Chiapas es una de las entidades de la república mexicana donde se cuenta con un equipo de supercómputo en el Laboratorio Regional de Cómputo de Alto Desempeño (Larcad) de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), y donde se trabaja en la creación de la Red Mesoamericana de Supercómputo, con el propósito de desarrollar cómputo científico de alto nivel y en colaboración regional.
La investigadora Carolina Franco Espinosa, responsable del proyecto de la Red Mesoamericana de Supercómputo, señaló que se trata de una red de trabajo en la que buscan formar personas con altos conocimientos tecnológicos para programar y optimizar el uso de la supercomputadora y para generar tecnología propia.
Coordinadora de Tecnologías, E-learning y Comunicaciones del Centro Mesoamericano de Física Teórica (MCTP, por sus siglas en inglés), Carolina Franco explicó, en relación al equipo de Supercómputo que se encuentra en el Larcad, que son «360 servidores aproximadamente que trabajan en colaboración para hacer supercómputo, no es un solo aparato, tiene gran capacidad de almacenamiento, casi un petabyte, la cual es posible expandir con muy pocos recursos por la tecnología que hay ahora. Tiene una buena parte que es alta capacidad de procesamiento, muchísimos núcleos para trabajar datos y también tiene una parte que se llama de alta transaccionalidad, gran velocidad para mover datos que procesó a la parte que almacena».
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, detalló que en supercómputo hay dos tipos de máquinas: las máquinas de gran tamaño o monolíticas y las que son muchas máquinas colaborando en equipo, como el caso de la que se encuentra en el Larcad Unach.
Del surgimiento de la red
La idea de la red es un producto que surgió de un workshop que se llevó a cabo en noviembre de 2017 en Ciudad Universitaria de la Unach —First Mesoamerican workshop on High Performance Computing, Associated Technologies and Applications—, el Primer Taller de Cómputo de Alto Desempeño que propuso el Larcad, en el que participaron varias universidades de Centroamérica y México.
“Ese taller tuvo tres objetivos claramente definidos: uno, conferencias, a través de conferencias magistrales, conocer y aprender de la experiencia y trayectoria de los líderes de los proyectos más importantes de supercómputo en México. La aplicación del supercómputo en la ciencia para resolver problemas sociales, ambientales y oportunidades de negocios. Dos, en los talleres, aprender técnicas avanzadas de administración, almacenamiento y optimización de servicios de cómputo de alto desempeño. Y tres, mesas de trabajo. En las mesas de trabajo, compartir la experiencia de cada una de las instituciones de la región y alinear las estrategias para establecer la Red Mesoamericana de Supercómputo, que permita la colaboración científico-tecnológica, para resolver problemas y necesidades locales en colaboración nacional e internacional, formando una red colaborativa de expertos», comentó Carolina Franco Espinosa.
La investigadora señaló que en ese taller también se dieron cuenta que todos usan el supercómputo para hacer ciencia y que hay muy poca gente capacitada para ayudar a esos científicos que necesitan procesar datos.
En el taller se presentaron conferencias, talleres y mesas de trabajo. Se contó con sesenta participantes: siete mujeres y 53 hombres.
«Ante la falta de personas con formación tecnológica para el equipo del supercómputo, tomamos la decisión de formarlos; Puebla, Cinvestav, Ipicyt y UNAM ofrecieron su colaboración para enseñar lo que ellos han aprendido durante varios años. Fue cuando acordamos formalizar compartir la información, a través de la creación de la red, la cual va a organizar capacitaciones y las vamos a ir haciendo itinerantes, unas en Chiapas, unas las podemos mover a El Salvador, otras a Panamá, a la Ciudad de México. Vamos a ir haciendo que todo lo que sabemos todos lo vayamos compartiendo y estructurándolo en cursos que luego se puedan replicar y volver a estudiar, para que empecemos a formar grupos altamente calificados en supercómputo».
Avances y tareas pendientes en el trabajo de la red
Carolina Franco explicó que el trabajo de la Red Mesoamericana es un proyecto colaborativo. «En México, tenemos una red llamada Redmexsu (Red Mexicana de Supercómputo), que es una red temática de Conacyt. En esa red están todas las universidades y centros de investigación que tienen supercomputadoras. Por mencionar algunas: UNAM, Cinestav, BUAP, Ipicyt, CICESE, Unison, entre otras, y nosotros ya somos parte de ella. La Red Mesoamericana es como un proyecto que nosotros estamos coordinando, pero en el que la Redmexsu tiene una importante participación».
De Redmexsu, afirmó, han recibido capacitaciones y participado en foros, gracias a lo cual empezaron a programar la computadora, a lanzar trabajos y organizar el almacenamiento.
Respecto al trabajo realizado por el Larcad, explicó que ha sido un trabajo en equipo, “es un trabajo muy bonito, tiene muchas formas para ser exitoso, el supercómputo tal cual todavía no es parte de las líneas de investigación del MCTP, pero está en proceso de serlo. El MCTP va a cambiar de nombre, se va a llamar MAIS (Mesoamerican Institute for Science, Instituto Mesoamericano para la Ciencia), y al cambiarse de nombre como centro Unesco categoría 2 de la Unach, el supercómputo ya será parte de sus líneas de física, matemáticas, energía, medio ambiente y supercómputo”.
El edificio donde se encuentra el equipo de supercómputo se le conoce como Data Centerdel que, dijo, no hay en el sureste un data center como ese, el cual se inaugurará probablemente, ya con las adecuaciones pertinentes, en octubre o noviembre del año en curso.
«Estamos desarrollando las estrategias para que Larcad y sus servicios sean conocidos por toda la sociedad. En esta fase académica hemos estrechado lazos de colaboración con las universidades y centros de investigación de Chiapas; la segunda fase es alcanzar al gobierno, la industria, la empresa, entre otros, para que se pueda hacer uso de nuestros servicios como Larcad».
Sobre los talleres siguientes explicó que tienen planeado hacer un workshop al año. Otro de los objetivos de la red será promover la colaboración científica y tecnológica con las universidades de Centroamérica.
Fuente: CONACYT.
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