Despertar entre los más jóvenes la pasión y el interés por ciertas profesiones, se ha convertido en todo un reto. A cada uno le pica la curiosidad por cosas muy distintas, hay quienes encaminaron sus pasos hacia unas aficiones muy concretas desde bien pequeños, hay a quienes les cuesta decantarse por una rama de estudios u otra pero, lo que han demostrado numerosos estudios es que la ciencia y la tecnología no ocupan los primeros puestos entre las preferencias de adolescentes y jóvenes. El ritmo vertiginoso al que avanza la tecnología en la sociedad en la que vivimos plantea un futuro en el que «se necesitarán más profesionales en estos campos a corto plazo y no habrá suficientes para cubrir esas necesidades», indica Aitziber Lasa, de la Fundación Elhuyar, e impulsora del ‘Diagnóstico STEAM – (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas)’, un estudio para conocer la percepción sobre estas disciplinas entre los jóvenes de diferentes puntos de Bizkaia.
En las diferentes encuestas que ha realizado esta entidad, los resultados se repiten: El conocimiento de la actividad STEAM es bajo. El alumnado no muestra un especial interés por trabajar en ciencia y tecnología. En el estudio que se realizó en Bilbao participaron más de mil jóvenes de entre 14 y 16 años y una vez más las desigualdades de género y los estereotipos salieron a la luz. Las chicas se decantan por profesiones relacionadas principalmente con la enseñanza y las ciencias de la salud, mientras que ellos sí mencionan temas relacionados con la tecnología. «Son las niñas quienes, aunque en la escuela, son buenas en estas asignaturas pero aun así se sienten menos capaces, tienen una visión muy estereotipada y una percepción de que somos las mujeres quienes lo tenemos más difícil, y eso lógicamente es un desánimo», comentó Lasa – el 46,9% de los chicos piensa que trabajará en este sector, el 29% de las chicas-. A la hora de preguntar a los jóvenes cómo se imaginan o cómo visualizan a los profesionales STEAM, muchos de ellos les ven como personas trabajadoras, rápidas, inteligentes, con mucha paciencia y curiosidad. En la opinión de algunos, para trabajar en estos puestos es necesario seguir un largo, exigente y difícil proceso de aprendizaje. «Lo que hace que, al imaginar un arduo camino, opten por otro tipo de estudios».
Los datos están claros, pero ahora, ¿Cómo lograr que a los pequeños les pique el gusanillo y les apetezca descubrir más sobre ciencia? La experta señala dos vías. La primera, buscar referentes reales. «Normalizar la cantidad de perfiles diversos que existen y acercar a mujeres que trabajan en estos ámbitos a las chicas, y poner en valor su trabajo. Esto tiene mucha influencia». Por otro lado, Lasa hace referencia a un concepto que ha surgido recientemente, el capital científico, que mide el compromiso de cada persona con la ciencia. La responsable del estudio lanza varias preguntas: «¿Qué cantidad de ciencia rodea a los críos?, ¿Qué vemos en la tele?, ¿De qué hablamos a la hora de comer?, ¿Qué libros o cuentos se leen?…». En esta línea, sitúa a las familias como uno de los motores principales para contribuir a ese interés por la ciencia y la tecnología y adentrarnos en ese maravilloso mundo juntos. «Los progenitores son referentes y modelos a seguir para sus hijos en muchos aspectos, pues en este también». Además de todo el trabajo que atañe a profesores y centros escolares, es necesario sacar la ciencia fuera de las aulas. «Aporta muchos beneficios». Que los pequeños puedan sentir, tocar, escuchar, experimentar… y encima si puede ser en familia, mucho mejor. «Hay muchas opciones, desde visitas a museos, a ferias de la ciencia o incluso salidas al campo», dicen desde la Fundación Elhuyar y proponen una serie de pasos para comenzar a abrir esa puerta a las STEAM:
- Establecer las bases para el aprendizaje y el inicio del interés con menores edades. «A medida que aumenta la edad tendemos a descartar áreas que no nos gustan».
- Implicar a padres, tutores, cuidadores y familia. «La educación STEAM no sólo debe impulsarse desde la escuela, sino que el contexto y las actividades extraescolares tienen una gran influencia en los jóvenes y sobre todo en las niñas. En consecuencia, todos los agentes deben actuar activamente».
- Corregir los prejuicios: presentando enfoques lo más reales y plurales posibles.
- Fomentar el diálogo entre padres e hijos: «sus creencias y expectativas tienen una gran influencia en la elección del estudio por parte de los jóvenes, especialmente en el caso de las chicas»
Fuente: Agencia ID.
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