vehículos autónomos terrestres?
JCRF: Los vehículos terrestres tienen muchos años y seguimos sin tener vehículos autónomos a ciencia cierta. Se han desarrollado muchas tecnologías como empresas como Tesla, Google, que están desarrollando vehículos autónomos para que sean automóviles. Aquí nos concentramos en la parte de vehículos autónomos para un uso social para el desarrollo de la agricultura y tienen su complejidad. La complejidad actual es cómo introducir los vehículos en el espacio aéreo garantizando la seguridad para los tripulantes.
Actualmente estamos desarrollando aplicaciones que tengan sentido y estamos trabajando dentro del laboratorio nacional en vehículos que puedan trasladar a personas o transportar equipos de 100 kilogramos.
AIC: ¿Qué tan lejos estamos de utilizar este tipo de tractores en la industria agrícola?
JCRF: Actualmente ya existen tractores que se pueden utilizar de forma autónoma; sin embargo, es tecnología que no se está creando en México, entonces nosotros estamos desarrollando nuestra tecnología para traer soluciones hechas en México.
En otros países ya existen máquinas con este sistema por aplicaciones y nosotros lo que buscamos es desarrollar nuestros componentes, que a lo mejor nuestros alumnos los formemos en esta parte, para que ellos cuando egresen puedan generar microempresas y puedan tratar de competir contra esas empresas.
AIC: ¿Será más barato utilizar esta tecnología que la extranjera?
JCRF: Hacer investigación tiene un costo alto, pero lo que buscamos es que no dependamos de situaciones en el extranjero que hagan que se incrementen los costos, y al desarrollarlo en México buscamos que nosotros tengamos nuestra propia tecnología y con ello abatir un poco los costos.
AIC: ¿Qué sigue después con este proyecto?
JCRF: Queremos hacer el mismo tractor robot en un vehículo más grande. Contemplamos comprar un tractor más grande de proporciones reales y empezar a migrar la tecnología que tenemos en otros vehículos como el autopiloto, que fue la parte más cara, también la parte de automatización, en el sentido de que la unidad sea autónoma, porque ahorita lo podemos hacer mover y que haga trayectorias; sin embargo, vienen todavía aplicaciones como poder evadir obstáculos, que necesita sensores a base de láser y que utilice cámaras y un monitor que pueda hacer el procesamiento de toda la señal que permita moverte de un punto a otro y que no sea a ciegas.
AIC: ¿Qué otra modificación se realizará este año?
JCRF: Estamos trabajando con un sistema de navegación con visión artificial, es una modificación y hay otra muy importante que es instalarle equipo de lectura para leer las coordenadas, es decir, la cinemática del movimiento del lector y el guiado a través del satélite en la plataforma donde se pueda trazar el trayecto del tractor.
Ya estamos trabajando en la adecuación de la electrónica para incluirle una tecnología que utiliza toda la industria automotriz y el tractor va creciendo en sus modificaciones, en su autonomía y equipamiento con su electrónica.
AIC: ¿Van a buscar el financiamiento en un proyecto de Conacyt?
JCRF: Lo vamos a someter en un proyecto de Problemas Nacionales y vamos a buscar las diferentes convocatorias para poder apoyar a los participantes, como becas para los alumnos, la infraestructura del propio tractor y estamos trabajando actualmente en la redacción de un artículo en una revista especializada indexada.
AIC: ¿Hay alguna limitante que puedan mejorar?
JCRF: Como hemos adaptado actuadores para los pedales comerciales, necesitamos buscar otra tecnología que permita más rapidez en el accionamiento, sobre todo en el freno, donde también es necesario una mayor actuación en velocidad, en la cuestión mecánica y el tractor puede andar hasta 10 kilómetros por hora y lo que se tiene reportado hoy en la literatura son tractores colaborativos que no se trasladan a más de tres metros por segundo, por la velocidad de transmisión de los satélites y por seguridad no es conveniente tener tractores en cuya eventualidad podría causar perjuicios civiles.
Fuente: CONACYT.
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