BITÁCORA

El manglar de Tajamar es recuperable si se deja crecer: científico de ECOSUR

“A largo plazo un manglar vale más que una zona turística, o lo que se quiera construir, porque va directo al beneficio humano y a la integridad ecológica del ambiente, tanto tierra adentro cono en la costa”, advierte el investigador Juan Jacobo Schmitter-Soto de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR).

24170453584_7f7e0e04fe_z

Al ser entrevistado sobre los manglares, en especial el de Tajamar en Quintana Roo, precisa que es posible recuperarlo si se deja que vuelva a crecer, aunque pueda tardar décadas.

Schmitter-Soto comenta que la protección de manglares debería ser interés de cualquier estrategia de gobierno para protegerse de desastres, porque es un servicio ambiental importante contra huracanes en casos extremos y erosión de la costa de manera constante.

“Valdría la pena que se recupere, no por un conservacionismo romántico, sino por el interés de la propia ciudad de Cancún, porque será su principal línea de defensa contra huracanes. Quizá ya no tenga tanta importancia la pesca ante el crecimiento del turismo, pero el manglar sigue siendo proveedor de servicios ambientales”.

En particular, ante la destrucción del manglar Tajamar que se ubica en la parte interna de la laguna Nichupté, se señaló que ya estaba fraccionado. Sin embargo, el especialista y responsable de la orientación de Ecología y Sistemática del Posgrado de ECOSUR, dice que ya había calles y un malecón, pero permanecía una diversidad de flora y fauna. No era prístino, pero sí saludable con suelo favorable a la flora y fauna estable.

Un manglar resulta importante porque proporciona servicios ambientales y recursos naturales a la población. Esta vegetación permite filtrar el agua y logra que llegue más limpia a los acuíferos, además de ser una franja de bosque costero que se convierte en una barrera contra los huracanes, explica el doctor en biología Juan Jacobo Schmitter-Soto.

El investigador de ECOSUR detalla que el manglar es un tipo de vegetación, un bosque que crece normalmente en las costas y tiene un patrón muy particular de crecimiento, en el cual predomina una especie de mangle en cada banda o sector longitudinal de bosque paralelo a la costa.

El mangle más característico es el que está en la parte más salina, sujeta a inundación cotidiana por mareas; se le llama mangle rojo y sus raíces quedan fuera de la tierra y forman arcos muy llamativos, a veces tan grandes que recuerdan catedrales.

Hay otras tres especies que se acomodan de manera progresiva tierra adentro: después del mangle rojo viene el llamado negro, luego el conocido como blanco, y después el mangle denominado botoncillo. No siempre están bien definidas las bandas; puede ocurrir que estas especies se mezclen entre sí.

De acuerdo con el investigador, las raíces que forman un laberinto le sirven a muchos peces, crustáceos y otros organismos como refugio en sus etapas juveniles. “Cuando jóvenes, muchos peces se encuentran en las raíces en busca de refugio contra la depredación. Encontramos muchas especies de interés pesquero, como barracudas, pargos, jaiba, y camarón; entonces se necesita un manglar saludable para tener pesca de estas especies. En Tajamar había también cocodrilos”.

Fuente: Agencia ID.

Comments are closed.

IMPORTANTE:
Sí: El usuario podrá preguntar, felicitar, realizar críticas constructivas y/o contribuir con opiniones relevantes en el campo de la ingeniería e infraestructura.
No: Molestar, intimidar o acosar de ninguna manera.Tampoco utilizará el espacio para la promoción de productos o servicios comerciales, así como de cualquier actividad que pueda ser calificada como SPAM.

Para saber más consulta los Términos de Uso de INGENET.