Si bien la náusea es uno de los malestares más comunes hoy en día, el conocimiento científico de sus causas puede revelar información importante de nuestra salud. Consciente de ello, la estudiante Mónica Sarahí Cisneros ha dedicado gran parte de su posgrado a estudiar este síntoma dentro de los laboratorios de Harvard.
El estudio en el que participa la bióloga Cisneros parte de que la serotonina puede ser uno de los disparadores de náusea; este neurotransmisor, ubicado en el cerebro y que paradójicamente está relacionado con el bienestar de las personas, se produce en un 90 por ciento en el intestino delgado.
“En el laboratorio de la escuela de Medicina de Harvard que realiza la investigación en la que participo se estudia el nervio vago y sus receptores sensoriales, pues entre ellos se origina información que va de los órganos a el cerebro, entre ellos el sistema gástrico y la comunicación en el sentido opuesto. Ésta es esencial en procesos como la digestión, el ritmo cardíaco, la respiración o manifestaciones como la tos, entre otros”, explica la especialista mexicana.
Cabe destacar que el nervio vago es uno de los más largos del cuerpo, ya que va desde el cerebro hasta el colon, y suministra fibras nerviosas a la zona de la garganta, pulmones, corazón y los órganos digestivos.
“Hasta ahora se sabe que las células enterocromafines estimulan la liberación de serotonina y se piensa que esta es la señal de la causa del síntoma de náusea. Lo que no sabemos es qué es lo que activa a estas células, si afectan al nervio vago y a cuáles de sus receptores”, detalla Cisneros.
Explica que al parecer ciertos químicos, incluyendo medicamentos para Parkinson y quimioterapia afectan a estos receptores, de forma que generan una corriente eléctrica que transmite calcio a partir de una señal, pero identificar cuál es la interrogante a vencer.
Como parte del estudio científico se ha suministrado a ratones un medicamento para tratamiento de cáncer, que en pacientes retrasa el crecimiento de las células afectadas y su propagación, llamado Cisplatina. “El fármaco es reportado que provoca náusea, de manera que los roedores bajan de peso, pues por sentirse mal dejan de comer. Como parte de este estudio piloto se busca identificar qué receptores están implicados en ello e identificar qué genes contribuyen en el malestar y modificarlos.
“Quienes padecen cáncer sufren náusea como efecto de la quimioterapia, al igual que mujeres en el embarazo, o por efecto de otros medicamentos, ¿por qué? A esa respuesta queremos llegar”.
Mónica Sarahí Cisneros nació en El Paso, Texas, pero vivió su infancia en Ciudad Juárez, México. En 2008 regresó a su población natal y tras su desempeño académico recibió una beca para estudiar en la Universidad de Texas en Austin. Actualmente realiza estudios de posgrado en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard.
Fuente: Agencia ID.
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