Los estudios sobre el cáncer y sus variantes nunca se detienen. Ya que, a pesar de que para la fecha hemos conseguido hacer grandes avances, lo cierto que aún nos queda mucho por descubrir. Un ejemplo claro de estos han sido las nuevas glándulas salivales descubiertas recientemente por un equipo de científicos en los Países Bajos.
Investigaciones como las realizadas por el radioterapeuta, Wouter Vogel, y el cirujano oral y maxilofacial, Matthijs Valstar, justamente buscaban profundizar nuestro conocimiento sobre las técnicas de estudio y seguimiento del cáncer. Específicamente, estaban enfocados en las capacidades de la exploración por TEP/TC con PSMA en el cáncer de próstata.
Sin embargo, el nuevo método que les permitía visualizar con más claridad el interior del organismo los llevó a un descubrimiento que desencadenó toda una nueva investigación. Gracias a este primero, ubicaron unas glándulas salivales en el organismo cuya existencia se desconocía. Por lo que empezaron a investigar las diferentes ventajas que tendría este nuevo conocimiento en la lucha contra el cáncer.
Los resultados de su primer descubrimiento se publicaron en el Physics and Imaging in Radiation Oncology durante el 2019. Por su parte, este 2020 han liberado una nueva investigación en Radiotherapy & Oncology que se enfocó en las ventajas antes mencionadas.
Hallazgo inesperado: Descubren nuevas glándulas salivales
El conocimiento que tenemos de la existencia de estas glándulas salivales se lo debemos a la novedosa técnica de tomografía identificada comúnmente como PSMA TEP/TC. Gracias a sus avances, es posible observar con mucho más detalle los órganos, tejidos, moléculas y hasta células internas de nuestro organismo.
Fue justamente debido a esto que Vogel y Valstar pudieron toparse con dos particulares formaciones en la nasofaringe. Hasta entonces, se consideraba que el ser humano solo tenían tres conjuntos de glándulas salivales grandes. El resto, ubicadas justamente en la nasofaringe, se destacaban por estar dispersas y ser microscópicas.
Ahora, las glándulas tubarias –nombre que se les dio por su ubicación– han roto esta creencia y se han posicionado como un nuevo objeto de estudio para la ciencia. Ha sido debido al interés que su descubrimiento ha despertado que Vogel y Valstar junto a su equipo, del Instituto del Cáncer de los Países Bajos, se han unido a sus colegas de la University Medical Center Groningen (UMCG), para estudiar a fondo la interacción de estas con los tratamientos contra el cáncer.
El cáncer y las glándulas salivales
No todos los días se descubren nuevas glándulas salivales en nuestro organismo y, aunque pueda parecer un detalle pequeño, la verdad es que el saber sobre ellas puede llevarnos a grandes avances para el tratamiento de enfermedades como el cáncer.
Ya se tenían indicios de cómo la radioterapia (RT) podía afectar negativamente a las glándulas salivales conocidas. Sin embargo, no se había realizado una investigación similar con las recién descubiertas.
Específicamente, para esta ocasión los científicos eligieron centrarse en el tratamiento de tumores de cuello y cabeza, que requerirían la aplicación localizada de tratamientos a los alrededores de las glándulas tubarias.
Para esto, los investigadores contaron con una cohorte de 723 pacientes. En ella, comprobaron efectivamente que la radioterapia también podía perjudicar el funcionamiento de estas al disminuir la salud y densidad de sus tejidos.
Consecuencias de perjudicar las glándulas salivales
Nuevamente, el cuidado de estas en un principio puede no parecer una prioridad. Sin embargo, nuestro organismo requiere de la constante generación de saliva para poder funcionar adecuadamente. Si las glándulas se vieran afectadas, las personas podrían desarrollar dificultades para alimentarse (ya que les costaría tragar la comida) y hasta para comunicarse (pues la capacidad del habla también se vería comprometida por una garganta seca).
Un cambio de juego
Ahora, las nuevas glándulas salivales descubiertas pueden ser un nuevo punto de referencia para el desarrollo de tratamientos de radiación. Ya que se sabe de su ubicación y de su sensibilidad a la radioterapia, se pueden desarrollar nuevos métodos que eviten llevar la radiación hasta la estructura nasofaríngea. De este modo, se podrían disminuir los efectos secundarios del tratamiento en esta área.
Dicho en otras palabras, tal como los autores concluyen en su estudio:
“La preservación de estas glándulas en pacientes que reciben RT puede brindar una oportunidad para mejorar su calidad de vida”.
Gracias esto, el conocimiento sobre las glándulas tubarias se une a recientes descubrimientos como el rol de la proteína P53 en el desarrollo de cánceres orales o las nuevas estrategias de detección de tumores de la boca y/o la garganta. Todos estos tienen en común un detalle: desde su descubrimiento, las esperanzas de recuperación y la calidad de vida general de los pacientes con cualquiera de estos cánceres realmente han mejorado.
Fuente: Agencia ID.
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