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¿Por qué es importante pertenecer al Sistema Nacional de Investigadores?

Aun cuando en sus inicios el programa generó dudas entre los que se dedicaban al quehacer científico, hoy en día el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) es una meta para muchos jóvenes científicos que buscan incorporarse para obtener un beneficio económico, sobre todo para acceder al prestigio que hoy en día representa pertenecer a dicho listado.

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Entretanto, aquellos investigadores ya consolidados buscan día a día, a través de sus proyectos de investigación, generar resultados relevantes que les permitan mantenerse en la lista e incluso escalar peldaños en cuanto al nivel del SNI se refiere. En ese contexto, la Agencia Informativa Conacyt charló en exclusiva con Enrique Lemus Rodríguez, doctor en matemáticas por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), campus Iztapalapa, y SNI nivel I, quien habló de la relevancia que tiene pertenecer al sistema de investigadores.

El SNI fue creado por acuerdo presidencial en 1984, con el objetivo de reconocer la labor de los investigadores enfocados en la producción de conocimiento científico y tecnológico. El reconocimiento incluye un estímulo económico determinado según el nivel del nombramiento, el cual puede ser I, II, III y emérito. Actualmente, el listado está integrado por más de 23 mil miembros, quienes para acceder al sistema debieron cubrir una serie de requisitos estipulados en la convocatoria anual emitida por el Conacyt.

El objetivo fundamental que deben cumplir aquellos que ingresen al SNI consiste en fortalecer —a través de la evaluación— la calidad de sus investigaciones en materia científica y de innovación tecnológica. Asimismo, deben coadyuvar en la formación de nuevos recursos humanos altamente capacitados en el quehacer científico.

Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Para usted qué representa pertenecer al SNI?

Enrique Lemus Rodríguez (ELR): Esa es una pregunta muy amplia, y para entender qué representa para mí, debo explicar que desde mis estudios de secundaria estuve en contacto con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

Hace mucho tiempo (en 1981) un amigo y yo visitábamos frecuentemente las librerías de Conacyt, las visitábamos, comprábamos libros y revistas de divulgación científica. Así que de alguna manera Conacyt está involucrado en mi interés por la ciencia desde la secundaria.

Posteriormente, en 1984 si no mal recuerdo, cuando entré a la Facultad de Ciencias de la UNAM, ya había planes para formar el Sistema Nacional de Investigadores y algunos de mis profesores fueron ingresando; no obstante, lo hacían con muchas dudas, muchos cuestionamientos, ya que surge como un programa gubernamental en respuesta a que los salarios de las universidades no alcanzaban.

Y bueno, para los que en aquel entonces éramos jóvenes, pero sobre todo estudiantes, eran cuestiones que nos preocupaban. Nos inquietaba saber qué haríamos al concluir la escuela, en especial los que queríamos seguir en la academia al concluir los estudios.

Por azares de la vida realicé una maestría, pero en el Cinvestav del Instituto Politécnico Nacional (IPN) —se trató de una maestría en matemáticas, siempre he estudiado las matemáticas y cada vez me he acercado más a la probabilidad—, y lo interesante de esa etapa fue descubrir que centros como el Cinvestav o el Cimat (Centro de Investigación en Matemáticas), a diferencia de la UNAM que es autónoma, estos centros dependen mucho más del apoyo directo del Conacyt.

Cuando, por cuestiones personales, no pude continuar el doctorado y estuve rebotando de aquí para allá, trabajé un rato en la UAM Iztapalapa, luego en Pemex, hasta que finalmente caí en la Universidad Anáhuac, México Norte; decidí retomar (ya muy avanzada mi edad) el doctorado con un colega de la UAM Iztapalapa.

Afortunadamente logré terminar mi doctorado y me incorporé a un grupo de investigación donde aprendí mucho de la dinámica interna real en el Conacyt, es decir, cómo interactúan los investigadores y el SNI. Incluso yo le recomendaría a cualquier persona que desea ingresar al SNI, que primero se acercara a aquellos que ya tienen experiencia, en general los miembros de nivel II y III.

AIC: ¿Y por qué es relevante pertenecer al SNI y saber interactuar con él?

ELR: Lo primero, que seguramente es el beneficio que todo mundo tiene en mente, es el apoyo económico, que es una bocanada de aire fresco para muchas cuestiones, incluso la misma investigación. Cuando uno tiene mayor libertad económica, también tiene la oportunidad para intentar zambullirse profundamente en la investigación.

Pero ese no es el único beneficio de pertenecer al SNI, los otros son, desde mi perspectiva, aún más importantes. Por ejemplo, en la misma Universidad Anáhuac, que es una institución privada, al ser candidato, la escuela aportó 70 por ciento del estímulo económico.

Posteriormente, ya que fui aceptado, el estímulo lo aportó en su totalidad el Conacyt, a cambio de que el dinero que anteriormente dedicaba la escuela para ese pago, ahora lo utilizara directamente en infraestructura de investigación o el apoyo con viáticos para realizar estancias fuera del país.

Al final del día, ingresar al SNI se convirtió en un doble apoyo porque ahora en la universidad hay más recursos para el quehacer científico directamente. El nombramiento en sí es como una especie de pasaporte, ya que uno recibe una visibilidad que antes no tenía y ahora es su responsabilidad aprovecharlo.

El nombramiento, definitivamente también abre puertas, se vuelve una especie de reconocimiento moral que, a la par de ventajas, llega acompañado de mucha presión.

AIC: ¿A la par de estos beneficios, el nombramiento llega acompañado de nuevas responsabilidades?

ELR: Pues yo creo que sí; no obstante, también considero que muchos investigadores no lo ven así. En México, hay investigadores que lo ven como un derecho y que el nombramiento es como un trámite engorroso (…) Pero no, en realidad es como una licencia para investigar más en beneficio del país.

Lamentablemente no todos lo ven así y en muchos casos los investigadores están más preocupados por ir tras los puntos y no por generar y formar nuevos recursos humanos.

AIC: ¿Qué se requiere para sumarse al SNI?

ELR: Creo que lo principal para lograr ingresar al SNI es pertenecer a un grupo de investigación que funcione bajo la lógica de apoyar y hacer crecer a los nuevos investigadores.

Hablando de los trámites administrativos, puedo decir que son un poco tediosos al principio, pero también he notado que la claridad de las convocatorias en Conacyt es mayor año tras año. Asimismo, ahora que todo se hace de manera digital, se han agilizado notoriamente los trámites.

Ya no hay que enviar por mensajería nada, ya que antes los retrasos que se podían suscitar podían derivar a su vez en la cancelación del trámite. Hoy en día el investigador tiene más herramientas a nivel Internet, solo hay que estar al tanto de las convocatorias.

Fuente: CONACYT.

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