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Dos décadas en la formación de divulgadores científicos en Jalisco

En museos, la academia, dentro de instituciones científicas o como entusiastas de la web, desde distintas trincheras, existen profesionales que trabajan en la divulgación científica, y en Jalisco hay una opción para formar a aquellos interesados en la comunicación de la ciencia.

Como una opción de posgrado, desde hace 20 años el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) ofrece la maestría en comunicación de la ciencia y la cultura, desde donde se forman recursos humanos especializados en el estudio de los procesos de comunicación implicados en estas dos áreas.

“Las lógicas de la comunicación de la ciencia y la cultura en México han estado separadas, hay pocos esfuerzos de integrar y coordinar políticas públicas, actividades, programas, escenarios de trabajo, etcétera”, menciona el maestro Carlos Enrique Orozco Martínez, coordinador de este posgrado.

El académico refiere que desde el ITESO se pensó en utilizar la comunicación como un aspecto vinculante entre la ciencia y la cultura, pues considera que son dos aspectos que son parte de la formación de los ciudadanos, y por ello es necesario contar con profesionales que sean capaces de crear una conciencia pública crítica respecto a la ciencia y la cultura.

Este posgrado ofrece la oportunidad de ser una opción académica para generar investigación, pero los conocimientos adquiridos también son aplicables como parte de una formación profesional. Orozco Martínez recalca que hay egresados que se dedican a la investigación en la academia, mientras que otros se desempeñan como divulgadores científicos.

En Guadalajara inició todo

Por recomendación de sus colegas, Luisa Fernanda González Arribas llegó a estudiar a ITESO. Con formación previa en la comunicación, la ahora maestra inició sus estudios en este posgrado donde, asegura, adquirió conocimientos que robustecieron sus métodos para la comunicación de la ciencia.

González Arribas, actual editora de la revista Ciencia y Desarrollo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), comparte que siempre tuvo la inquietud de especializarse en periodismo científico, por lo que encontró la oportunidad académica para conocer sobre la comunicación de la ciencia.

La periodista señala que durante su etapa en el posgrado adquirió habilidades para reconocer los modelos de comunicación aplicados en la divulgación científica, lo que la ayudó a comprender y aplicar los mecanismos para la comunicación pública de la ciencia y sus alcances en distintos sectores del público.

Apasionada por el periodismo científico, González Arribas considera que esta rama de la comunicación implica una preparación previa para conocer el alcance de los temas referentes a la ciencia, ya que informar con responsabilidad y coherencia en los temas científicos es una de las obligaciones que debe cumplir un periodista dedicado a esta fuente.

Preparación para explotar ideas

Con más de un millón de suscriptores en su canal de YouTube, Tonatiuh Moreno Ramos explota las habilidades que adquirió en la maestría en comunicación de ciencia y cultura del ITESO. Este tapatío dirige CuriosaMente, una opción audiovisual en la que da a conocer aspectos científicos usando como herramienta la animación y una narrativa simple.

Además de ser docente en la Universidad Jesuita, Moreno Ramos es dueño de un estudio de animación. Desde ahí produce CuriosaMente, y en cada episodio busca divulgar la ciencia para que más personas se acerquen a ella y la comprendan de una forma divertida.

“Siempre me gustó la ciencia. Estudié la licenciatura en comunicación, y cuando ITESO abrió la maestría en comunicación de la ciencia y la cultura, me interesó combinar dos de mis pasiones: ciencia y comunicación”, relata el tapatío.

El divulgador menciona que desde este posgrado empezó a cuestionar cómo se comunicaba la ciencia, pero también enriqueció sus habilidades para divulgar conocimiento. Moreno Ramos detalla que inició la maestría con la idea de adquirir nuevas prácticas para dar a conocer la ciencia; sin embargo, descubrió que dentro de este ramo había un camino de investigación que ayudaba a mejorar las maneras de realizar este procedimiento divulgativo.

“Antes de la maestría, observaba un video de divulgación como un método de presentar conocimientos, ahora cuando veo un video me pregunto qué modelo de comunicación se está empleando, cómo se aprovecha la información que se da al público o qué tal son los métodos en las redes sociales”, detalla.

