Desde el 2013, la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) desarrolla estudios respecto a la transformación de la movilidad en las zonas metropolitanas, con el objetivo de ofrecer un panorama más preciso para el generación de políticas públicas que hagan frente a esta problemática en los próximos años.
Estos estudios están encabezados por el docente investigador de la maestría en vías terrestres de la Facultad de Ingeniería de la UAQ, Saúl Antonio Obregón Biosca, que en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt destacó que estos buscan analizar el fenómeno de movilidad inducida por las urbanizaciones dispersas en la zona metropolitana de Querétaro. Fueron reconocidos a nivel nacional por la Asociación Mexicana de Ingeniería de Vías Terrestres con el premio José Carreño Romaní 2016, que busca estimular la investigación y desarrollo tecnológico en esta área del conocimiento.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cuál es el antecedente de estos estudios?
Saúl Antonio Obregón Biosca (SAOB): Desde que entré a la universidad a dar clases, en el 2009, empecé trabajando estas líneas de investigación. Hice buen equipo con el doctor Eduardo Betanzo Quezada, que trabaja en el tema del transporte pero enfocado en lo que es logística y transporte de carga. Con él hice un buen equipo, en temas como los entornos urbanos, logística de carga y movilidad en términos generales.
Gilberto Herrera Ruiz —actual rector de la UAQ— que era entonces el director de la Facultad de Ingeniería, me impulsó a aplicar a convocatorias de Fondos Mixtos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en el 2010, para llevar a cabo este proyecto que llamamos Transformación de la movilidad en ciudades mexicanas intermedias en reciente proceso de dispersión: caso de la zona metropolitana de Querétaro (1995-2010).
A la par de esto, se me asignó la coordinación de la maestría en vías terrestres, la sometimos al Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Conacyt y afortunadamente resultó bien evaluada, por lo que empezamos a obtener los beneficios de estar en el padrón que son las becas. Empezamos a tener estudiantes de tiempo completo en este proyecto, junto con la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas (SDUOP). Participaron tres estudiantes de licenciatura y cinco de maestría, además pudimos adquirir software, equipo de medición y todas las herramientas necesarias para hacer análisis y estudios de planificación de movilidad.
AIC: ¿En qué consistió este estudio de movilidad?
SAOB: Trabajamos sobre el proyecto durante dos años; se hicieron más de dos mil encuestas domiciliadas en la zona metropolitana de Querétaro. El fondo nos permitió becar a alumnos de licenciatura para que fueran a encuestar, participaron alumnos de ingeniería y de la Facultad de Ciencias Políticas. Se les preguntaba a los residentes de esas zonas periféricas sobre todos los desplazamientos que había hecho el día anterior. Nos decían el desplazamiento, origen, destino, medio de transporte empleado, si fueron en vehículo privado y las características del vehículo; las características socioeconómicas de la vivienda, familia, de cada uno de los individuos, edad, a qué se dedicaban, el motivo del viaje, si iban por trabajo, estudios, servicios, compras, etcétera.
El proyecto se dividió en tres áreas: movilidad inducida por las organizaciones dispersas, el análisis del transporte público en la periferia urbana y los bienes de consumo, que lo llevó el doctor Betanzo. Empezamos a obtener resultados preliminares desde la metodología, sacamos velocidades de recorrido de toda la zona metropolitana de Querétaro, implantamos un GPS en un auto con el que construimos toda la red vial de la ciudad y junto con los datos de las encuestas pudimos hacer la modelación en computadora y el trabajo de análisis.
Ese fue el primer producto que tuvo el proyecto y que está publicado en la revista del Centro de Investigación y Docencia Económicas, A. C. (CIDE). Luego comenzamos otro estudio para analizar la dispersión urbana dentro de la zona metropolitana de Querétaro para compararla con la movilidad. Hicimos la comparación en términos de costos de viajes, emisiones contaminantes y consumo de combustible. Analizamos también las características de la población.
AIC: ¿Qué resultados se obtuvieron del análisis de esos datos?
SAOB: Analizando la literatura internacional con nuestros estudios, descubrimos que en ciudades de Estados Unidos se elige la localidad, la vivienda, por la cercanía que tenga al lugar de trabajo, mientras que aquí en Querétaro se considera más el uso del suelo. El núcleo central puede ser de un valor más alto que en el ámbito periférico, pero al mismo tiempo esas personas eligen vivir en la parte externa de la ciudad, lo que aumenta sus costos de desplazamiento.
En el caso de Querétaro, la política urbana se enfocó al crecimiento de una ciudad continua, pero esa dispersión urbana ya existe. Entonces, una de las recomendaciones que hicimos fue pasar de un esquema monopolicéntrico, concentrado en un núcleo central, a uno policéntrico, muy parecido a lo que manejan en Estados Unidos, donde hay zonas de negocios, industria, comercio, con zonas residenciales en sus alrededores, lo que hace que esos habitantes tengan cerca su lugar de trabajo.
En el caso del transporte público, encontramos que la dispersión urbana afecta el rendimiento en la prestación del servicio, entre más dispersa esté la ciudad va a haber tramos interurbanos, donde no va a cargar pasajeros. Entonces el sistema tiende a incrementarse porque el índice de pasajeros por kilómetro disminuye. Es decir, una unidad no va tan llena y recorre mucha longitud para cargar a los pasajeros. De este proyecto se publicó un artículo titulado «Impacto de la movilidad inducido por las urbanizaciones dispersas: caso de estudio la zona metropolitana de Querétaro» en la revista Urban Planning and Development, editada por la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles.
AIC: ¿Cuál fue el reconocimiento que se le ha dado a este trabajo de investigación?
SAOB: Este artículo fue premiado como el mejor documento técnico científico a nivel nacional por la Asociación Mexicana de Ingeniería de Vías Terrestres, con el premio José Carreño Romaní 2016 que trata de impulsar el desarrollo científico y tecnológico en esta área. Se entregó en la ciudad de Puerto Vallarta en la inauguración de la Reunión Nacional de Ingeniería de Vías Terrestres el pasado 7 de julio, por el secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza.
Los resultados obtenidos en el proyecto fueron entregados a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, pero también están a disposición de quien esté interesado en compartirlos. Buscamos que esta investigación no se quede guardada en un escritorio, sino darla a los tomadores de decisiones para que ellos, si lo creen conveniente, la apliquen en otras entidades del país.
Fuente: CONACYT.
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