Jonathan Magaña Aguirre, profesor e investigador del Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México, fue acreedor del premio a la investigación médica Jorge Rosenkranz, gracias a su proyecto para revertir y detener los efectos producidos por la ataxia, una enfermedad rara que daña el sistema nervioso central e impide los movimientos finos, pero es poco conocida porque tiene prevalencia a nivel mundial en 1 de cada 100 mil habitantes.
Bajo el nombre ‘Diseño y evaluación de un sistema nanoacarreador farmacológico para el tratamiento de la neurodegeneración en la ataxia espinocerebelosa SCA7’ el docente y un equipo de trabajo multidisciplinario recibieron dicho reconocimiento en la categoría de biotecnología.
“Hemos estado en contacto con pacientes y llevamos 10 años en la búsqueda de un tratamiento eficaz a una enfermedad motora que no tiene cura” explicó el también director del Departamento de Biotecnología del Tecnológico de Monterrey, Región Ciudad de México.
En ese sentido, Jonathan Magaña explicó que este proyecto busca que un nanoacarreador, degradable y no tóxico, contribuya a llevar los medicamentos de una forma más efectiva al cerebro para revertir esta condición.
“Es algo muy complicado porque nuestro cerebro está cubierto por la barrera hematoencefálica, la cual no permite que pase nada, incluyendo los fármacos. Entonces lo que hacemos con este proyecto, es que a través de la nanotecnología creamos un vehículo, un ‘caballo de Troya’, para que pase la barrera y entregue el fármaco a nivel de tejido específico”.
Finalmente, el experto destacó la importancia de seguir incentivando la innovación, ya que la tecnología aplicada a la salud contribuye a crear una economía más fuerte y vuelve los tratamientos más asequibles y accesibles para la población.
Movimientos limitados
La ataxia de origen genético es una enfermedad neurodegenerativa que provoca atrofia a nivel sistema nervioso central. Y quien la padece, tiene limitado sus movimientos finos del cuerpo, como hablar, deglutir y caminar.
De acuerdo con la Clínica Mayo, que es un centro hospitalario no lucrativo, fundado en Estados Unidos en 1889, la ataxia consiste en el control muscular deficiente que provoca movimientos torpes voluntarios. Puede causar dificultades para caminar y mantener el equilibrio, en la coordinación de las manos, en el habla y para tragar, y en los movimientos oculares.
La ataxia suele ser el resultado de un daño en la parte del cerebro que controla la coordinación muscular (cerebelo) o sus conexiones. Hay muchas afecciones que pueden causar ataxia, entre las que se incluyen el abuso de alcohol, los accidentes cerebrovasculares, los tumores, la degeneración cerebral, la esclerosis múltiple, determinados medicamentos y trastornos genéticos.
El tratamiento de la ataxia depende de la causa. Los dispositivos adaptativos, como los andadores o los bastones, podrían ayudar a conservar la independencia. La fisioterapia, la terapia ocupacional, la terapia del habla y el ejercicio aeróbico regular también pueden ayudar.
Algunos tipos de ataxia y algunas afecciones que causan la ataxia son hereditarias. Si tienes una de estas afecciones, es posible que hayas nacido con una mutación de cierto gen que produce proteínas irregulares.
Las proteínas anormales dificultan la función de las neuronas, principalmente en el cerebelo y en la médula espinal, y hacen que se degeneren. A medida que la enfermedad evoluciona, los problemas de coordinación empeoran.
Es posible adquirir la ataxia genética a través de un gen dominante de uno de los progenitores (trastorno autosómico dominante) o de un gen recesivo de ambos progenitores (trastorno autosómico recesivo). En el caso de un trastorno recesivo, los padres no se ven afectados y es posible que haya hermanos afectados.
Las distintas mutaciones genéticas provocan diferentes tipos de ataxia y la mayoría de ellos son progresivos. Cada tipo causa coordinación deficiente, pero cada uno de ellos tiene signos y síntomas específicos.
Premio a la investigación biomédica otorgado desde hace 38 años
El premio Jorge Rosenkranz es otorgado desde hace 38 años por la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) y el laboratorio farmacéutico Roche, para investigaciones realizadas y concluidas en México, sin financiamiento de la industria farmacéutica. En 2022 tres investigadores fueron galardonados: Sandra Lorena Romero Córdoba, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); José Manuel Arreola Guerra, del Centenario Hospital Miguel Hidalgo de Aguascalientes, y Jonathan Javier Magaña Aguirre, del Tecnológico de Monterrey y el Instituto Nacional de Rehabilitación, de la Secretaría de Salud.
Fuente: Agencia ID.
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