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Aprendizaje y cooperación en los Clubes de Ciencia 2018

Por cuarto año consecutivo, Oaxaca fue sede de los Clubes de Ciencia, un proyecto binacional (México-Estados Unidos de Norteamérica) que fomenta el desarrollo científico de estudiantes de bachillerato y universidad, además de crear vínculos entre investigadores de instituciones nacionales e internacionales.

En el estado, alrededor de 60 jóvenes participaron en cuatro clubes, que son cursos y talleres intensivos, efectuados entre el 5 y el 11 de agosto, en temas sobre matemáticas, geología, biología celular y genética.

Los estudiantes de posgrado Alan Chang, de la Universidad de Chicago, y María Hernández de la Torre, de la Universidad de Guanajuato, ofertaron de manera gratuita el club “Rompecabezas imposibles: el álgebra del cubo Rubik”.

Mientras que el estudiante de doctorado Kevin Magnaye, de la Universidad de Chicago, impartió el club “Sacando el sabor amargo del análisis genético”; y los instructores Heather Leigh, de Caltech, y Fernando Flores Guzmán, de la UNAM, el taller “Siguiente parada, Marte, ¡viaje espacial a largo plazo y el cuerpo humano!”.

Además, los investigadores Marco López, de la Universidad del Norte de Texas, y Marco Oliva, del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California (CICESE), brindaron el curso “Rocas, agua y electricidad: matemáticas de la visualización”.

El coordinador en la entidad de los Clubes de Ciencia México, Jorge Buendía, investigador en el instituto Broad de MIT y Harvard, refiere que estas actividades surgieron a iniciativa de mexicanos que realizan posgrados en Estados Unidos.

Detalla que en esta edición se ampliaron a nueve las ciudades mexicanas en que se llevan a cabo actividades intensivas científicas durante una semana en el verano, para brindar atención a cerca de mil participantes de Ensenada, Guanajuato, Monterrey, Mérida, Chihuahua, La Paz, Guadalajara, Oaxaca y Xalapa, a través de unos 50 clubes.

El proyecto educativo también se replica en Bolivia, Colombia, Perú, Paraguay, Brasil y este 2018 es la primera vez que se lleva a cabo en España, por lo que siete países cuentan con Clubes de Ciencia binacionales.

“En el verano, durante una semana se llevan a cabo actividades académicas con dos instructores, uno de Estados Unidos y otro de México, mientras que el resto del año se realizan actividades en línea para tenerlos grabados en Internet y que los interesados se acerquen, con la estrategia MiniMOOC (Mini Massive Online Open Courses)”.

Explica que el proyecto MIniMOOC es una colección de cursos en línea que consta de cinco lecciones, mismas que son totalmente gratuitas y están dirigidas a jóvenes de nivel medio y superior, está desarrollado por investigadores mexicanos y extranjeros, en temas que tienen relevancia mundial, como ciencias de la Tierra, materiales, sustentabilidad energética, nanotecnología y biotecnología.

El especialista en biotecnología agrega que desde enero se inicia con la convocatoria en las universidades para que los investigadores, tanto de Estados Unidos como de México, establezcan la temática del curso, así como vínculos que les permitan trabajar coordinadamente.

Acompañado del profesor de la Universidad de Chicago, Óscar Pineda Catalán, refiere que se hacen públicos los cursos que se impartirán para que los jóvenes de bachillerato y licenciatura interesados se postulen para su ingreso.

En este año, indica, se recibieron alrededor de tres mil solicitudes para las nueve ciudades sedes en México, de las que se aceptó una tercera parte.

A lo largo de cuatro años, los cursos y talleres del Club veraniegos han sido tomados por alrededor de tres mil estudiantes mexicanos, muchos de los cuales están interesados en realizar estudios de posgrado en el extranjero.

La estrategia recibe financiamiento de diversos entes públicos, entre ellos el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), así como organismos privados.

Los clubes

El estudiante de la licenciatura en ciencias químicas de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), Luis Gelasio García González, fue uno de los participantes del club “Siguiente parada, Marte, ¡viaje espacial a largo plazo y el cuerpo humano!”.

El joven oriundo de la comunidad mixteca de San Sebastián del Monte, perteneciente al distrito de Huajuapan de León, asegura que por tercer año consecutivo acude a este tipo de actividades que le han permitido ampliar sus conocimientos, pero también vincularse con investigadores nacionales y extranjeros.

“Tengo interés por continuar mi preparación académica y realizar investigaciones”, afirma.

Mientras que en una sede se lleva a cabo el análisis matemático del cubo Rubik, en la Facultad de Medicina de la UABJO, alumnos de entre 18 y 21 años de preparatoria y universidad realizan experimentos.

La representante en Oaxaca de Clubes de Ciencia México, Cristi Martínez, explica que detectar el sabor amargo está relacionado con un gen, que evolutivamente en algunas personas desapareció.

“Todos los mamíferos teníamos una sensibilidad respecto a los sabores amargos, que nos servía como alerta para no ingerir alimentos venenosos, por lo que los alumnos realizan experimentos en este sentido”, indica.

Los Clubes de Ciencia México concluyeron sus actividades el 11 de agosto en la capital oaxaqueña.

Fuente: CONACYT.

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