En 1962 Stan Lee y Steve Ditko crearon el personaje más famoso de Marvel, Spider-Man. Su principal característica son sus telarañas con las que es capaz de realizar todo tipo de proezas sobrehumanas (también es fotoperiodista, aunque esto no es tan espectacular). Gracias a estas redes, Peter Parker (identidad ‘real’ de Spider-Man) se balancea entre rascacielos, rescata a damiselas en apuros y hasta para trenes de metro. Fuera del cómic, las arañas no se quedan atrás, a una escala más pequeña (porque por fortuna no existen arañas de metro ochenta) comparten con el superhéroe la fuerza descomunal y de lo que venimos a hablar, la habilidad de generar telarañas.
Las arañas tejen diferentes tipos de seda, con funciones y propiedades únicas. Por ejemplo, la seda dragalina tiene un índice de refracción de aproximadamente 1,55 (en comparación, el índice de refracción del vidrio es de aproximadamente 1,5), lo que la convertiría en una estupenda fibra óptica natural. También, en comparación a su peso, la resistencia de esta seda es mayor que el acero, por lo que las propiedades mecánicas de este material son superiores a las de fibras sintéticas, además no resultan tóxicas, por lo que pueden usarse con seguridad dentro del cuerpo.
Cautivados por las múltiples utilidades que podría tener esta seda, un equipo de investigadores de la Universidad de Tamkang y la Universidad Nacional Yang-Ming, ambas en Taiwán, describe la viabilidad de crear lentes para capturar imágenes de alta resolución del interior de los tejidos biológicos. El hallazgo, publicado en la revista Journal of Applied Physics demuestra que la seda dragalina es especialmente útil para aplicaciones biofotónicas al combinar biocompatibilidad y flexibilidad.
“La seda draglina es un material natural interesante debido a características como una gran elasticidad, tenacidad y resistencia a la tracción”, explica Cheng-Yang Liu, uno de los autores del estudio y profesor de la Universidad Nacional Yang-Ming, en la publicación.
Liu junto al resto del equipo, reunió seda de Pholcus phalangioides, llamada también araña de patas largas. Para crear la lente, cubrieron de cera un hilo de seda de la araña y luego agregaron resina transparente que formó una cúpula con forma de gota que colgaba de la fibra. Después, los investigadores llevaron la estructura a un horno ultravioleta para endurecerla. Las lentes resultantes, que tienen unos pocos micrómetros de diámetro, son tan pequeñas que se asemejan al tamaño de un glóbulo rojo.
El siguiente paso fue apuntar con un láser la lente, generó un nanojet fotónico de alta calidad, un tipo de haz que puede proporcionar imágenes de alta resolución para aplicaciones biomédicas. Tras diversas pruebas, los científicos también concluyeron que ajustando el tiempo que la seda pasa bajo el goteo de resina, se puede cambiar el tamaño de la lente del domo o cúpula. Permitiendo de esta forma optimizar los nanoinyectores fotónicos, a modo de lente de gran aumento, para el tipo de imagen deseado.
“Una lente de domo con nanómetros de fotones flexibles es adecuada para visualizar objetos a nanoescala dentro del tejido biológico”, subraya Liu.
Los mecanismos que generan nanojets fotónicos (PNJ) se utilizan en investigaciones científicas para obtener imágenes de células y microorganismos, también en el campo de la cirugía. Las técnicas que existían para obtener un nivel de PNJ óptimo eran demasiado caras, por eso este descubrimiento puede ser clave para abaratar los costes de este tipo de procedimientos.
Fuente: Agencia ID.
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