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Método de bajo costo para detectar farmacorresistencia en tuberculosis

La efectividad de los métodos de diagnóstico es uno de los factores que inciden en el tratamiento exitoso de la tuberculosis, pues de ellos depende el tipo de tratamiento y la agilidad con que lo recibirá el paciente.

Baja California es la entidad con el mayor número de casos de tuberculosis a nivel nacional. En 2017, la incidencia fue de 58.4, mientras que la tasa nacional fue de 17.6, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud.

El mismo año, la tasa nacional de mortalidad por tuberculosis fue de 1.7, con dos mil 88 defunciones; en Baja California, la tasa fue de 8.29, es decir, casi cinco veces mayor.

En los centros públicos de salud mexicanos, el método de diagnóstico es por baciloscopia, que consiste en recabar una muestra diaria de flema del paciente durante tres días consecutivos, en las que se analiza si existe la presencia de la bacteria Mycobacterium tuberculosis, causante de la enfermedad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la baciloscopia “solo detecta la mitad de los casos de tuberculosis y es incapaz de determinar si hay farmacorresistencia”.

El doctor Rafael Laniado Laborín es jefe de la clínica y laboratorio de tuberculosis del Hospital General de Tijuana, una de las dos instituciones que en Baja California cuentan con equipo especializado que detecta la tuberculosis por medio de técnicas de biología molecular.

En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el doctor Laniado explicó que el equipo se utiliza solamente para analizar las muestras de pacientes de quienes se sospecha que son farmacorresistentes, debido a los altos costos que conlleva su uso.

“Nos refieren pacientes con sospecha de resistencia o cuando tienen alguna complicación, por ejemplo, alguna reacción adversa a los fármacos, para que nosotros decidamos qué esquema se les dará”.

Gracias a este equipamiento, la clínica cuenta con la capacidad para realizar baciloscopias, cultivos líquidos y sólidos y pruebas moleculares automatizados, y su uso requiere de cartuchos, similares a los de una impresora, que tienen en su interior un laboratorio automatizado de biología molecular y permiten conocer en cuestión de horas si la persona tiene tuberculosis, qué tipo de cepa es y si es resistente a alguno de los medicamentos de primera línea, que son aquellos que se suministran a los pacientes que no presentan farmacorresistencia.

El doctor Laniado comentó que recientemente han hecho esfuerzos para que los pacientes con tuberculosis sean referidos a la clínica si se les identifica algún factor de riesgo, como haber interrumpido el tratamiento anteriormente, tener VIH o continuar con tuberculosis tras haber cumplido con el tratamiento primario.

El equipo Xpert, con el que cuenta la clínica, ofrece una prueba rápida y efectiva de tuberculosis, por lo que desde 2010 la OMS recomendó su uso; sin embargo, debido a sus costos, no es utilizado como el método de rutina en los centros públicos de salud.

“El equipo con los cartuchos apropiados funciona como plataforma para el diagnóstico de múltiples agentes infecciosos, la limitación son los insumos de los cartuchos, si tuviéramos ilimitados, en lugar de hacer baciloscopia, se podría hacer la prueba molecular a todos los enfermos para empezar”.

El jefe de la clínica de tuberculosis de Tijuana advirtió que cuando no se detecta oportunamente la tuberculosis el riesgo es doble: primero para la persona, porque la enfermedad progresa y la morbilidad y mortalidad se incrementan, y segundo, porque el paciente transmite la infección en su comunidad.

“Ese es uno de los problemas por los que la tasa de tuberculosis en México, en los últimos 15 años, el programa nacional dice ‘está muy estable’, sí está estable, ni sube ni baja, pero ese es un problema, ¿por qué no baja? Porque apenas tenemos la capacidad para tratarlos y nos siguen llegando más, gente que la adquirió en la comunidad, no se detectó y sigue infectando a otras personas”.

Detectar farmacorresistencia

La doctora Raquel Muñiz Salazar, investigadora de la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), trabaja en el desarrollo de un nuevo método de diagnóstico de tuberculosis, que obtenga resultados el mismo día, que detecte farmacorresistencia en medicamentos de primera y segunda línea, y que tenga un costo menor que los equipos especializados que actualmente se utilizan solo en algunos centros públicos de salud.

El desarrollo del novedoso método es financiado con recursos de la convocatoria de Atención a Problemas Nacionales del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Aunque la clínica de tuberculosis de Tijuana cuenta con equipo especializado que se usa para la detección de farmacorresistencia en pacientes, no todas las instituciones disponen del mismo equipamiento y, por lo tanto, realizan otro tipo de estudios que conllevan el cultivo de la bacteria, lo que se prolonga por un periodo de seis a ocho semanas.

“Se necesitan entre seis y ocho semanas para saber si la muestra de expectoración se inocula en el medio de cultivo. Si crece, entonces el paciente tiene Mycobacterium tuberculosis, pero tampoco se puede diferenciar entre tuberculosis y bovis o alguna otra especie”, señaló la doctora Muñiz.

Una segunda prueba denominada MGIT es la que elabora un perfil de drogosensibilidad del paciente para determinar si la bacteria podrá ser eliminada con los medicamentos que se administran como parte del tratamiento.

Se calcula que mientras un paciente infectado con tuberculosis no atiende la enfermedad, en un año puede contagiar entre 10 y 15 personas.

Un nuevo método

Ante estos desafíos, la doctora Raquel Muñiz y sus colaboradores tratan de diseñar una prueba con la efectividad suficiente para informar al paciente desde el primer día si se detectó la bacteria y en un tiempo máximo de una semana determinar si es farmacorresistente.

“Desarrollar otro método diferente con técnicas de biología molecular, analizar el ADN y analizar mutaciones que estén dentro de los genes que están relacionados con farmacorresistencia a los fármacos de primera y segunda línea pero realizarlo prácticamente en una semana, dar el resultado de todo el perfil de farmacorresistencia a más tardar en una semana”.

Los especialistas de la UABC están cuidando que el método que desarrollen sea económico para que no dependa de la compra de equipo especializado, sino que se realice con equipos pequeños que ya se tienen en los laboratorios del sector salud y, además, que no implique la implementación de un sistema de seguridad nivel tres.

Con una prueba de este tipo, se eliminaría el requisito de acudir durante tres días seguidos al centro de salud para aportar las muestras de expectoración y se ofrecerá un diagnóstico más acertado, rápido y de mayor sensibilidad.

“Si una persona tiene la bacteria sensible a los cuatro fármacos, la persona en seis meses se va a curar, en un mes esa persona verá cambios, se sentirá mejor y si continúa el tratamiento, llega a buen término, la persona ya está totalmente curada y no va a transmitir la enfermedad. Lo que queremos es que el diagnóstico sea individualizado y que el tratamiento sea de acuerdo con los fármacos que sea resistente”, concluyó la doctora Raquel Muñiz.

Fuente: CONACYT.

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