Un equipo integrado por investigadores de la Universidad de Huelva y la empresa Fresenius Kabi Deutschland, de Alemania, ha diseñado una impresora 3D que prepara comida semi-sólida apta para personas que tienen complicaciones para ingerir líquidos u otras texturas.
“Es la primera vez que se construye una impresora 3D con estas características tan concretas para ayudar a las personas con dificultades para comer”, explica el investigador de la Universidad de Huelva José María Franco.
Funciona del mismo modo que una impresora 3D normal. De modo que se pueden diseñar nuevos platos con formas, colores, olores y sabores que se adapten a los gustos o a las necesidades de cada persona.
Pacientes con disfagia
Las personas que padecen disfagia tienen severas limitaciones alimentarias en cuestión de texturas, pero también de sabores, formas, colores e incluso olores.
Esta impresora 3D puede diseñar, mediante un dispositivo de mezclado controlado por un programa informático, comida semi-sólida, con texturas personalizadas, que se adapte a las necesidades y gustos del paciente para incrementar su apetencia por los alimentos y remediar carencias nutricionales.
La disfagia es habitual en personas con enfermedades como el Parkinson o ciertos tipos de parálisis, y supone un riesgo para quienes la padecen porque no pueden consumir las comidas de determinadas texturas, especialmente líquidos.
Las alternativas consisten en mezclar manualmente líquidos, como agua o zumos, con medicamentos y espesantes para producir batidos o papillas. Éstos son menos apetecibles y las formas y sabores del alimento original son más difíciles de reproducir. Algo que solventa con este nuevo dispositivo.
Esta impresora 3D es una alternativa al método manual más precisa y rápida.
Funcionamiento
La impresora incorpora un dispositivo de mezclado que tiene un aspecto similar al de un tornillo sin fin. Éste posee en su interior distintos compartimentos en los que combina las proporciones de cada ingrediente en función de la necesidad del paciente, se espesa la mezcla hasta alcanzar la consistencia adecuada y la imprime capa por capa.
“Tan solo hay que indicarle al dispositivo a través de un programa informático qué cantidades de espesante, medicamentos o fluidos son necesarias. Además, si el producto resultante es lo suficientemente sólido, la herramienta puede imprimirlo con formas concretas. Por ejemplo, podemos simular un huevo frito compuesto por leche espesada y zumo de naranja con una textura similar a la de un gel”, comenta José María Franco.
Este dispositivo podría instalarse en hospitales, residencias de ancianos e incluso hogares particulares. De este modo, sanitarios y cuidadores contarían con una herramienta útil para mejorar la atención a los pacientes con disfagia y ofrecerles una variedad más amplia de alimentos.
Incrementar las opciones alimentarias
En el futuro, este equipo de investigación centrará su labor en ampliar las capacidades de este dispositivo 3D. De esta forma, incrementarán las opciones alimentarias de los pacientes.
Así, la comida tendría otros nutrientes y un sabor más similar a la comida que se emula. “Por ejemplo, estamos estudiando cómo crear alimentos con base de aceite, que tiene una textura distinta al agua o al zumo. Tenemos que analizar cómo cambiar su viscosidad para que se adapte a lo que el dispositivo hace en la actualidad”, comenta José María Franco.
Fuente: Agencia ID.
IMPORTANTE:
Sí: El usuario podrá preguntar, felicitar, realizar críticas constructivas y/o contribuir con opiniones relevantes en el campo de la ingeniería e infraestructura.
No: Molestar, intimidar o acosar de ninguna manera.Tampoco utilizará el espacio para la promoción de productos o servicios comerciales, así como de cualquier actividad que pueda ser calificada como SPAM.
Para saber más consulta los Términos de Uso de INGENET.