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¿Qué ver en la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología en San Luis Potosí?

En el XXV aniversario de la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología, una gran diversidad de actividades se presenta para que niños, jóvenes y adultos aprendan y se acerquen de una manera interactiva, divertida y emocionante a la ciencia y la innovación que se hace desde San Luis Potosí.

Grupos de divulgación científica de instituciones como la Universidad Intercultural de San Luis Potosí (UICSLP), la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), El Colegio de San Luis (Colsan) y el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (Ipicyt) se hacen presentes.

Desastres naturales: diversidad e interactividad

Un ejemplo de ello son las actividades que el grupo de LabGeek presenta, “y que surge por la inquietud que tienen muchos chavos, quienes tienen ganas de aprender de ciencia y tecnología en general. Como nuestros principales propósitos, aparte de dar talleres e incentivar la vocación científica, también queremos desarrollar la parte del material didáctico. Entonces lo que estamos armando son proyectos en los cuales los niños no solo se diviertan y jueguen, sino que también les quede una semillita por querer aprender más”, afirma en entrevista Ángela Patricia Bravo Vidales, miembro de LabGeek y del Observatorio Tecnológico del Ipicyt.

Su participación en la Semana Nacional se da como parte del proyecto de Semilleros de Ciencia del Consejo Potosino de Ciencia y Tecnología (Copocyt), y en el proyecto ADA de formación científica para mujeres y niñas que coordina la misma institución con perspectiva de género, por lo que los grupos de jóvenes, niños y mujeres inscritos están teniendo la oportunidad de involucrarse en la semana mediante la coordinación con Ipicyt.

“Venimos hablándoles a los niños y jóvenes sobre el ciclo del agua, profundizando a detalle, mientras que a los pequeños les mostramos cuál es el proceso. Nuestro taller trata sobre las consecuencias que conllevan alterar partes de ese ciclo. En este caso, vemos el problema que hay en San Luis con las inundaciones, donde el proceso de filtrado no es bueno en la ciudad, a diferencia de lo que ocurre en el campo (…) ¿Qué consecuencias tiene el que alteremos el ciclo? ¿Qué ocurre en las ciudades y cómo podemos ayudar a remediar mediante advertencias y recomendaciones? Esa es la visión que queremos dejar a los niños”, comenta Jesús Alberto Azuara Vicente, estudiante de la maestría en geociencias aplicadas del Ipicyt.

En este estand y mediante una estrategia auxiliada con maquetas sobre el ciclo del agua y juegos como sopas de letras, los asistentes podrán profundizar y reflexionar en torno a las consecuencias de la intervención humana en dicho ciclo. Pero también encontramos actividades como las que implementa el Consejo Estatal de Población (CEP) que, en colaboración con el Copocyt, está divulgando con niños la utilidad de los análisis sociales de población.

“Estamos divulgando también la Agenda 20-30; los 17 objetivos de desarrollo sostenible que como país nos convoca la ONU, bajo la perspectiva de que, para poder atender a las personas en el marco de todas las desigualdades existentes, hay que conjuntar para poder dar una mejor calidad de vida. Esto para que al final ninguna persona se quede atrás (…) Queremos que desde la población joven e infantil conozcan que sí hay acciones sustantivas para poder atender a la población en el marco de sus derechos, aprendiendo que las personas no somos vulnerables, sino que tenemos condiciones vulnerables”, afirma Olimpia Gabriela Velázquez Cedillo.

Para la divulgación de estos temas, el Consejo Estatal de Población se vale de la interacción mediante un rompecabezas gigante que motiva respuestas interesantes de los niños, indicando una detección de la población infantil sobre los problemas ambientales y sociales que a los adultos aún les cuesta comprender. Incluso se les motiva a elaborar su propia «mochila de emergencia», identificando los artículos de primera necesidad en una mochila que sirva en un escenario de emergencia, además de la comprensión de lo que significan los números de emergencia y lo que implica marcarlos.

“Esta dinámica ha gustado mucho, y los niños se llevan el conocimiento e información de cómo se puede atender a la población”, afirma.

Laberinto de las ciencias

También se encuentra presente el equipo de divulgadores científicos del Museo Laberinto de las Ciencias y las Artes, el cual ha montado un espacio dinámico e interactivo donde aterrizan a nivel local la temática de la Semana Nacional, que versa sobre desastres naturales, como comenta Betsara Alejandra Hernández en entrevista.

“Hablamos sobre qué es lo que pasa en San Luis Potosí cuando ocurren sismos, o llegan los efectos de huracanes, y qué ocurre en la ciudad con las lluvias fuertes, además de las fallas geológicas que existen aquí. Un tema que va relacionado con la extracción del agua del manto acuífero. Hicimos una maqueta muy padre donde nos enfocamos en el tema de las inundaciones, por ejemplo. El visitante tiene que vaciar agua en las laderas de la montaña de la maqueta, para que se dé cuenta cómo se filtra. El agua cae en la parte de la maqueta donde está una carretera, y donde el agua ya no se infiltrará, para desviarse a la ciudad”.

También tienen un espacio donde, a través de corchos con agua, se muestran las consecuencias de la actividad de extracción de agua del acuífero en la capital de San Luis Potosí, que es a través de pozos, además de otro espacio que les permite explicar fallas geológicas y las ondas oscilatorias y trepidatorias desencadenadas durante eventos sísmicos.

