La Cineteca Nacional de México guarda una gran parte del patrimonio cinematográfico de nuestro país. En ella, se conjuntan la ciencia y la tecnología con el objetivo de preservar la memoria cinematográfica de los mexicanos.
La importancia de preservar el patrimonio cinematográfico de México radica en que forma parte de la historia y del arte nacional, además de que no solo sirve como un medio de entretenimiento, sino que en él se ve reflejada la identidad de los mexicanos.
El recinto cuenta con cuatro bóvedas con sistemas de control de temperatura y humedad, lo que permite que los materiales fílmicos en su interior se resguarden de manera más adecuada. En su interior se guardan 14 mil títulos de la cinematografía nacional e internacional.
Todos los materiales con que están hechas las películas se descomponen con el paso del tiempo, pero al procurar que no existan variaciones en el ambiente, el tiempo de vida del acervo se puede extender significativamente, explicó Carlos Edgar Torres Pérez, subdirector de Preservación de Acervos de la Cineteca Nacional.
“Está comprobado que el material fílmico dura mucho más tiempo que los materiales videográficos y digitales (…) Nosotros tenemos actualmente películas de los orígenes del cine, de 1895. Lo más antiguo que hemos digitalizado son películas de 1911 y 1913, entonces, está comprobado que pueden durar más de 100 años si están guardadas adecuadamente”, dijo Torres Pérez.
Cada una de las bóvedas tiene incorporados tres purificadores de carbón activado (carbón tratado para servir como filtro de sustancias nocivas) que funcionan sin interrupción y ayudan a extraer el ácido acético expedido por las cintas de acetato de celulosa afectadas por el síndrome de vinagre, y que no contagie los rollos sanos.
“Lamentablemente no cualquier persona puede entrar a las bóvedas, pero esto es un patrimonio nacional. Todo el material que se resguarda aquí en la Cineteca Nacional es patrimonio de los mexicanos. Las piezas que han entrado aquí, muchas veces han sido por donación, por adquisición y otras como depósito legal de las distribuidoras”.
Del carrete al disco duro
Hoy en día, uno de los grandes retos para la preservación de las nuevas películas, que son grabadas y exhibidas en formatos digitales, está relacionado con los métodos de distribución. Entre los años 2011 y 2013, la industria cinematográfica vivió la transición a la era digital, y condenó así a la obsolescencia los formatos en soportes físicos.
“A nivel nacional, los cines pactaron que en 2014 todas las salas iban a ser digitales, por lo que se dejó de utilizar el soporte fílmico; aunque nosotros, por ser cineteca, tenemos la facultad por ley de recibir los materiales fílmicos, y seguimos conservándolos y revisándolos, pues son la fuente para crear los nuevos elementos digitales (…) Son los materiales que más calidad tienen y los que más tiempo van a durar”, explicó.
Asimismo, el personal de la Cineteca se encarga de digitalizar algunos títulos del acervo contenidos en dos listas, la primera de ellas reúne los 100 títulos más relevantes de la historia del cine mexicano; mientras que la segunda, más extensa, reúne los 300 títulos más importantes, así como también las cintas hechas de nitrato de celulosa.
La digitalización de las cintas elaboradas con nitrato de celulosa es una tarea prioritaria, pues son aquellas que tienen más tiempo de existir, además de que, por sus materiales, el celuloide se considera un material extremadamente delicado debido a su alta flamabilidad.
Para esta labor, la Cineteca dispone de un escáner de material fílmico de nitrato, acetato y poliéster de 35 y 16 milímetros, que permite capturar a una resolución máxima de 3K (1620 x 2880 pixeles). Las cintas son escaneadas en su totalidad, es decir, se capturan incluso las perforaciones y la banda de sonido, ya que estas marcas sirven para estabilizar el material cuando se restaura en forma digital.
”El escaneo de un carrete de aproximadamente 500 pies llega a pesar 500 gigabytes en una resolución de 3K. Solamente el escaneo de una película completa puede llegar a pesar seis terabytes”, apuntó Natali Riquelme Barrios, especialista encargada de realizar el escaneo de materiales fílmicos.
Adicionalmente, la cineteca posee un telecine, una máquina digitalizadora en alta definición (1920 x 1080 pixeles) de cintas de 8, súper 8, 9.5 y 16 milímetros, considerados pequeños formatos. Una vez que las obras son digitalizadas, se envían mediante cables de fibra óptica a servidores para su almacenamiento.
La capacidad de los dos servidores de la Cineteca suma aproximadamente 600 terabytes de almacenamiento, lo equivalente a unos 24 mil discos Blu-ray. Estos servidores únicamente se utilizan para el flujo y manejo de la información generada diariamente en la Cineteca. Posteriormente, las obras digitalizadas son guardadas en cartuchos de cinta magnética LTO (Linear Tape-Open, por sus siglas en inglés).
La tecnología LTO es una de las más avanzadas para el almacenamiento de datos. Actualmente la Cineteca cuenta con arriba de uno y medio petabytes de información respaldada en este tipo de cartuchos.
Restaurando el pasado
Es importante diferenciar entre digitalización y restauración. Cuando una obra cinematográfica se digitaliza, significa que es copiada desde un soporte físico (cinta) para producir un archivo digital; mientras que la restauración es el proceso mediante el cual una cinta recibe tratamiento para recuperar la calidad de las imágenes.
Cuando se termina de escanear una cinta, se realizan dos copias, una de ellas tal cual como fue obtenida del escáner, mientras que la otra es sometida a un proceso de restauración digital. Riquelme Barrios indicó que la restauración es una labor subjetiva y que además depende mucho de las herramientas disponibles, por lo que la copia cruda tiene la finalidad de ser utilizada en el futuro con nuevas herramientas.
El tratamiento de restauración se lleva a cabo en seis estaciones de trabajo con un gran poder de procesamiento y dotadas con software especializado para restauración de filmes. En estas computadoras se estabiliza la imagen y se hace todo lo posible para eliminar manchas y rayones que el material original suele presentar.
Otra parte importante del proceso de restauración es la corrección de color. En este proceso se intenta devolver los colores originales de la cinta, pues muchas veces el color de estas se ve modificado a causa de la degradación natural de los materiales.
“A veces el material fílmico ya está degradado y la imagen tiene un viraje en el color, pudiendo tornarse azul, verdosa o anaranjada, en esos casos tratamos de acudir a otras fuentes para tratar de recuperar el color. Lo más importante es entender la película e intentar rescatar los valores que tenía en su tiempo”.
Además de las exhibiciones en salas, el acervo de la Cineteca Nacional puede ser consultado de manera individual y gratuita a través de la Videoteca Digital Carlos Monsiváis. Este espacio cuenta con 21 estaciones de consulta en donde se puede acceder a siete mil obras del cine nacional e internacional.
Fuente: CONACYT.
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