Dentro de inMateriis hay científicos trabajando tranquilamente. En un cuarto, hay quienes investigan sobre la mejor composición de biomateriales y cómo imprimirlos en 3D; en otro piso, alguien más trabaja con realidad virtual, y en los pasillos, hay curiosos que quieren conocer el laboratorio. Por fuera, inMateriis parece otra casa más, pero en su interior la ciencia no tiene descanso.
Ubicado en una de las colonias más antiguas de Guadalajara, inMateriis es una empresa que funciona como laboratorio de manufactura e investigación sobre materiales y su producción con tecnología 3D, y uno de sus principales objetivos es el impulso al desarrollo de investigaciones científicas que puedan convertirse en un producto viable que pueda ayudar a la sociedad.
Inés Jiménez Palomar, doctora en ciencias de los materiales y directora general de inMateriis, explica que este espacio surgió en 2013 como una alternativa para desarrollar ciencia y tecnología ante la falta de instituciones que abran sus puertas al conocimiento y, al mismo tiempo, servir como una plataforma de colaboración entre científicos.
Antes de su creación, inMateriis fue una idea que surgió en la mente de la doctora Inés Jiménez quien, influenciada por universidades europeas, planteó abrir un lugar donde las ideas de todos los científicos fueran bienvenidas.
“Me tardé como un año en plasmar lo que realmente quería formar, y terminó siendo un centro de innovación científica, un laboratorio abierto donde cualquier persona puede venir a conocer qué estamos haciendo sin ese prejuicio de ‘me va a copiar’, y que estuviéramos completamente abiertos a trabajar con otras instituciones, universidades, laboratorios o empresas”.
Una vez que inMateriis obtuvo su nombre (derivado del latín materiis, que significa material) y su registro como marca, el siguiente paso en su crecimiento fue contar con personas especializadas para darle forma a la idea. La doctora Inés Jiménez Palomar explica que durante ese periodo se buscó la experiencia de otros científicos para iniciar con la búsqueda de fondos para la creación.
Todo empezó como una pequeña idea
Para construir las bases sobre las que se erigiría inMateriis, Inés Jiménez buscó la ayuda de especialistas en otras áreas. Uno de los primeros cimientos de este laboratorio de innovación fue Mayra García Sánchez, quien se convirtió en uno de los primeros miembros y contribuyó con su experiencia durante la etapa de equipamiento del laboratorio.
El equipo de inMateriis fue creciendo con la llegada de Jorge Pérez Naitoh, un joven ingeniero en biomedicina, que aportó la visión empresarial al proyecto y quien impulsó otro de los objetivos de ese laboratorio de innovación: convertir la ciencia aplicada en una idea potencialmente comercial.
Inés Jiménez relata que una vez conformado el primer equipo de inMateriis, trabajaron en proponer el proyecto al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), con la finalidad de obtener recursos del Fondo de Innovación Tecnológica. El financiamiento dio resultados, añade, con la producción de un material biocompatible impreso en tecnología 3D que era utilizado como prótesis maxilofacial para implantarse en pacientes.
Ese fue uno de los primeros pasos exitosos que dio inMateriis. Posteriormente se abrió la posibilidad de utilizar la tecnología de realidad virtual disponible en el laboratorio —y que tenía fines recreativos— para desarrollar un proyecto que pudiera ofrecer una opción tecnológica para la planeación de cirugías en quirófano o la enseñanza de anatomía.
“Siempre nos mantenemos abiertos para colaborar con todos, no se trata de ser celosos con lo que estamos desarrollando, sino al contrario, saber que podemos llegar más allá si estamos construyendo uno sobre otro”.
Un hogar que es laboratorio
Con sus paredes blancas y sus grandes ventanas, inMateriis da la bienvenida a los curiosos. En sus cuartos hay jóvenes investigadores que no dudan en presentar las instalaciones de esa casa que también es laboratorio, centro de investigación y espacio para imprimir materiales.
La finca, propiedad de la familia de la doctora Inés Jiménez, sirve como refugio para el conocimiento. Las instalaciones son lugar de investigación y trabajo, pero también ofrecen comodidad y flexibilidad a los científicos sin afectar su productividad, una característica que la directora de inMateriis ya había planteado en la idea original.
“Quería buscar calidad de vida para todos, y que todo el grupo de trabajo tuviera la oportunidad de crear proyectos para satisfacer sus necesidades profesionales y que al mismo tiempo nos enriquezca a todos”, señala la doctora Inés Jiménez y explica que su método de trabajo implica jornadas laborales de cuatro horas para impulsar el crecimiento personal de los miembros de inMateriis.
Los resultados del método laboral de inMateriis se han observado en el desarrollo de proyectos como la empresa de realidad virtual VR Medical Verum, que surgió como una segunda actividad de los científicos que laboran en inMateriis, y otras más que ya están emergiendo.
“Siempre que se toma una decisión se reflexiona sobre si estamos avanzando hacia una buena dirección o si perdimos el camino. Con cualquier proyecto que entra se determina su impacto social y si va a poder llegar a beneficio de la gente”.
Fuente: CONACYT.
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