La científica mexicana Esperanza Martínez Romero, quien fue galardonada la semana pasada en París, Francia, por sus estudios sobre bacterias benéficas que promueven el crecimiento de plantas, ve un panorama prometedor para la ciencia en los próximos años, pero para eso, consideró necesario que los jóvenes cuenten con una formación sólida porque el éxito, aseguró, está basado en «la genialidad, más las horas de trabajo».
En entrevista con MILENIO, previo a recibir el galardón «For Women in Science», otorgado por Fundación L´Oréal y la Unesco en París, Francia, señaló que los gobiernos se tienen que sensibilizar y encontrar mecanismos para incorporar y dar espacio a los jóvenes que quieran hacer ciencia y desarrollarla en México, porque «no se vale querer entusiasmar personas que no tengan futuro».
En la ciencia, aseguró, «veo un futuro muy prometedor. La ciencia se está volviendo poderosísima. El alcance y la fuerza de la investigación científica se prevé muy fuerte en el futuro».
La charla inició con un breve recuento de su trabajo con bacterias benéficas que promueven el crecimiento de plantas porque les dan fertilizantes.
«Estos fertilizantes se llaman biofertilizantes y se han utilizado durante mucho tiempo, porque los efectos en las plantas son muy claros. Permiten ahorrar a los agricultores una cantidad considerable de dinero porque no tienen que comprar fertilizantes químicos nitrogenados», explicó.
— ¿Cuál es el uso que se le podría dar a gran escala a estas investigaciones?
El uso a gran escala es en los campos agrícolas. En cultivos como la soya ya se usa de manera comercial desde hace muchos años, 100 años. En realidad, ya es un conocimiento viejo y lo que hemos hecho nosotros es ampliarlo a las leguminosas que consumimos en México como el frijol. Nos gustaría mucho que cereales como el maíz pudieran beneficiarse de bacterias fijadoras de nitrógeno.
—¿Esto podría servir para mejorar la alimentación?
Sirve más bien para la producción, pero también sirve mucho para la alimentación porque las bacterias promueven la salud vegetal. No solamente el crecimiento, sino también compiten con patógenos. Esos son los grandes problemas en la agricultura: las plantas se infectan de hongos. Muchas de estas bacterias pueden producir fungicidas.
—Cuéntenos, ¿Cuál fue el momento que la inspiró? ¿Cómo llega una niña a convertirse en lo que es usted ahora?
En realidad yo cuando era niña no tenía una idea de que la investigación existía. Más bien fue siendo joven, estando en el Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM, yo leí una entrevista de una investigadora que hacía inmunología, inmunóloga del Instituto de de Ciencias Biomédicas; y en esa entrevista ella hablaba de una licenciatura en investigación. Una licenciatura muy nueva en la UNAM que se llamaba Licenciatura en Investigación Biomédica Básica cuyo objetivo era enseñar a los alumnos a hacer investigación investigando. Desde el primer día nos metían al laboratorio, y teníamos que trabajar proyectos de investigación y diseñar alternativas, entonces era muy rico.
—Es un asunto entonces de mujeres impulsando mujeres. Usted se inspira en una científica y ahora usted también es una inspiración.
Ojalá que todo este esfuerzo de hablar con los medios, de tener entrevistas, de escribir y hablar sirva para inspirar a jóvenes, no sólo mujeres sino también a hombres.
—¿Qué es lo que usted ve 20 años en el futuro. Así como usted fue inspirada hace años?
Yo veo un futuro muy prometedor. La ciencia se está volviendo poderosísima. Ya hay mucha información, entonces las personas que tengan la capacidad de asimilar toda esta información va a tener un verdadero acerbo de conocimiento: puede ser muy abrumador. Yo a veces hablo de las ciencias genómicas que empezó a cuentagotas y ahora es un tsunami; un tsunami de dimensiones enormes, y esa es la información que hay en ciencias genómicas ahorita.
—¿Ve un panorama de oportunidad en México para el futuro?
Sí, claro que sí. Yo creo que los gobiernos se tienen que sensibilizar y encontrar mecanismos para incorporar y dar espacio a los jóvenes que quieran hacer ciencia, porque no podemos decir: ‘sí, que haya muchas personas interesadas’. Y después: ah pues quién sabe dónde, váyanse a Noruega, Estados Unidos o a Asía a trabajar. No se vale querer entusiasmar personas que no tengan futuro.
—¿Qué le diría usted a las mujeres que están buscando una oportunidad para que puedan llegar hasta donde está usted?
Que se den su oportunidad, porque de veras que hay chicas y chicos talentosos que tienen muy buena imaginación y capacidad de integrar y preguntarse.
Yo me he encontrado con muchas generaciones nuevas con las que trabajo directamente que son de la Licenciatura en Ciencias Genómicas, y de veras que son jóvenes brillantes con una capacidad de hacer nueva ciencia que nos supera por mucho. Que sigan estudiando. Sí se necesita una formación sólida; entonces no es nada más, ah yo soy muy genial: hay que trabajar. Es la genialidad más las horas de trabajo».
Fuente: Agencia ID.
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