Analizar la transformación académica de presidentes, secretarios de Estado, subsecretarios, oficiales mayores y procuradores de la república, además de crear una red de información para entender el pasado, es uno de los objetivos de Sebastián Garrido de Sierra, investigador del Programa Interdisciplinario sobre Política y Prácticas Educativas (PIPE) del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Doctor en ciencia política por la Universidad de California, Garrido de Sierra se dio a la tarea de recopilar información de alrededor de mil 450 funcionarios de la alta burocracia mexicana con dos propósitos: primero, conocer el nivel académico de estos y si ello tiene repercusiones en las políticas públicas implementadas en el país durante su paso por el gobierno; segundo, entender el papel de las universidades en el proceso de reclutamiento de la élite burocrática nacional.
El proyecto, que lleva por nombre La educación de los mandarines mexicanos 1970-2014, revela que durante los gobiernos de los expresidentes Luis Echeverría, José López Portillo y Miguel de la Madrid, más de 85 por ciento de los altos funcionarios estudió sus licenciaturas en escuelas públicas en comparación con los últimos tres sexenios, ya que 35 por ciento o más de ellos llevó a cabo sus estudios en instituciones privadas.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el académico explica que “a partir del sexenio de (Miguel) de la Madrid hay una reducción constante del porcentaje y llega a su punto más bajo en el sexenio de (Felipe) Calderón, en donde solamente 40 por ciento de los altos funcionarios estudió la licenciatura en una institución pública”.
Este trabajo, que forma parte de una de sus tres líneas de investigación sobre élites políticas, es novedoso ya que, hasta el momento, existen pocas investigaciones con información actualizada sobre el tema. La información de casi mil 450 funcionarios de la alta burocracia mexicana abarca desde el sexenio de Luis Echeverría Álvarez hasta la actualidad, es decir más de cuatro décadas.
“Lo que hice fue crear una base de datos donde registré información de más de 40 variables… ¿En qué dependencia trabajaron?, ¿cuándo iniciaron?, ¿cuándo terminaron?, y la parte de educación lo que registró es información de ¿en qué país estudiaron la licenciatura?, ¿en dónde la estudiaron?, ¿en qué institución?, ¿en qué colegio?, y hago lo mismo para licenciatura, maestría y doctorado”, señala el investigador, quien también pertenece al programa Cátedras del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Carreras de mayor interés en los políticos
Derecho, economía e ingeniería son las carreras a nivel licenciatura con mayor demanda entre la clase política mexicana, revela la primera etapa del proyecto acerca del nivel y tipo de educación superior de la burocracia federal.
En cuanto a maestría, las disciplinas más solicitadas son economía, políticas públicas, administración de empresas, ciencia política, junto con administración pública, relaciones internacionales y derecho.
Mientras que en nivel doctorado repuntan las especializaciones en economía, derecho y ciencia política.
Sube y baja
A partir de la diversificación del sistema de educación superior en México en los años 70, se incrementó la oferta de instituciones públicas y privadas de este nivel educativo, lo cual provocó que llegara un mayor número de egresados de otras instituciones diferentes a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) a ocupar puestos de gran relevancia.
La UNAM ha formado a diversos políticos dentro de sus aulas, pero a partir del sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-2004) fue cuando la máxima casa de estudios cayó significativamente en el porcentaje de funcionarios egresados de esta, mientras que el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) han presentado un crecimiento de funcionarios que se formaron en estas instituciones.
“Con (Carlos) Salinas ese porcentaje va cayendo constantemente hasta llegar otra vez a su punto más bajo en el sexenio de Calderón, con un poco más de 15 por ciento, y mientras se ve esta caída en la UNAM, lo que ves por el otro lado es un crecimiento de porcentajes de funcionarios que estudiaron en el ITAM y el Tec”, sostuvo.
¿Qué sigue?
La educación de los mandarines mexicanos, 1970-2014 fue financiado por el proyecto Conacyt que lleva por nombre «Investigación de soporte para el Proyecto Talentum; impulso al talento intelectual sobresaliente», y llevó más de seis meses de investigación para finalizar su primera etapa.
El siguiente paso es publicar los resultados y análisis en revistas académicas, aunque el plan es continuar con este en otras esferas de la élite nacional, compartió Sebastián Garrido de Sierra. En cuanto se hayan publicado los primeros resultados, la información se albergará en un repositorio de datos llamado BIIACS.
El investigador del CIDE también trabaja en otras dos líneas de investigación; la primera es sobre la asignación del presupuesto federal a las universidades públicas; la otra es en relación con los egresados del CIDE.
Fuente: CONACYT.
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