La bebida tradicional mexicana es el aguamiel y contienen microorganismos llamadosLactobacillus brevis que controlan el exceso de colesterol en la sangre, y ayudarían a disminuir el índice de enfermedades cardiovasculares y complicaciones como aterosclerosis e infarto de miocardio, así lo da a conocer un estudio del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
La doctora Yadira Rivera Espinoza, de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, quien analizó esta bebida tradicional desde 2008, detectó que el aguamiel o savia recién extraída contiene una gran cantidad de microorganismos, y decidió probar diferentes cepas del Lactobacillus brevis y obtuvo resultados inéditos, que no habían sido reportados en la literatura científica.
La especialista comenta que realizaron diversas pruebas toxicológicas para corroborar la inocuidad de la sustancia, de manera posterior a animales de laboratorio con dieta alta en colesterol les dieron concentraciones específicas de lactobacilos durante una semana.
Al término del experimento, la doctora Rivera Espinoza y su equipo de investigación, corroboró que las concentraciones de colesterol en los ratones tratados con lactobacilos aislados del aguamiel no se modificaron, a diferencia de aquellos grupos a los que no se les suministro los microorganismos y sólo comieron una dieta alta en colesterol.
El equipo de investigación del IPN liderado por la especialista, comprobó en ratones que de todas las cepas del microorganismo, sólo seis previenen la hipercolesterolemia (exceso de colesterol) y el daño hepático.
Además, les dieron de manera preventiva los lactobacilos a ratas con daño hepático inducido y comprobaron que no se elevaron las enzimas relacionadas con lesiones en el hígado, mientras que aquellos sin tratamiento con microorganismos sufrieron un incremento en las enzimas indicadoras de problemas en el órgano.
Con base en los resultados, la investigadora politécnica indicó que una hipótesis es que el Lactobacillus brevis hidroliza las sales biliares, las cuales se excretan a través de heces y que para compensar la pérdida, el organismo sintetiza nuevas a partir del colesterol.
Para hacer llegar los beneficios de la investigación a la gente, la investigadora consideró la posibilidad de transferir la tecnología con el propósito de desarrollar algún producto funcional al que se incorpore el microorganismo.
En el proyecto colaboraron los Doctores en Ciencias Luis Alberto Reyes Nava y Leticia Garduño Siciliano, así como los alumnos de licenciatura Benjamín Luna Callejas, Bryan Kevin Cruz Martínez y Zaira Hernández Casiano. Además cuenta con un artículo científico publicado en la revista Journal of Food & Nutritional Disorders y una solicitud de patente sometida al Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.
Fuente: Agencia ID.
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