¿La rotación laboral es un factor determinante de la salud de los mexicanos? De acuerdo con estudios realizados por expertos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Universidad Anáhuac, la dinámica de los mercados laborales afecta la continuidad del acceso a los servicios de salud en México y desafía la calidad de atención.
Los investigadores, liderados por el doctor Miguel Ángel González Block, de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Anáhuac y colaborador del INSP, analizaron el volumen, intensidad y características socioeconómicas de la rotación laboral de los afiliados al IMSS, así como el impacto a la salud de pacientes con diabetes.
México es uno de los países con mayor número de rotación laboral. Un alto porcentaje de personas que cambian o pierden su empleo se establece en el mercado informal, aproximadamente 62 por ciento del total de la población ocupada en México se encuentra bajo este rubro.
Germán Guerra, investigador del INSP y quien forma parte del equipo, demostró con base en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que del total de trabajadores afiliados al IMSS en enero de 2014, para diciembre, 38.3 por ciento había perdido su trabajo formal al menos una vez y quedado desamparado como afiliado directo de ese instituto.
Sesenta y dos por ciento de las personas que pierden la afiliación ingresa a otro trabajo y, de ellos, 89 por ciento lo hace dentro del mercado informal. Como consecuencia, no cuentan con seguridad social. Estos datos, resultado de la investigación, se publicaron este año en la revista Health Services Research, con el título Loss of job-related right to healthcare due to employment turnover: challenges for the Mexican health system.
De acuerdo con el doctor en ciencias sociales con especialidad en sociología Miguel Ángel González, las altas tasas de rotación reducen la efectividad de la seguridad social y conducen a la pérdida de acceso a la atención médica. Esto representa un problema grave debido a que no existe una continuidad en los procesos de atención de los pacientes, sobre todo en aquellos con enfermedades crónicas como la diabetes.
Uno de los resultados de estas investigaciones arrojó que en el periodo de un año más de un millón de personas con diabetes, de los 3.8 millones de pacientes diabéticos diagnosticados en el IMSS, perdieron quizá su afiliación a esta institución a causa de la rotación laboral, lo que representa un tercio del total de la población diabética de México.
De acuerdo con el doctor Miguel Ángel González, estas personas tienen como alternativa afiliarse a otro esquema de protección financiera como el Seguro Popular, o bien pagar por la atención médica privada, pero el paciente se enfrenta a retos que pueden complicar su enfermedad. Si bien los esquemas de atención de la diabetes que ofrecen los servicios de salud en México son similares, no son idénticos. Modificaciones en la prescripción de medicamentos o en los procedimientos en la atención generan un cambio importante en el cuidado de la salud del paciente.
«Aun con acceso a servicios alternos, los pacientes crónicos enfrentan el riesgo de la discontinuidad de la atención de la salud”, agrega el también miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), Miguel Ángel González. Aunado a esto, la búsqueda de acceso a servicios de salud fuera del IMSS requiere tiempo y esfuerzo, esto representa una barrera para los trabajadores, quienes por lo regular carecen de tiempo suficiente para realizar esta actividad.
La doctora Svetlana Doubova, quien forma parte del grupo de investigación, llevó a cabo un estudio de seguimiento de tres años de más de 27 mil pacientes del IMSS con diagnóstico de diabetes tipo II en la Ciudad de México, para evaluar la relación entre la rotación laboral y la calidad de los procesos de atención y el control de la misma.
Los pacientes que experimentaron un cambio de empleo disminuyeron su calidad de atención diabética en 43 por ciento, es decir, reciben menos de 50 por ciento de las intervenciones estándar de control de la enfermedad. Esta información se publicó en la revista International Journal for Quality in Health Care bajo el título Loss of job-related right to healthcare is associated with reduced quality and clinical outcomes of diabetic patients in Mexico.
Desconfianza y desapego
Dichas investigaciones han llevado a los especialistas a concluir que la rotación es un determinante social de la enfermedad, porque es un factor para que la población pierda la calidad de su atención y tenga menor control y mayor mortalidad. El doctor Miguel A. González Block agrega que, en general y según datos cualitativos del proyecto, la población no tiene confianza en las instituciones de salud como el IMSS, y ven a esta principalmente como el proveedor de los medicamentos que necesitan para su tratamiento y no como un equipo de salud que colabora en su cuidado.
A diferencia de otros países en donde la sociedad valora los servicios de salud, en México no existe una cultura de exigencia sobre la responsabilidad que deben tener las instituciones encargadas de brindar estos servicios. Estudios a nivel internacional indican que una relación confiable y estable con el prestador es fundamental para lograr el apego de los pacientes con las instituciones de salud y, por ende, un mejor control de la enfermedad, indica el investigador miembro de la Academia Nacional de Medicina de México.
“El IMSS no es una institución que proteja a la población, no es un sistema de seguridad social, porque en este se busca una atención y protección continua, una seguridad integral; desgraciadamente esto no se cumple en México. Si la propia institución los abandona, entonces ellos también abandonan los tratamientos, acuden a médicos privados y todo ello lleva a una ruptura importante de los procesos de atención, no hay confianza, no hay continuidad ni exigencia de la población”.
Factores asociados a la rotación laboral
El grupo de investigación también identificó los factores sociodemográficos asociados a la rotación laboral: esta se experimenta con mayor frecuencia en los grupos de menor edad (15 a 19 años). Pero además esta afecta principalmente a la población de menores ingresos, sobre todo a aquella que recibe tres o menos salarios mínimos. En el caso de los jóvenes, esto se debe quizá al tipo de trabajo en que participan (a tiempo parcial) o debido a intereses en el curso de vida, como la búsqueda de educación superior o eventos de embarazos en adolescentes.
“Para los grupos de mayor edad, la desafiliación periódica de la seguridad social conlleva mayores costos para el reingreso formal al mercado de trabajo y el acceso a la atención médica, así como el derecho a un plan de pensiones”, señalan los autores del primer artículo aquí citado.
Recomendaciones de especialistas
Miguel Ángel González señala la urgencia de implementar políticas innovadoras para garantizar el acceso universal a servicios de atención primaria de la salud, independientemente de la situación laboral, como sucede en otros países del mundo. Entre las recomendaciones elaboradas por el grupo de especialistas que colabora en estas investigaciones se encuentran:
– Facilitar el tránsito de la información clínica del paciente al nuevo prestador de servicios —transferir expediente clínico— y que el sistema de salud ofrezca atención inmediata al paciente. Esto evitaría la repetición de exámenes y pruebas clínicas, puesto que ya se cuenta con información en el expediente clínico.
– Que la persona con una enfermedad crónica afiliada al IMSS, aun cuando ha perdido su afiliación, pueda continuar su atención en un tiempo más prolongado y no solo los dos meses que proporciona la institución.
– Continuidad en el IMSS a través del financiamiento de otros programas de protección financiera, como el Seguro Popular, y dar continuidad a la atención clínica.
El grupo de investigadores pretende realizar más investigaciones para determinar modelos de unificación del Sistema Nacional de Salud y de las estrategias de protección que requiere la población con enfermedades crónicas.
Fuente: CONACYT.
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