Un grupo de científicos mexicanos encabezado por el doctor Omar Pensado Díaz, director del Centro de Investigación Atmosférica y Ecológica (CIAE), desarrolló un proyecto integral para realizar una exploración tripulada de Marte.
Se trata del Plan Ares, el cual es el primer proyecto mexicano y latinoamericano para la exploración tripulada de Marte que fue presentado en la División de Estudios Espaciales del Centro AMES de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), y que ahora es apoyado por esta institución.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Pensado Díaz destacó que en el desarrollo de este plan, el cual se comenzó a gestar hace más de 10 años, participan alrededor de 20 personas, entre investigadores y estudiantes, adscritos a la Universidad Veracruzana, la Universidad Tecnológica de Gutiérrez Zamora y el CIAE.
“Diseñamos toda una propuesta para la exploración tripulada a Marte, desde un prototipo de una nave espacial, hasta el diseño de un sistema de soporte vital que incluye la captación de agua, generación de energía eléctrica, generación de alimentos a bordo, sistema de reciclamiento de aire, es decir, todo lo necesario para habitar Marte”.
Explicó que el Plan Ares tiene dos fases: la primera consiste en una exploración de la estratósfera de la Tierra y la segunda en realizar ensayos en la Tierra en áreas con características similares a las de Marte.
Justo en México, en el Cofre de Perote y en el Pico de Orizaba, en Veracruz, se encontraron condiciones análogas a las que presentaba Marte hace aproximadamente dos mil 500 millones de años.
“Hace dos mil 500 millones de años ese planeta era mucho más cálido, su atmósfera era más densa y permitía la existencia de agua líquida en su superficie”, indicó el especialista.
Añadió que a cuatro mil 150 metros de altura en el Cofre de Perote y a cuatro mil 200 metros de altura en el Pico de Orizaba encontraron que hay sitios áridos que permitirán hacer ensayos de terraformación y de expediciones hacia Marte.
Detalló que para las expediciones el grupo de científicos mexicanos desarrolló un prototipo del módulo de comando de la nave Ares, la cual es una estructura que mide 2.60 metros de diámetro, por 6.40 metros de longitud, y en el interior tiene su cabina de mando, dormitorios, un área de cultivo y almacenaje de alimentos, entre otras cosas.
“Con este prototipo se pueden hacer estudios de muchos tipos, por ejemplo se pueden hacer análisis en cuanto a la optimización de espacios, energía y agua, entre otras cosas”.
En cuanto al trabajo de terraformación, es decir, transformación del suelo y la atmósfera del planeta rojo en suelo similar al de la Tierra para que pueda ser habitable, se creó un proyecto llamado Unidades Mínimas de Terraformación, que fue presentado por Pensado Díaz en la Séptima Conferencia sobre Evolución Química y Origen de la Vida, desarrollada en el Centro Internacional de Física Teórica Abdus Salam en Trieste, Italia, en la cual la NASA lo bautizó como Modelo de Oasis.
La Unidad Mínima de Terraformación es una estructura en forma de domo de aproximadamente dos metros de diámetro, la cual albergará un ecosistema que la convertirá en una máquina fotosintetizadora y procesadora de suelo.
“Lo que se hará en esta unidad es concentrar toda la energía para preservar una atmósfera mayor en el interior que en el exterior, lo cual permitirá el establecimiento de un ecosistema, de agua y otros factores energéticos que harán que en un ambiente extremo pueda sobrevivir un organismo vegetal, al mismo tiempo que se está transformando el suelo y la atmósfera del lugar”.
El domo generará una diferencia termodinámica entre el ambiente exterior y el interior. En el interior se creará una especie de efecto invernadero que se estará nutriendo del agua exterior que habrá en el ambiente marciano y que será absorbida por medio de un condensador de zeolita, es decir, se nutrirá de la humedad del aire de Marte, manifestó Pensado Díaz.
Con eso empezará a generarse un cambio de suelo, ya que al existir más energía en el interior que en el exterior habrá mayor propagación de la biomasa vegetal, de tal manera que se cambiará el suelo, se pasará de un suelo árido y sin nutrientes a uno en el cual se pueda dar el cultivo, al mismo tiempo en que se transformará la atmósfera, indicó.
“El objetivo del Modelo de Oasis es tener un modelo más para la transformación de un planeta rojo a un planeta verde, con lo cual se sentarían las bases para la colonización biológica de Marte”.
Señaló que el tiempo de transformación del suelo dependerá de la cantidad de unidades de terraformación que se construyan, pero en general podría tomar entre 50 y 80 años.
Añadió que como parte de este proyecto, también se implementarán programas educativos para estudiantes de bachillerato, licenciatura y de posgrado de esas regiones de Veracruz.
Fuente: CONACYT.
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