Desde 1995, con el objetivo de recordar a la comunidad internacional los esfuerzos por realizarse para que las comunidades indígenas no queden rezagadas en tema de derechos humanos, educación, salud, medio ambiente y desarrollo, cada 9 de agosto se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
Para conmemorar este día, la Agencia Informativa Conacyt reúne algunas opiniones de la Coordinación General de Educación Intercultural Bilingüe (CGEIB), acerca de la participación de los pueblos indígenas en la creación científica y en la educación superior.
Desde 2001, la CGEIB depende de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y tiene el objetivo de brindar espacios de educación intercultural y bilingüe para poblaciones históricamente marginadas.
Para complementar, al final del texto se presenta una recopilación de notas y reportajes publicados por la agencia, que cubren proyectos científicos, tecnológicos y educativos dirigidos a la inclusión de las comunidades indígenas.
Escolaridad de los pueblos indígenas en México
Según el último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el 2010, en México vivían 15.7 millones de personas que podían ser consideradas indígenas, de las cuales 6.6 millones hablaban alguna lengua indígena.
De esos 6.6 millones de hablantes de lengua indígena, solo 1.6 por ciento contaba con educación superior, siendo que 13 por ciento de los no hablantes tenía este grado de escolaridad.
La brecha se incrementa drásticamente al considerar a las personas que contaban con nivel educativo de posgrado. Solo 11 mil 711 hablantes de lengua indígena contaban con estudios de maestría para el año 2010, y dos mil 538 contaban con estudios de doctorado, lo cual representa 1.8 por ciento de todas las personas con doctorado en el país.
Cifras del Índice de Equidad Educativa Indígena (IEEI), en los cuatro estados que concentran la mayor cantidad de población indígena del país (3.6 de 6.7 millones) —Oaxaca, Chiapas, Puebla y Veracruz—, la población indígena solo ha alcanzado entre 24 y 30 por ciento de los logros escolares obtenidos por los no indígenas.
Este rezago educativo consecuentemente tiene un impacto en la participación de la creación científica y tecnológica de los pueblos indígenas.
Participación indígena en la creación científica
La directora de Educación Media Superior y Superior de la CGEIB, María de Lourdes Casillas Muñoz, explica en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt que no existen en el país estadísticas que indiquen el estado de la participación de los pueblos indígenas en la creación científica. No hay documentación sistematizada que permita conocer si un desarrollo científico o tecnológico fue generado por una personas indígena o no.
Pero considera que hacer esta distinción incluso podría llevar a algún tipo de discriminación. Comenta que en sus experiencias de innovación en la educación superior han tenido casos de científicos egresados de posgrados reconocidos, que han hecho contribuciones importantes a las ciencias sociales y exactas, pero que nunca dejaron saber su identidad cultural para evitar que se les discriminara.
“Esto no es una característica del sistema educativo, es una característica del sistema social en su conjunto. La discriminación se da en el ámbito de la identificación de los aportes a la ciencia pero también en la creación en cualquier otra área”.
Otras formas de hacer ciencia
La fuerte discriminación que existe en el país evidencia que el rezago educativo no es el único problema que los pueblos indígenas deben enfrentar al intentar participar en el desarrollo científico. Existe también un factor de desvalorización de todo conocimiento que no haya sido generado mediante el método científico aceptado por la cultura occidental.
Este cientificismo, que lleva a considerar válidos únicamente los saberes de la cultura dominante, ya ha sido señalado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), comenta en entrevista José Francisco Lara Torres, director de Diseño y Apoyo a Innovaciones Educativas de la CGEIB.
En el libro Replantear la educación. ¿Hacia un bien común mundial?, publicado en el 2015 por la Unesco, se plantea la necesidad de examinar alternativas al modelo dominante de conocimiento y enfatiza la necesidad de aceptar que realidades diferentes generan conocimientos distintos, que deben ser reconocidos en vez de relegados a una condición inferior.
José Francisco Lara explica que es necesario reconocer que a través de los siglos los pueblos originarios también han ido recopilando conocimientos valiosos. Muchas veces estos saberes son relegados por no estar sustentados de forma escrita; considera que estos conocimientos, conservados y transmitidos de manera oral, están sustentados en la comunalidad de experiencia de los pueblos.
“Es importante abrirse a otras lógicas, eso es a lo que llamamos la interculturalidad y el diálogo intercultural. No solamente la metodología que nos enseñaron las universidades es capaz de generar conocimientos válidos y con utilidad social”, expresa José Francisco Lara.
Como menciona el físico e investigador Noboru Takeuchi en el número “Lenguas, culturas y ciencia en las comunidades indígenas de México” de la Revista Digital Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), antes de la llegada de los españoles las culturas en México acumularon un importante conocimiento científico y tecnológico. Y a pesar de que mucho de este conocimiento se ha perdido, otro se ha conservado y desarrollado, e incluso aunque ahora se le haya llamado conocimiento tradicional, en muchos casos no puede dejar de considerarse ciencia.
El reconocimiento a la diversidad y la integración de sistemas de conocimiento originados en distintas realidades permitirán crear un patrimonio de saberes mucho más rico y con mayor capacidad de resolver diferentes necesidades. Y es de este concepto que surge la visión de la educación intercultural.
Educación intercultural para evitar la discriminación
La socióloga Sylvia Schmelkes, expone en su artículo “Educación para un México intercultural” la importancia de la interculturalidad como un modo de vida, como una aspiración a la creación de vínculos entre las comunidades basados en el respeto y en la noción de igualdad entre las culturas.
Por ello antepone el uso del concepto intercultural sobre la noción de pluriculturalidad, considerando que este último hace alusión a la coexistencia de cosmovisiones pero no considera la necesidad de evaluar el tipo de relaciones que se desarrollan entre ellas.