Como parte de su tesis de posgrado, este tapatío analizó la forma en que se comunicaba el conocimiento en distintos productos audiovisuales, como los programas infantiles El mundo de Beakman o 31 minutos, así como la película Nausicaä del Valle del Viento.

Moreno Ramos considera que no es un experto en ciencia, pero gracias a la experiencia que adquirió en la maestría, sí cuenta con habilidades para explotar la comunicación científica, una pasión que desarrolla con gusto y que se ve reflejada en el trabajo que hace en su canal de YouTube.

Bases sólidas en la comunicación

La doctora Patricia Aguilera Jiménez estudió biología; sin embargo, su camino se centró en la divulgación de la ciencia, luego de estudiar la maestría en comunicación de la ciencia y la cultura y enfocar sus esfuerzos en el trabajo que se realiza en los museos, que es la trinchera desde la que busca dar a conocer estos conocimientos.

A finales de la década de 1990, Aguilera Jiménez se dedicaba a trabajar en museos, pero surgió la necesidad de profesionalizar sus conocimientos para realzar la divulgación que se hacía desde instituciones museísticas, por lo que optó por llegar a Guadalajara, donde se encontró con la maestría en comunicación de la ciencia y la cultura.

Aguilera Jiménez, quien también colabora en la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica (Somedicyt), sostiene que los conocimientos adquiridos durante la maestría le fueron de mucha utilidad para estudiar el doctorado en filosofía de la ciencia en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde profesionalizó aún más su formación.

“Estudié un doctorado en la UNAM, que fue más encaminado a la filosofía con una línea terminal enfocada en la comunicación de la ciencia, y siento que tuve una gran ventaja respecto a otros compañeros. Por ejemplo, tenía bases teóricas y metodológicas adquiridas en ITESO, son conocimientos que hasta la fecha uso en proyectos, artículos, investigaciones, talleres”.

La doctora Aguilera Jiménez recuerda que al inicio de su carrera buscó especializarse en la investigación en ciencias básicas, como la biología; sin embargo, asegura que esta ciencia “no le alcanzó para entender la realidad”, por lo que optó por elegir un segundo camino hacia la divulgación de la ciencia.

Pese a que la doctora no se considera una comunicadora, menciona que sí adquirió las bases para desarrollar métodos óptimos de comunicación de la ciencia, y aunque no se especializa completamente en la divulgación, sí realiza investigación y trabajo en la comunicación pública.

“Mi estructura de pensamiento está más cercana a las ciencias duras, así me conduzco y estructuro mis ideas, comprendo el campo de la ciencia y cómo se hace, pero también tengo esa parte de comunicación en la que aprendí que es importante saber que la ciencia la hacen los seres humanos, con sus virtudes, valores, ideologías y distintos conceptos de ética”.

Actualmente, la doctora colabora en el Seminario Universitario de Museos y Espacios Museográficos de la UNAM y asegura que la maestría en comunicación de la ciencia y la cultura sí es demandante, pero le otorgó satisfacciones y experiencias que aún complementan sus actividades en la actualidad.

“Sin temor a equivocarme puedo decir que la etapa más feliz de mi vida ha sido estando en la maestría. Estuve becada por el Conacyt y trabajé en ITESO y me quedé por cuatro años y medio en Guadalajara. Fue una de las etapas más satisfactorias de mi vida en todos los sentidos”, sostiene.

Excelencia en la academia

La calidad educativa es una de las constantes en la maestría en comunicación de la ciencia y la cultura del ITESO, señala el coordinador de ese posgrado, Carlos Enrique Orozco Martínez, quien resalta que desde 2001 esta opción académica ingreso al Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Conacyt.

El académico destaca que dentro de este posgrado se han generado alrededor de 180 tesis de maestría, pues este es el método de titulación, que han abordado temas tan variados como la comunicación de la ciencia en niños, modelos de comunicación en museos o sobre los nuevos géneros musicales en la actualidad.

La maestría en comunicación de la ciencia y la cultura emite su convocatoria cada año, el ingreso es en agosto; el proceso de selección implica una entrevista con los académicos del posgrado, así como contar con una serie de documentos que acrediten el grado de licenciatura; es deseable tener un nivel básico del manejo de inglés.

Fuente: CONACYT.

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