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Actium, de una app a la empresa de base tecnológica

Fernanda Flores Aguirre tiene 23 años, es estudiante de la maestría en administración y negocios y becaria del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnológica (Conacyt) en Cetys Universidad, campus Mexicali.

Ella forma parte de un equipo multidisciplinario de programadores, ingenieros y administradores que desarrollaron una empresa de base tecnológica para comercializar una app creada para optimizar el trabajo de despachos jurídicos y abogados que ofrecen sus servicios de forma independiente en Baja California.

Actium, la innovadora aplicación, reúne en una sola plataforma las notificaciones de diversas instancias del Poder Judicial del Estado que constantemente consultan los abogados como parte de los procedimientos que realizan en representación de sus clientes.

Los usuarios de Actium deberán especificar el tipo de asunto del que desean recibir notificaciones y la instancia en que fue presentado; a partir de entonces el abogado tendrá alertas en su teléfono o su correo electrónico cada vez que el proceso jurídico obtenga un avance.

“Es para una organización interna dentro del despacho. Por ejemplo, si estoy resolviendo un asunto y yo sé que un abogado de mi propio despacho ya lo resolvió, desde la aplicación puedo acceder a esa carpeta para ver cómo lo resolvió o cómo va ese proceso, sin problema alguno”, explicó Fernanda Flores.

Señala que aunado a la facilidad de consulta que ofrecerá Actium por medio de archiveros digitales, habrá un ahorro en impresiones que se generan como parte de las comunicaciones internas entre grupos de abogados que colaboran.

“El acceso a la información de los casos tiene muchas trabas, entonces esto genera una falta de eficiencia para los despachos jurídicos porque por cada asunto tienen que revisar si hay alguna notificación en alguno de los portales de las diferentes instancias; nosotros detectamos que estaban perdiendo horas en esta búsqueda innecesaria, cuando podemos automatizarlo y generar notificaciones a sus teléfonos”.

Los desarrolladores de Actium consideran que, una vez que se comercialice, la aplicación podrá satisfacer las necesidades de un mercado que en Baja California está integrado por dos mil abogados que laboran de forma independiente y dos mil 771 despachos jurídicos, pero además ven en la app el potencial para escalarla a nivel nacional.

Más empresas de base tecnológica

La creación de Actium está basada en un trabajo de programación pero también en el desarrollo de un modelo de negocios que permita que el servicio que presta la aplicación llegue a los usuarios potenciales y redunde en beneficios económicos para los creadores.

De acuerdo con el artículo «La empresa de base tecnológica y su contribución a la economía mexicana en el periodo 2004-2009», publicado en 2016 en la revista Contaduría y Administración, este tipo de negocios, conocidos como empresas de base tecnológica (EBT), representan 2.05 por ciento del total de las empresas mexicanas, generan 22.09 por ciento de la producción bruta nacional con 8.27 por ciento del personal ocupado y aportan un valor agregado de 12.99 por ciento.

Los autores del artículo definen las EBT como aquellas empresas que no tienen más de 25 años de edad y que se sustentan “en la explotación de una innovación o invención que implique un riesgo tecnológico sustancial”.

Impulsar la creación de EBT es el objetivo del programa Global Startup Labs (GSL), del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), dentro del cual fue incubada la aplicación Actium.

Ricky Osterude, instructor del programa GSL, explicó que el equipo creador de Actium fue uno de siete grupos de estudiantes que durante seis semanas se concentraron en el campus Ensenada del Centro de Enseñanza Técnica y Superior (Cetys) Universidad para desarrollar sus EBT.

“Los dirigimos a través de todo el proceso de concepción de ideas, creamos equipos y cada equipo forma su idea y nosotros los ayudamos y los asistimos a través de todo el programa para completar todo lo que ellos necesitan para tener una compañía que funcione, basada en la tecnología, aplicaciones y websites”.

Gracias a convenios de colaboración con Cetys Universidad, el MIT envió a cuatro de sus estudiantes certificados como instructores del programa GSL, dos especializados en tecnología y dos en emprendimiento.

Como resultado de las asesorías, además de Actium, los estudiantes generaron aplicaciones para diferentes servicios: la renta de artículos, organización de eventos sociales, planificación de eventos deportivos, compra de bebidas a domicilio, menús interactivos para restaurantes y una red social para estudiantes foráneos.

El equipo de instructores del MIT tuvo la tarea de ayudar a los estudiantes a crear grupos, formar ideas y comenzar una empresa con el producto que ellos mismos crearon.

“Aquí vemos ingenieros con experiencia creando sus programas porque ya han participado en varios concursos de programación, además buena parte de los estudiantes de ingeniería y negocios tienen ese ojo para ver qué existe y cómo pueden mejorarlo para que funcione su proyecto”.

Innovación y emprendimiento

Para el doctor Jorge Sosa López, director del Colegio de Ingeniería de Cetys Universidad, las EBT cobran relevancia por el potencial impacto socioeconómico que guardan.

“Para nosotros es importante, sin demeritar otro tipo de proyectos que puedan surgir, pero algo con base tecnológica, un software, un nuevo diseño, te puede generar una patente, esa patente o esa propiedad intelectual, realmente es de donde estás sacando la riqueza y eso se puede exportar, vender y tener una longevidad más grande”.

Respecto a la colaboración con el MIT, resaltó la importancia de mantener vínculos con una institución reconocida a nivel internacional en el campo de la innovación, ciencia y tecnología, a lo que se suma el matiz de emprendimiento.

“Lo que se hace relacionado a la ciencia, ingeniería y tecnología siempre tiene un fin de generar algún tipo de producto, patente o empresa que, a su vez, genera riqueza; esa mentalidad de MIT se alinea con lo que Cetys busca”, concluyó el académico.

Fuente: CONACYT.

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