Para la socióloga, la interculturalidad evita el beneficio, mediado por el acceso al poder, de un grupo cultural sobre los otros y por ello la interculturalidad debe ser parte de un proyecto de nación. Al calificar las relaciones entre culturas se evita la aceptación de explotación, discriminación y racismo. Pues en nuestro país se evidencia cómo es posible ser multiculturales y racistas.
La educación intercultural está basada en el reconocimiento de la diversidad y en las posibilidades de enriquecimiento entre culturas. Es por ello que los especialistas de la CGEIB reconocen que este modelo apoya a las comunidades indígenas, pero no debe dirigirse exclusivamente a grupos indígenas.
Este es un modelo para todos, que enseña la riqueza y la aceptación de todas las culturas en el país. Los expertos incluso concuerdan en que, para reducir la brecha social y la discriminación, la educación intercultural debe ir orientada a los no indígenas.
“La universidad intercultural no es una universidad indígena, es un espacio para la apertura de culturas, está abierta a todas las culturas de México”, explica Lourdes Casillas.
Modelo intercultural como alternativa
Para atender esta necesidad de incorporar la educación intercultural en México, nace la CGEIB, que ha ido creciendo para ofertar alternativas de educación pertinente a los contextos culturales y lingüísticos en el país. Desde la educación básica hasta la educación superior que las personas cuya lengua materna no sea el español tengan espacios estimulantes para el aprendizaje, detalla Lourdes Casillas.
“La educación intercultural trata de generar nuevos espacios educativos para las personas que han sido históricamente marginadas y discriminadas en la educación, porque la educación se ha impartido en una sola lengua y otras lenguas no están consideradas en el sistema educativo nacional”.
Aprender en la lengua que cada individuo domina permite a las personas desplegar su potencialidad de construcción del aprendizaje y de reflexión crítica para después aportar a la creación de conocimiento.
Para José Francisco Lara Torres, director de Diseño y Apoyo a Innovaciones Educativas de la CGEIB, estimular que la enseñanza preescolar, primaria y secundaria se dé en la lengua materna y que a partir de tercer año de primaria se estudie el español como segunda lengua y el inglés como lengua de acceso a las relaciones globales, es una medida importante para reducir la brecha educativa.
Otra es el mayor acceso y estímulo a la creación de material educativo en lenguas originarias y español, que junto con los programas sociales y las becas dirigidas a indígenas ayudan a hacer más equitativo el acceso a la educación.
Universidades interculturales
Atendiendo la necesidad de apertura de la educación superior, las universidades interculturales cumplen con la normativa en educación pública superior, pero cuentan con una oferta de licenciaturas y posgrados diseñada exclusivamente para el contexto donde se imparten.
En el país existen 11 universidades interculturales, distribuidas en once estados de la república. Para el periodo escolar 2015-2016, estas universidades atienden 14 mil ocho alumnos, con una alta proporción de alumnos indígenas.
Al explorar opciones curriculares pertinentes al contexto local, lingüístico y que valoren el conocimiento que los mismos pueblos han generado, pretenden formar profesionales comprometidos con su área geográfica y cultural y lingüísticamente pertinente.
“Este proyecto permite que los profesionistas puedan comunicarse directamente en las lenguas originarias con la gente para apoyarla y ayudarla a resolver problemas. Finalmente, las universidades que están en las grandes capitales pueden tener proyectos con las comunidades indígenas, pero si no les hablan en su lengua no se van a entender jamás”, comenta Lourdes Casillas.
En México existen comunidades con grandes porcentajes o volumen de población monolingüe en lenguas originarias que padecen el aislamiento y la incomunicación, por ejemplo, al no entender, por el idioma, las campañas de salud o de atención a desastres.
La universidad intercultural ha surgido como alternativa a las universidades que cierran las puertas a las comunidades indígenas, ya sea porque sus integrantes no se expresan bien en las competencias lingüísticas que el español exige o ya sea por la discriminación abierta al fenotipo indígena, explica Lourdes Casillas.
“La universidad aprende cómo los pueblos indígenas han construido sus conocimientos y cómo los aplican. Después, los analiza y los usa como enriquecimiento a los saberes científicos”.
Dirección de la educación intercultural
La universidad intercultural tiene entre sus objetivos generar innovaciones educativas que permitan mejorar continuamente el proceso de enseñanza aprendizaje y el impacto social de la universidad, declara José Francisco Lara.
Para ello se desarrollan investigaciones científicas orientadas a crear una autonomía curricular que le dé principal importancia al contexto. La línea de investigación se centra en el diseño de programas que tomen en cuenta la diversidad cultural, biológica y lingüística de la región donde está ubicada la escuela.
El segundo eje de investigación es el de la educación como un proceso comunal. Se pretende dar importancia a la sociedad como formadora y no solo a los maestros. Todo un pueblo es el que educa a un niño.
Por último, pero no menos importante, se encuentra la innovación y el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación. Muchas de ellas están ya disponibles en lenguas originarias y otras más están siendo desarrolladas con una orientación de integración cultural. Por ejemplo, la plataforma de Mozilla ya ha desarrollado varios aspectos informáticos en lenguas originales, comenta José Francisco Lara.
Ciencia y tecnología por y para los pueblos indígenas
La inclusión de los pueblos indígenas en el desarrollo científico y tecnológico está sucediendo, y aunque en ocasiones no es fácil traducirla a estadísticas, como comentan los expertos de la CGEIB, hay ejemplos tangibles de ello.
A continuación se enlistan algunas notas publicadas por la Agencia Informativa Conacyt que presentan innovaciones tecnológicas y proyectos científicos creados para y por las comunidades indígenas.
Fuente: CONACYT.
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