Con la finalidad de reciclar el material de desecho de la industria de la construcción, un equipo de científicos y estudiantes del Instituto Tecnológico de Zacatecas (ITZ) —perteneciente al Tecnológico Nacional de México— ha desarrollado un producto innovador que promueve la mejora de las propiedades mecánicas del cemento en un 10 por ciento, permitiendo su reutilización en recubrimiento y emboquillado, requiriendo únicamente agua para su preparación.
Compuesto principalmente por cemento, grava y arena, este producto, llamado Recemat, obtuvo el primer lugar en la etapa local en Zacatecas del Concurso Nacional de Innovación Tecnológica, organizado por el Tecnológico Nacional de México (Tecnm).
“A esta etapa le siguen la regional y nacional. Afortunadamente, en los últimos cinco años, con diversos proyectos hemos llegado a la etapa nacional, que usualmente se efectúa cada mes de noviembre. Hacer este concurso tiene como finalidad aportar algún beneficio ecológico, de manufactura, de servicio o producto, que sea favorable para la sociedad. Otro de los requisitos de vital importancia es que no contamine”, describió en entrevista el doctor Rubín Ortega de la Rosa, uno de los asesores del proyecto.
El también docente en las carreras de ingeniería en materiales e ingeniería electromecánica en el ITZ explicó que el proceso de reciclado se realiza en las instalaciones de la institución referida, en donde los desarrolladores involucrados lo procesan, trituran y posteriormente otorgan un tratamiento con aditivos para su correcto funcionamiento. Los autores originales de esta idea son los alumnos Francisco Javier Pasillas y Pedro Antonio Bañuelos.
“Lo que necesitamos hacer es promover el reciclaje de este tipo de concreto, ya que en la actualidad se utiliza como relleno sanitario y puede provocar contaminación. La industria de la construcción también lo utiliza para hacer rellenos como bases para casas, pero si no se le da el tratamiento adecuado, por medio de los cambios de temperatura puede provocar que exista una emisión de gases contaminantes a la atmósfera, creación de microorganismos, hongos y muchos otros problemas ecológicos”, manifestó.
Ortega de la Rosa expresó que 75 por ciento de su producto corresponde a material que originalmente era de desecho, lo que indica que la inversión de los aditivos corresponde solamente a 25 por ciento para crear un producto con iguales o mejores propiedades que el original.
“Después de generar este producto, planteamos empaquetarlo en bultos de 50 kilos, como el del tradicional cemento. El principal beneficio para los constructores y personas que trabajarán este material es que no tendrán que agregar arena, cal y los componentes que ordinariamente añaden al cemento virgen para su empleo. Con este producto únicamente tendrán que agregar agua, pues ya está preparado para su uso”, exteriorizó.
El doctor en ciencia y tecnología, con especialidad en procesos de manufactura, declaró que hasta el momento se han realizado pruebas para recubrimientos, así como una preparación con un tamaño de partícula menor del mismo material para efectuar emboquillado de material cerámico de pisos. Su intención es continuar trabajando para darle más usos y aplicaciones.
“Hicimos una revisión bibliográfica muy extensa. Afortunadamente, en el ITZ pertenecemos al Consorcio Nacional de Recursos de Información Científica y Tecnológica (Conricyt), la cual es una red de Conacyt que nos permite acceder a importantes bases de datos internacionales y nacionales. De ahí tomamos muchas referencias para nuestro proyecto y estamos generando un producto que prácticamente resulta de material de desecho o de basura. Encontramos que existe un producto similar, pero que no fue reciclado, se trata de un producto virgen que es bastante costoso”, reveló.
Explicó que por ser un proyecto multidisciplinario, se han integrado al proyecto la alumna de ingeniería en gestión empresarial, Ariana Frausto; Edgar Manuel Leaños, de ingeniería industrial, y Christian Eduardo Memije, de arquitectura. Otro de los asesores del proyecto es el maestro en ciencias Jesús Edgardo Estrada de la Torre.
“Se pretende seguir trabajando este proyecto, mejorando las propiedades para diferentes aplicaciones y que se lleve a comercializar. Ya tenemos el producto, las pruebas han sido favorecedoras y esto hace posible que pueda ser implementado en la industria de la construcción debido a su fácil preparación. También estamos buscando el registro de patente, ya hicimos una revisión ante el IMPI y posteriormente se hará la solicitud del registro”, relató.
Fuente: CONACYT.
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