Experiencia mutua y la importancia de la reflexión en niños

Para el maestro Jorge Domínguez Gutiérrez, coordinador de Vinculación de la Dirección General de los Colegios de Estudios Científicos y Tecnológicos de San Luis Potosí (Cecyte), estas actividades son altamente necesarias para los jóvenes y tienen una doble funcionalidad, además de concretar la exposición de proyectos por parte de los estudiantes voluntarios que han venido a divulgar la ciencia. La experiencia que estos tienen de divulgar los conocimientos aprendidos con la población joven y adulta es para él otro punto de gane para los jóvenes.

“No es que los maestros estén atrás de ellos. Los chicos ya obtuvieron el conocimiento y ellos transmiten a los niños de kínder, primaria, secundaria, bachillerato, padres de familia, etcétera, su experiencia de cómo es vivir la ciencia, la tecnología y la investigación (…) Una cosa interesante de la divulgación es romper esos esquemas elitistas que nos hacen pensar que el científico está en el laboratorio, aislado del mundo. Cuando la realidad es todo lo contrario”, afirma en entrevista.

El Colsan también está presente, hablando sobre los componentes del desastre, partiendo del trabajo de investigación de académicos del colegio que analizan los escenarios de riesgo y desastre, comenta el licenciado Israel Trejo Muñiz, del área de proyectos audiovisuales del centro público de investigación especializado en ciencias sociales y humanidades:

“Para que un desastre ocurra, se necesitan dos grandes componentes. Uno es el fenómeno natural que ya conocemos, pero también se necesita otro componente que es la vulnerabilidad. Y este se encuentra supeditado al factor humano con un alto componente social. ¿Y qué es la vulnerabilidad? Son las condiciones en que nosotros sufrimos los fenómenos naturales. Por ejemplo, no es lo mismo que llegue un huracán a la costa del Pacífico, a que sus efectos nos lleguen en San Luis Potosí. Entonces un mismo fenómeno natural, dependiendo de la ubicación geográfica, condición social y económica y de las políticas de protección civil de cada lugar, puede afectar más que en otros lugares”.

Mediante una serie de actividades, el estand trata de hacer reflexionar a los niños y jóvenes que lo anterior también se debe a la existencia de una implementación de malas políticas de planeación urbana, por citar un ejemplo, donde la suma de esas condiciones define un grado de vulnerabilidad social cuyo grado depende de su articulación.

“Al final les ponemos una serie de recomendaciones de seguridad o protección civil, donde los niños y adultos tienen que discutir, con su familia o grupo visitante, cuáles de esas medidas podrían aplicar para ponerse a salvo de una condición de riesgo, que ellos van armando a través de la interacción con dados que les indican que les toca pensar esas medidas desde escenarios donde ocurra un huracán, mientras están cerca del mar viviendo en una casa hecha de palma. Se les apunta en un pintarrón y ellos nos dicen lo que pueden hacer con esas medidas de protección civil aprendidas”.

Expansión temática, psicología y turismo oscuro

Para Rito Ojeda Flores, del Centro de Inclusión Tecnológico y Científico (Citeci, A.C.), la divulgación científica de lo que concebimos como desastre también puede ir de la mano con la invitación a conocer la necesidad y utilidad de las energías renovables, como la eólica.

“Primero, les presentamos unos carteles donde se puede ver qué son los terremotos, para luego trabajar con una maqueta donde se representan y replican los dos movimientos característicos de un sismo. También estamos implementando materiales como los lego para la construcción de edificios para que así los visitantes puedan interactuar. En la otra mesa, donde hablamos de energías renovables, usamos el mismo material con la finalidad de que construyan un ‘barco de tierra’ que puedan impulsar con aire en un concurso”.

El grupo IKA Psicología también se encuentra presente. Su filosofía postula la meta de querer llevar a las personas a un desarrollo que les permita un trabajo óptimo en su vida cotidiana, y en la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología trabajan con los ‘primeros auxilios psicológicos’, dando tips para que las personas no especializadas puedan auxiliar a otras en escenarios de riesgo y desastre, tal como lo menciona Daniel Rangel, miembro de la Red de Divulgación de Ciencia, Tecnología e Innovación (Rediciti) del Copocyt.

“Está el asunto de los consejos, por ejemplo. Usualmente se puede pensar en que: ‘¡Ah!, pues dale un consejo a la persona en situación de riesgo o desastre’, pero lo recomendable es mejor no dar consejos. ¿Por qué? Porque en una situación de crisis es difícil que una persona pida un consejo. Otro caso que se me ocurre es la cuestión de la religión. Muchas personas pueden mencionar que gracias a algún dios o santo es que la persona en esa situación ha sobrevivido. El punto de todo esto es lograr que la persona confíe en nosotros, porque si no lo hace, no se dejará ayudar”.

La Universidad Intercultural de San Luis Potosí brinda información sobre lo que es el ‘turismo oscuro’ (dark tourismen inglés o también llamado tanatoturismo), es un fenómeno cultural reciente pero impactante que se da en escenarios de riesgos de desastre, en complejos de prisiones patrimonio o en espacios de conflicto bélico, o museos de la muerte y cementerios, como aquellos que se dan en el municipio potosino de Real de Catorce, donde existen personas que pagan por pasar las noches en cementerios antiguos.

“Lo que nos trae aquí son los desastres naturales, porque también hay turismo ahí. ¿Cuál es el perfil de un turista de desastres naturales? Es una persona que busca ‘experiencias auténticas’ y poco comunes, fuera de lo ordinario para sentir el peligro (…) Como por ejemplo las visitas en Chernóbil. Pero también hay un turismo que es de voluntarios (…) Si uno promueve el tipo de turismo oscuro en lugares de desastres naturales bajo la modalidad de voluntario, existen personas que van también para ayudar”, comenta el profesor Francisco Orduña González.

Fuente: CONACYT.

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