El uso de mascarillas transparentes pueden mejorar la comunicación diaria y las interacciones entre los médicos y sus pacientes, según un estudio realizado por un equipo de investigación del Brigham and Women’s Hospital y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos, que ha evaluado las actitudes hacia su máscara transparente de nuevo diseño encuestando a miembros de la población general y a trabajadores sanitarios, incluidos los trabajadores sanitarios con discapacidad intelectual.
El uso generalizado de mascarillas durante la pandemia de COVID-19 ha supuesto numerosas barreras de comunicación, ya que amortiguan el habla e impiden la lectura de los labios. Para las personas sordas o con dificultades auditivas las máscaras han dificultado especialmente las interacciones cotidianas y clínicas.
Dado que aproximadamente el 72 por ciento de las personas mayores de 65 años sufren pérdida de audición y que este grupo de edad tiene mayores tasas de hospitalización en comparación con otros, la mayor disponibilidad de máscaras transparentes puede ser especialmente importante en los entornos sanitarios.
Los autores del estudio, publicado en la revista ‘JAMA Network Open’, han concluido que el 91% de los trabajadores sanitarios con discapacidad intelectual consideraban que la comunicación sería más fácil con una mascarilla transparente, y que también había expectativas positivas por parte de otros trabajadores sanitarios y de la población en general.
«Las mascarillas transparentes tienen el potencial de abordar o superar las barreras de comunicación, especialmente dentro de los entornos de atención médica –explica el autor correspondiente Giovanni Traverso, de la División de Gastroenterología de Brigham y el Departamento de Ingeniería Mecánica del MIT–. Es un mensaje sencillo, pero importante. Las interacciones con los pacientes son fundamentales y hay medidas que podemos tomar para mejorarlas».
Cuando se mostró a miembros de la población general y a trabajadores sanitarios un vídeo de un individuo sonriendo bajo una máscara N95 opaca, sólo entre el 20 y el 25 por ciento fue capaz de identificar la emoción correspondiente como «feliz». Esta cifra aumentó a aproximadamente entre el 78 y el 88 por ciento de los encuestados cuando el modelo llevaba una mascarilla N95 transparente.
Entre los médicos, casi dos tercios de los trabajadores sanitarios generales y el 82 por ciento de los trabajadores sanitarios con discapacidad intelectual se sentían positivos con respecto al uso de una mascarilla transparente para comunicarse con los pacientes, y aproximadamente las mismas proporciones, respectivamente, afirmaban que las mascarillas opacas empeoraban la comunicación con los pacientes.
Los 123 trabajadores sanitarios generales que respondieron a la encuesta eran empleados del Mass General Brigham y los 45 encuestados con sordera o déficit de audición eran afiliados a la Asociación de Profesionales Médicos con Pérdidas Auditivas.
Para evaluar las perspectivas sobre las máscaras transparentes dentro de la población general, los investigadores encuestaron a 1.000 adultos estadounidenses representativos de la población nacional utilizando el proveedor de encuestas online, YouGov. El 45% de los encuestados dijo sentirse positivamente al interactuar con un trabajador sanitario que llevara una mascarilla transparente y el 36,6% se sintió neutral.
Para validar los resultados de este estudio, es necesario realizar estudios con muestras de mayor tamaño, que incluyan a trabajadores sanitarios de múltiples sistemas, avisan los científicos. Las investigaciones futuras también pueden evaluar la capacidad de los encuestados para detectar una serie de emociones diferentes.
Los autores del estudio esperan que sus resultados demuestren la utilidad de las máscaras transparentes, especialmente para las personas con discapacidad intelectual. Forman parte de un equipo más amplio de investigadores del Mass General Brigham y del MIT que han diseñado una mascarilla transparente y reutilizable llamada TEAL Respirator, que están trabajando para implantarla en los hospitales gracias a los esfuerzos de Teal Bio.
«Nuestro laboratorio trabaja para desarrollar productos que puedan ayudar a la gente sobre el terreno –avanza Traverso–. Nos esforzamos por fabricar y mejorar estas mascarillas para que puedan estar a disposición de nuestros trabajadores en los hospitales y, con suerte, también de la población en general».
Fuente: Agencia ID.
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